Cap 2.

34 20 2
                                    

DANNA.

Ese día, me levanté temprano como siempre, prepare mi desayuno y luego me fui al trabajo. En el camino vi a un joven, que al parecer se estaba mudando al vecindario, bueno en realidad si lo estaba haciendo. Puesto que estaban bajando cajas de un camión de mudanzas, decidí no cruzar palabras con el, puesto que el joven se miraba algo serio, pero, había algo en el que me llamaba la atención.

Decidí seguir caminando mejor, y llegué hasta mi lugar de trabajo y fui a mi oficina, atendí a los clientes, y ayude a mis compañeros de trabajo.

- "Vivir es lo más raro de este mundo, pues la mayoría de las personas no hacemos otra cosa que existir". ¿Sabes quién lo dijo?- Me pregunta Millet.

- No, no se. ¿Quien fue?. Le respondo.

- Oscar Wilde. Me dice.

Si, estaba recordando lo que Millet me dijo, el siempre fue un tanto maduro, bueno más maduro que yo, claro. A pesar que solo era 2 años mayor que yo, si en ese entonces el tenía 16 mientras que yo, apenas 14 y el en estos momentos tendría unos 24 años.

Esa frase que Millet me dijo me quedo marcada en el corazón, y la recuerdo casi a diario. Puesto que si analizamos bien, eso era justo lo que me estaba sucediendo, solo estaba existiendo, no podía vivir, no podía decidir, no podía... Hacer absolutamente nada, y sólo existía, era otro cero en un mundo de ceros.

En todo el día pase pensando sobre eso, y cuando regresaba a mi casa me quedé viendo la casa de ese joven que acababa de mudarse al vecindario, solo necesitó de un día para dejar todo ordenado. Y algo en mi me seguía diciendo que tenía algo importante él, y justo en ese momento el hiba saliendo. Así que intente disimular que solo estaba pasando, solo unos instantes pasaron, para que una chica saliera de la misma casa y fue a abrazarlo

No se por qué razón, pero al ver eso. Mi corazón sintió como si lo estuvieran atravesando con miles de espadas, tenía muchas ganas de ir a ese lugar y separarlos, pero sabía exactamente qué no lo conocía, por eso no lo hice.

Un respiro nunca dado. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora