Cap 22.

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DANNA.

Le acababa de decir a el lo que estaba mal, así que supongo que no estaría mal. Se que talves lo haga sentir mal, pero es cierto. Es mejor que les diga la verdad, en lugar que les siga mintiendo al decirle que el ama a Sara. Aunque sé que a Millet no le puede gustar la idea, de decir la verdad. Siempre fue así.

¿Crees que eso sería lo correcto?.— Dijo el, con un poco de dudas, y bajo el rostro hasta observar nuestros pies.

Si, es lo mejor. Que se los digas, por qué si no se los dices, ellos terminarán por enterarse, y se pondrán muy mal. Puedes decirles que simplemente ya no amas a Sara, y alejarte. — Le respondí.

Ja, ja, ja. No puedo hacerlo mi querida Dan, no por qué no pueda. Si no que simplemente, no tengo a donde más ir. Por que no pienso dejar que una chica ande por las calles sola, vagando. Eso no es de caballeros.

Su respuesta no fue la que esperaba, simplemente pensé que diría, que no puede por qué no quiere. O por el miedo. Pero fue al contrario, me impresionó.

Ah.

Suspiré para tratar de aguantar lo que estaba a punto de decir.

Escuchame, yo… yo tengo tres habitaciones extras en mi casa, por si quieres decir la verdad. En mi casa, hay un lugar.

Eso fue todo lo que pude decir. Luego de eso, tome nuevamente el rostro de Millet, y volví a besarlo, luego de un beso muy apasionado de un minuto. Lo solté, y ambos nos quedamos con la respiración entrecortada.

Lo pensaré.— Dijo.

No se por que razón le dije eso y tampoco sé por qué lo besé, supongo que eso es algo que mi corazón quería decir y hacer. Por qué en esos momentos, yo no estaba pensando, solo estaba haciendo lo que mi corazón decía, a veces es bueno escuchar a nuestro corazón, y dejarnos llevar.

Luego de eso, me aleje de él, y me fui hasta mi casa. Millet hizo lo mismo, al llegar a casa. Y ver tanta soledad, me sentía mal. Así que solo prepare la cena, y me fui a cenar. Luego tome una ducha y me puse el pijama, y tome la tablet de dibujos que estaba sobre la cama. Me quedé con las piernas cruzadas sobre la cama, y me quedé ahí, haciendo diseños para nuevos tatuajes. Eso me relajaba, siempre que estaba estresada, hacia lo mismo. Al final, solo termine dibujando una especie de Luna creciente, con un sol del mismo. Si, mis diseños son al extraños, pero así me gustaban. Al igual que a mis clientes, siempre fui así, algo extraña.

Un respiro nunca dado. ©Where stories live. Discover now