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OLIVIA' S POV

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Nunca antes había estado en detención, nunca antes había pisado el salón de castigos.

En cuanto entre, la maestra de castigos se me quedó viendo algo confundida al entrar.

Por qué claro, ahora todos en la escuela me conocerían por ser la hija de El Mariana y Rivers.

Estaba segura de que a partir de aquí no dejarían de querer hablarme para ser mis amigos.

—¿Me da permiso de entrar? — Pregunté parada en la puerta.

La profesora me asintió, sin darse la oportunidad de levantarse de su escritorio.

Entre a paso lento, había al rededor de unos 10 estudiantes y Melissa, que estaba sentada esperándome.

Llegue y me senté al lado de ella, en la polvorienta banca.

El salón de detención era mucho más pequeño que los salones de clases normales.

Tenía al rededor de unas 15 butacas acomodadas en filas, una pizarra y el escritorio en donde la profesora leía una revista y había como mucha utilera guardada, estaba un poco polvoriento.

Me senté al lado de Melissa, pero no podíamos hablar, estaba estrictamente prohibido tanto como hablar como sacar el celular.

Así que lo único que se me ocurrió hacer, fue poner la mochila sobre la mesa y quedarme dormida hasta que la profesora alzara la voz.

Melissa a mi lado se limaba y pintaba las uñas.

La puerta se escuchaba abrirse y cerrarse, entraban y entraban alumnos, que ni siquiera conocía o nunca había visto.

Se escuchó la silla de la profesora haciéndose para atrás, lo que significaba que iba a comenzar a explicar todo.

—Okay, veo que son muchos. — Dijo paseándose por el frente del salón. — Son demasiados y ninguno está aquí por las mejores razones.

Empezó a repartir las hojas que traía en sus manos.

—Como son demasiados y no puedo monitorearlos a todos al mismo tiempo. Tendrán que trabajar en parejas. — Comenzó a explicar. — Como lo sabrán, en nuestra escuela damos ayuda comunitaria, así que su castigo será que durante 4 semanas tendrán que trabajar en algún lugar de la comunidad, ya sea en una escuela, alguna tienda o supermercado, etc.

Comenzó a explicar, ni en pedo mis papás me dejarían trabajar con desconocidos. Lo más probable es que fuéramos Melissa y yo a la empresa a ver en qué podíamos ayudar.

—Estás hojas, cuentan con una casilla para cada día que estarán trabajando, serán 30 días, es muy importante que les firmen una por día, en caso de que les falte una la boleta no será aceptada.

Comenzó a repartirnos nuestras hojas uno a uno.

No estaba tan mal, vería a Melissa todos los días, de seguro papá nos pondría en un área tranquila y divertida.

—Okay, entonces los voy a formar en parejas y antes de que vengan a reclamarme y pedir cambios, les informo que no pierdan su tiempo, no habrá cambios. — Dijo volviendo que sentarse en su escritorio.

Mi mirada conectó con la de Melissa, ambas teníamos cara de fuchi, ahora solo nos tocaba rezar para que nos tocara juntas.

Y conociendo a lo culera que era la maestra Carolina, no nos pondría juntas.

Amor imposible [Pt.2 Atracción Imposible]Where stories live. Discover now