04 𝖼𝖺𝗉í𝗍𝗎𝗅𝗈.

65 11 21
                                    

Capítulo 04 | “Segunda florecita,                      ¿un ratito más?”

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Capítulo 04 | “Segunda florecita,
                     ¿un ratito más?”

“El número que usted marco no está disponible o se encuentra apagado, fuera del ár-

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El número que usted marco no está disponible o se encuentra apagado, fuera del ár-...

  Con aflicción en su existir, dejó caer su brazo por mantener su celular en la misma altura de su oído dejando a esa grabadora seguir diciendo lo mismo consecutivamente.
Aún podía sentir la primavera tocar su piel como aquella vez que se entregó a un hombre menor. Esa piel ludir con la suya era la sensación que extrañaba desde que se despidió de Corea y tuvo que mudarse en otro país difícil.

  Poblar en Los Ángeles no se le hacía aburrido, sin problema supo cómo adaptarse al primer día; tanto en trabajo, amistades y sobretodo para si mismo.
Pero, por más que trataba de descuidar esos labios besar los suyos le era extañable, no mentiría, incluyendo las repetitivas noches de sexo eran más laboriosos en no poder evitar recordar.

  Sus labios se humedecieron con ayuda de su lengua al sentirlos resecos, el dulzor que compartía con su compañero aún podía saborearlo; algo que atronaba de forma tan loca para medio mundo. Sabía que su dependencia emocional se quedó en Corea y no consigo mismo, aún por más que trataba de mantenerse al margen le fue arduo al quedar alucinado por esos ojos azabaches mirarlo en pequeñas ocasiones imprevistas.

  Sus dedos guardaron aquel dispositivo en su abrigo marrón, ajustó sus correas de su bolso por encima de sus hombros para retomar su caminar hasta su automóvil e irse a su hogar. Un hogar que dejó de serlo desde que su cuerpo gemelo, la parte pequeña de su hermano, dejó de sonreír.

  Un pasado dificultoso que para su desfortuna, él estaba enterado de todo, más bien el había sido parte de ese pasado.
Por un inicio de abril, donde las flores de cerezo dejaron caer sus pétalos por cada discusión quedando así grietas complicadas de sanar.
Debía defenderse, él no tenía culpa alguna de haberse enamorado de un humano del mismo sexo, era válido querer experimentar en forma romántica con quien debía compartir contacto con esa persona especial. También sentía dolor al tener a sus padres brindar más atención a su hermano menor en esos años, siempre fue él el hijo que quedo excluido de esa pequeña familia, podía tan siquiera enumerar las veces nombradas por todas las bocas que trataban de sacarle información por su hermano cuando ni siquiera él conocía mucho de ello.

𝖢𝗁𝗂𝖼𝗈 𝖥𝗅𝗈𝗋𝖺𝗅 | Taekook. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora