Capítulo dos

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Daniel despertó en una habitación de hospital, el ambiente era tranquilo, con un agradable aroma a pinos acompañados del rocío de la mañana, al lado de su amplia cama había una pequeña mesa y encima de ella había un cambio de ropa planchada y aromatizada, con una nota que decía:

"Vístete correctamente, me deshice de tus harapos, cuando 𝗍𝖾 termine𝗌 de cambiar te sales de la habitación, estoy esperando afuera de la puerta"

"Atte: D. "

después de leer la nota Daniel hizo lo que pedía, después de haberse cambiado salió de la habitación y se encontró enfrente con una joven de tez morena, cabello negro y con los mechones rojizo, apoyada en la pared cruzada de brazos mientras que lo miraba.

—Oh, hola señorita —hablo cortésmente el joven—.

—Hola niño —respondió la muchacha—. Escuché que tu deseo es poder hacer que los demás niños no sufran ¿verdad? —Lo mira atentamente mientras que sonreía de par en par—.

—Así es... —Le respondió Daniel mientras que se sobaba el cuello— mmm... ¿Y por qué la pregunta señorita? Claro, si es qué me da permiso de oír su respuesta.

—Pues digamos que soy la vicepresidenta de una organización en la cual nos encargamos de la humanidad en general...

—El chico la la miró emocionado y bastante maravillado por las cosas que decía esa desconocida—. Wow... ¿puedo unirme?... —dijo algo nervioso y temeroso de qué lo rechazan—.

—Obviamente, vi la forma en la que me encargaste es de esos matones y me interesó bastante así que si, estás dentro de la organización S.H, Salvadores de la Humanidad, bienvenido pequeño.

—Gracias por la oportunidad, señorita... —se quedó callado por un momento pues no sabía cómo se llamaba aquella muchacha la cual ahora sería su jefa por así decirlo—.

—Delia, mi nombre es Delia Smith —dijo con una amable sonrisa—.

—Un gusto conocerla señorita Delia.

—El placer es todo mío, señorito Kim —hace una reverencia—.

—Cómo sabe mi nombre?... —Este la comenzaba a ver algo sospechosa pues nunca le dijo su nombre y menos su apellido—.

—Oh, pues en los trapos viejos que tenía puestos estaba una etiqueta que decía "propiedad de Daniel Kim", por eso supuse que ese era su nombre, perdone las molestias.

—No es nada, sólo es que me tomo de sorpresa...

~•~

Caminando por las grandes y limpias calles de una hermosa ciudad, pero no todo era perfecto, había tránsito y algo de humo, las calles estaban repletas de gente ah y de vez en cuando se escuchaban llantos hola típica frase de "¡ladrón!, ¡Que alguien me ayude, se están robando mi cartera!" Aunque Daniel quería ayudar tenía que ignorarlo por petición de Delia.

Mientras que veía todo el lugar el chico no podía contenerse pues la curiosidad lo mataba así que preguntó "¿En qué parte del mundo estamos ahora?" y Delia le contestó como si no fuera nada importante "Oh, en el país Z*".

—Se queda atónito y detiene su paso—.¿Que?... ¿Cómo es posible que estemos en el país Z?.

—Pues no tienes que temer, vi como peleabas así que estoy segura de qué no te pasara nada —dijo con tranquilidad—.

—Si usted lo dice... —volvió a caminar para seguirle el paso a la joven—.

~•~

Akim Where stories live. Discover now