Déjame cuidarte

156 8 2
                                    

Narra Samantha:
Hace una hora salí del estudio y me vine para casa, todavía debía prepararme ya que habíamos quedado a cenar con Rafa y algunos más. Flavio está mañana tenía una reunión con su equipo pero, según me comentó al mediodía tuvo que cancelarla por un imprevisto.
De momento estoy esperando a que venga, hemos quedado aquí, en casa, para pasar un ratito los dos solos antes de que llegue la hora de la quedada con los chicos. Pero, lo cierto es que lleva una hora de retraso y me preocupa porque ni siquiera atiende mis llamadas.
- ¡Voy! - chilló cuando siento el timbre de casa. Espero que sea él.
- Hola - me dice sin apenas voz apoyándose en el marco de la puerta.
- Bebé, ¿estás bien? - le preguntó porque su cara me dice todo lo contrario. - Me tenías muy preocupada.
- Estoy... - es lo único que dice agarrándose la frente. - ¿Puedo pasar? Me estoy empezando a marear.
- Ven, yo te ayudo - le digo agarrándole del brazo para acompañarle al sofá. - Voy a llamar a los chicos para cancelar el plan.
- No llames a nadie. Vete con ellos y yo me voy a mi casa a descansar - me dice Fla echándose hacia atrás en el sofá.
- Estás loco si piensas que te voy a dejar solo, tú te quedas aquí y yo contigo - le digo con rotundidad. Está loco si piensa que le voy a dejar solo y más viendo como está.
Intente convencerle para ir a la habitación, en la cama va a estar mucho más a gusto que en el sofá. Y aunque se negaba y afirmaba ir a su casa para "no pegarme" lo que fuese que estaba cogiendo, conseguí convencerle de que lo mejor en este caso era no estar solo y ¿quién mejor que yo para cuidarle?
- Descansa un poco - le digo una vez se echa en la cama con la camiseta. Tiene mucha ropa aquí, así que no tenemos problemas para que pueda cambiarse si es necesario.
- Gracias... - me dice antes de cerrar los ojos.

Narra Flavio:
Me desperté esta mañana súper cansado, con un dolor de cabeza terrible y con la voz tomada, parece que la gripe está llegando. Hoy tenía una reunión con la discográfica pero decidí cancelarla ya que no tenía fuerzas para ir, quizás también debía haberle cancelado el plan a Sam pero me apetecía mucho verla. Al final, decidí pasarme a verla un ratito pero no ir a la cena con los chicos y, aunque mi idea no era que Sam también cancelase el plan porque sobre todo, no quería que por mi culpa ella también se pusiese enferma, terminó convenciéndome de que me quedase allí con ella.
- ¡Voy! - siento al otro lado de la puerta cuando pico al timbre.
- Hola - le digo con la poquita voz que me sale del cuerpo y apoyándome en el marco de la puerta porque me encuentro agotado y necesito algo que me ayude a no perder el equilibrio.
- Bebé, ¿estás bien? - me pregunta con cariño tocándome la mejilla. - Me tenías muy preocupada.
- Estoy... - es lo único que le digo tocándome la frente porque parece que va a estallar. - ¿Puedo pasar? Me estoy empezando a marear.
- Ven, yo te ayudo - me dice con cariño para ayudarme a entrar en el salón. - Voy a llamar a los chicos para cancelar el plan.
- No llames a nadie. Vete con ellos y yo me voy a mi casa a descansar - le digo echándome hacia atrás en el sofá porque no quiero que por mí cancelé los planes que teníamos. Quizás yo no pueda hacerlos pero ella sí y a estas alturas es muy difícil encontrar momentos para vernos todos.
- Estás loco si piensas que te voy a dejar solo, tú te quedas aquí y yo contigo - me dice con rotundidad sin darme opción a réplica.
Estuvimos en el sofá muy poquito tiempo, yo cada vez me sentía peor y Sam pareció notarlo porque no dudo un segundo en intentar convencerme para ir a la cama donde descansaría mejor. Pero yo seguía con mi cabezonería de irme a mi casa, no quería que por estar tanto tiempo con ella le pegase lo que fuese que estuviese teniendo.
- Descansa un poco - me dijo una vez me acosté en la cama, me ayudo a quitarme la ropa y quedarme solo con la camiseta. Estaba sudando como si estuviera subiéndome la fiebre.
- Gracias... - es lo único que conseguí decirle antes de cerrar los ojos.

Narra Samantha:
Llame a Rafa para avisarle que ni Fla ni yo íbamos a ir a cenar, lo importante en estos momentos es que Flavio coja fuerzas y se recupere y, yo estoy dispuesta a quedarme a su lado por muy arriesgado que sea. También avise a mi suegra, la pobre llevaba todo el día tratando de ponerse en contacto con él al igual que yo pero tampoco le cogió el teléfono a sus madre, estaba preocupada pero se quedó algo más tranquila al saber que estaba conmigo pero me hizo prometerle que la iría avisando de cómo evolucionaba. A los últimos que llamé fueron mis padres, quería pedirle a mi madre ayuda para hacerle un caldo a Fla y dárselo en algún momento junto con la medicación que él mismo trajo aunque debo preguntarle si es para esto ya que no se si ha ido al médico en algún momento.
- Bebé, despierta - le digo acariciandole el pelo. - Tienes que comer algo para tomarte las pastillas, ¿son estas verdad?
- Sí - es lo único que consigue decirme para incorporarse en la cama y salir de ella.
- ¿Dónde vas? - le digo impidiéndole que se levante. - Fla, vas a comer aquí.
- Pero... - trata de replicar ya que él siempre se niega a comer en la cama.
- No hay pero que valga, te vas a tomar el caldo y las pastillas aquí - le digo. - Después si quieres te vuelves a dormir.
- No quiero dormir más, ¿podemos ver una película o hacer algo? - me pregunta a lo que yo asiento.
Le ayude a tomarse todo el caldo y espere a que terminase con la medicación para llevar la bandeja de vuelta a la cocina. La idea era ir dejar la bandeja y volver pero, lo cierto es que yo también debería comer algo sino quiero ponerme mala yo también.
- Vete escogiendo la película que quieres ver - le digo a Fla levantándome de la cama con la bandeja. - Voy a dejar esto en la cocina, ahora vuelvo.
- Come algo tu también, por favor - me dice Fla a lo que le asiento con la cabeza para salir de la habitación.

Narra Flavio:
Samantha me ha estado cuidando desde el primer momento que me vio entrar por la puerta de casa pero, el problema es que se está olvidando de ella y al final, va a caer enferma ella también. Estoy bastante cansado y no sé lo que aguantaré despierto pero me apetece pasar un rato con ella tranquilos aunque sea viendo una película.
- ¿Ya has escogido? - me pregunta en cuanto entra en el cuarto.
- He mirado unas cuantas pero me apetece ver La Familia Bélier en versión original. Se que es de tus favoritas y me apetece que la veamos juntos por primera vez - le digo con cariño, Sam siempre me ha hablado de ella pero nunca llegamos a verla juntos.
- Perfecto, me pongo el pijama y la vemos - me dice dejándome un beso para acercarse al armario a por su pijama. - Dame cinco minutos, vete poniéndola si quieres y así sólo es darle al play cuando venga.
No sé cómo pero conseguí mantenerme despierto toda la película e incluso un ratito más, estuvimos charlando y sacándonos alguna que otra foto que, quién sabe dónde acabarán. El problema estaba llegando ahora porque la fiebre estaba volviendo a subirme y aunque estaba tratando de aguantarme para no despertar a Sam parece que ella lo notó porque a la mínima se despertó y comprobó que todo estuviese bien pero no parecía ser así.
- Amor, estás ardiendo - me dice en cuanto toca mi frente.
- Tengo mucho frío Sam - le digo aunque lo cierto es que estoy sudando.
- Tranquilo - me dice acariciándome la mejilla. - Vamos a darte una ducha para quitar la sudada que tienes encima, quito las sábanas y nos volvemos a acostar. Te voy a preparar también unos paños de agua para que pongas en la frente haber si conseguimos regular la temperatura de tu cuerpo.
- Gracias - le digo. Es injusto que tenga que perderse la queda con sus amigos por mi pero en el fondo se lo agradezco porque en estos momentos solo me apetece estar con ella ni solo ni en compañía de otras personas, sino con ella.

Narra Samantha:
A Flavio le subió la fiebre de un momento otro y aunque se que estaba aguantando todo lo posible para no despertarme era inevitable que no lo hiciese porque yo no podía dormir sabiendo que en cualquier momento la cosa podía empeorar. Tras una ducha y unos paños de agua en la frente conseguimos estabilizar la fiebre pero si sigue con estas subidas y bajadas llamaré al médico o le llevaré a urgencias.
- ¿Estás mejor? - le preguntó una vez nos acostamos de nuevo en la cama.
- Sí, gracias por cuidarme - me dice de nuevo.
- Deja de darme las gracias por algo que tú también harías por mí. Bebé, estoy contigo tanto para lo bueno como para lo malo - le digo recibiendo su abrazo.
- Yo también - me dice dentro del abrazo.
- Lo sé - le digo porque esto son cosas que no son necesarias decir pero a veces está bien recordarlas.
- Te quiero - me dice fuera del abrazo pero agarrándome la mano y dándome un beso en la mejilla.
- Yo más - es lo único que le digo volviendo a acurrucarnos en la cama. Quien sabe como despertaremos mañana y que planes podemos hacer pero, a pesar de todo, el plan de estar en casa como dos lapitas no está nada mal.

¿Casualidad? No lo creoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora