Laponia

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Narra Samantha:
Laponia es uno de los lugares más bonitos que he visitado y el más especial. Aun recuerdo el día que Fla se plantó en mi casa con la maleta y los billetes en la mano.

*Flashback*

Narra Samantha:
Fla se fue el domingo por la noche a su casa al igual que todas las semanas pero, estamos a jueves y ni siquiera hemos conseguido sacar un hueco para hablar por teléfono con tantos compromisos que teníamos. Estoy intentando contactar con él justo cuando suena el timbre, sea quien sea la persona parece que ha entrado en el portal sin ninguna dificultad.
- ¡Sorpresa! - me dice en cuanto abro la puerta abrazándome sin darme tiempo a reaccionar.
- ¿Qué haces aquí? - le digo mientras entramos al piso con todas sus cosas.
- Te extrañaba y decidí venir a verte, se que me has estado llamando todo el día pero he estado gestionando una serie de cosas para mañana - me dice mientras saca la comida de una bolsa y la coloca en varios platos.
- He comprado algo de cena, me supongo que no hayas cenado todavía - me dice mientras lleva los platos al salón.
- Muchas gracias - le digo sentándome a su lado y mirando hacia la puerta de mi piso donde veo una maleta de viaje. - ¿Y esa maleta?
- Mañana me voy de viaje y he pensado quedarme contigo hoy - me contesta sin darle importancia al detalle.
- ¿Te vas? - le pregunto triste y sorprendida.
- Verás... Hace un tiempo una chica me dijo que su sueño era viajar a Laponia en navidad y llevo meses organizando el viaje para irnos - me dice tranquilamente mientras que mi cara pasa a ser de asombro. - ¿Tú crees que querrá venir conmigo?
- Idiota - es lo único que le digo para abrazarle fuertemente.
- Me tomaré eso como un sí - me dice soltando una carcajada. - Venga, a cenar que hay una maleta por preparar aún y mañana nos vamos.

*Fin del flashback*

Narra Samantha:
La aventura en Laponia comenzó bastante bien para ser nosotros porque cada vez que nos vamos de viaje algún problema surge en el camino.
El primer día llegamos allí a las seis de la tarde pero a pesar de la hora ya teníamos una actividad organizada para ese día, a las nueve de la noche nos recogieron en la cabaña residencial donde nos estábamos alojando para ir a ver las auroras boreales.

*Flashback*

Narra Flavio:
Hace apenas tres horas que llegamos a la cabaña residencial donde nos vamos a hospedar estos días. Pero, ahora es momento de disfrutar de nuestra primera actividad, la experiencia de las auroras boreales.
- ¿Cuántos kilómetros ha dicho? - me pregunta Sam mientras vamos en el transporte con el resto de personas.
- Cuarenta, la idea es ir a una zona de plena oscuridad para poder verlas bien según he leído en el folleto de la actividad - le explicó para volver a disfrutar del paisaje que nos rodea.
Cuando llegamos al destino, nos pidieron sentarnos en un círculo para disfrutar de un chocolate caliente mientras nos explicaban la historia de las mismas y cómo se pueden capturar en imágenes.
- Que bonito, me encantaría tener alguna foto de recuerdo con ellas de fondo - me dice Sam, lo que ella no sabe es que en mi móvil hay varias fotos suyas disfrutando de este momento.
- Te he sacado unas cuantas antes - le digo abrazándola para sacarnos un selfie.
- Would you like me to take a picture of you? - nos pregunta el monitor de la experiencia, cosa que le agradecemos porque va a quedar mucho más bonita así que el propio selfie.

*Fin del flashback*

Narra Samantha:
La experiencia fue preciosa a la par que agotadora, hacía pocas horas que habíamos llegado a la región y acabó muy tarde. Apenas dormimos esa noche, entre el jet lag y el madrugón del día siguiente, el sueño comenzaba a acumularse en nosotros.
El segundo día pasamos la mañana disfrutando de los animales más emblemáticos de la región, los renos y terminamos el día con una sesión de relajación en la sauna finlandesa y el baño de agua glaciar.

¿Casualidad? No lo creoWhere stories live. Discover now