Atributos

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Me quede tiesa, sabía que el no me había visto hurgando en sus cosas, pero fue bastante extraño y no podría verlo igual.

-Aquí está, la estaba buscando. ¿Lista para comenzar?. -Me preguntó, se veía un poco tenso y eso me hizo sentir bastante nerviosa.

-Y-yo...sí, estoy lista. -Le respondí medio dudosa.

Me guío hasta el sillón y deje mis libros en la mesa ratona frente al sillón. Hasta ahora notaba lo que traía en sus manos: una regla y un cuaderno.
Mis pensamientos se desviaron al ver la regla que sus fuertes manos sostenían, tenía que dejar de escuchar a María, me tenía bastante traumada con sus anécdotas.

Volví a la realidad al escuchar mi nombre salir de sus labios.

-Señorita Nicole, ¿se encuentra bien?. -Tenía la misma cara de siempre, pero sonaba un poco ¿preocupado?

El solo pensar que por un momento, sintió preocupación por mi hizo que mis mejillas se sonrojaran, mis cachetes también.

-¿Eh?.

-Le pregunte si se encuentra bien.

-Ah sí, estoy bien, gracias. -Me sonroje todavía más, ahora notaria el divagar de mis pensamientos y pensaría que no estaba concentrada.

Me respondió con un asentimiento y comenzamos las asesorías.

Antes de que pudiera procesarlo, estaba recogiendo mis cosas para finalmente ir a mi casa.

Cuando tuve todas mis cosas en brazos, tome mi Nokia con cierta dificultad debido a mis manos ocupadas y presione la aplicación de Oober.

Sentí una prescencia en mi nuca y mis vellos se erizaron, todos. Era él, parado peligrosamente cerca detrás mío, decidí no darme la vuelta y permanecer en esa posición, no quería romper el contacto.

-¿Tienes como llegar a casa?. -Tenia sus labios casi pegados a mi oído y, para ser honesta, no quería que se alejara.

-N-no, yo...quiero decir, estaba a punto de pedir un Oober. -Respondí como pude, sabía que sonaba como la idiota más virgen del mundo, porque así lo era.

-Puedo llevarte a casa, no tengo problema.

Me di la vuelta, finalmente encarándolo. ¿Realmente se estaba ofreciendo llevarme a mi casa, después de una larga sesión y sin cobrarme?

-N-no, no quisiera molestar, ya ha hecho bastante. -¿Por qué no podía dejar de tartamudear?

-No es molestia, esta oscuro afuera y quiero asegurarme de que llegue a casa señorita. -¿Acaso yo era la única afectada por la situación? El parecía completamente despreocupado, probablemente porque no era más profundo que un simple favor a una alumna. Tenía que dejar de ilusionarme.

-Bueno, gracias, es muy amable. -No sería inteligente de mi parte rechazar la oferta, ni siquiera tenía dinero suficiente para pagar un transporte.

No recibí respuesta, solo otro leve asentimiento. Salió como si nada de la habitación, sin fijarse si lo seguía o no.

El camino a mi casa fue bastante incómodo, tenía frío y no quería que lo notara pero mi cuerpo no resistió y comencé a temblar.

-¿Tienes frío? -Ni siquiera volteo a verme, siguió con la vista en la carretera, parecía que evitaba mi mirada.

-No, estoy bien. -Susurré tan bajo que no creí que me hubiese escuchado. 

Claro que no, estaba a nada de congelarme en el asiento, pero su indiferencia no me animaba a soltar queja alguna.

-Puedo verla. Esta temblando. -No sabía que era más frío, si su voz, o mi temperatura corporal.

Sin esperar una respuesta de mi parte, disminuyo la velocidad del auto y giró su torso en dirección a los asientos traseros, el auto todavía estaba en movimiento y yo estaba asustada y confundida. Iba a morir en un accidente automovilístico junto a mi profesor.

En un instante, su vista volvió al frente y  me tendió algo. Una sudadera. 

Me dio su sudadera. Para que no tuviera frío.

Me quede estática por unos segundos, sosteniendo la prenda en mis manos. Podía notar la mirada de reojo del hombre, esperando.

-Sabe que, no tiene que usarla si no quiere, fue mi error, lo s-. -Estaba a punto de disculparse.

-No, no, la usaré. Gracias. -Respondí aunque no podía escuchar mi propia voz, los latidos de mi corazón me resonaban en los tímpanos, sentía que en cualquier momento explotarían.

Esta vez tampoco respondió, solo asintió con la cabeza una vez. Todo el resto del camino fue en silencio.

Al llegar, le señale la casa y detuvo el auto. Ambos estábamos notablemente cohibidos, parecíamos dos adolescentes. 

Sostuve mejor mi mochila y abrí la puerta, frenando de inmediato, olvidaba algo.

-Lo siento, casi lo olvido. 

Tome el borde de la sudadera y la pase por arriba de mi cabeza, sintiendo inmediatamente la brisa helada directamente en mi torso. Joder.

Mi blusa había quedado enganchada al borde de la prenda y quedo atascada, siendo levantada junto con la sudadera, dejando a la intemperie mis carnosidades.

Rápidamente la acomode correctamente en su lugar, tratando pobremente de disimular la vergüenza. 

Nos quedamos en silencio, ambos teníamos la vista al frente. 

-Y-yo, creo que debería irme. -Trataba con todas mis fuerzas disimular el temblor en mi voz a la vez que le devolvía la sudadera.

-Eh...sí. La veré mañana. -Su mirada seguía fija en el volante y el tono serio y dudoso en su voz hacía la humillación cada vez era más grande.

-Nos vemos, gracias. -Me despedí con un hilo de voz y salí del vehículo, casi corriendo dentro de la casa.

Mientras subía las escaleras, sentí las lagrimas correr por mi rostro, ni siquiera había notado mis ojos acuosos. Llegue a mi cuarto y cerré la puerta con seguro detrás mío. Me quite los zapatos rápidamente y después siguieron mis jeans.

Lo único que pensé correcto fue tirarme a la cama y taparme con las mantas, ¿qué acababa de suceder?

Mi jodido profesor de matemáticas, el de las esposas exóticas y ceño fruncido, acababa de ver mis chichis, mis atributos.

Cerré los ojos, me ardían debido al llanto y necesitaba dejar de pensar. 

Hasta ahora, no había notado lo cansada que me encontraba, bostezando y acurrucándome mejor contra mi cama, cayendo en un profundo sueño inmediatamente.


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Holaaa, cap corto pero potente🤭😏

Díganme que opinan, ¿qué debería hacer Eliana de mujer?

No olviden votar 😉💛

Los amoooo.

xxxxxxxx





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⏰ Last updated: Nov 08, 2023 ⏰

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