🌼| C A P I T U L O 10 | 🌼

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| Athena Ferris |

Mi mirada no se podía apartar de la herida en su frente, su frente estaba brotando sangre enchumbando el suelo debajo de el con su sangre.

«Simplemente asqueroso»

El otro hombre no pudo reaccionar al igual que yo, soltó bruscamente a Verónica quien yacía desmayada haciendo que por poco se golpee la cabeza por el suelo.

— ¡Maldición...! — Gruño por lo bajo.

A punto su arma hacia el lugar de donde vino el disparó, soltando leves gruñidos de enfado. Agarrando una postura tensa mientras los pasos desde afuera del baño se escuchaban y se acercaban.

No iba a admitirlo pero también estaba nerviosa. Soltando un leve gruñido me enderece echándome más para atrás queriendo tomar a la desmayada Verónica.

«Además de querer separarme de aquel cuerpo muerto»

— ¿Quién demonios eres? — Gruño al apuntar al hombre que acaba de entrar con plena tranquilidad al baño.

También vestía de negro y solo sus ojos pude ver, eran de un tono azul claro.

El hombre de negro que recién apareció quedó en silencio observando todo su entorno hasta fijar su mirada en mi.

Con mi mirada fija en el mi piel se tenso encogiéndome por instinto en una esquina del baño.

Con su mirada aún posada en mis ojos vagaron por mi cuerpo como si estuviera buscando algo hasta que finalmente separó su mirada de mi para mirar al muy enojado hombre justo delante mío.

Apretando el mango de su arma con las manos enguantadas el hombre que anteriormente había echo que Verónica se desmayara estalló.

— ¡Hijo de puta, ¡Responde! — Reclamó con voz gruesa y enojada.

Aunque claramente solo un ciego no notaría lo nervioso que estaba, sus manos temblaban haciendo que su arma también lo hiciera.

«Tan valiente no era»

¿Por qué tanto miedo?

Aquel hombre de negro manteniendo su desinterés a la persona frente a el froto sus nudillos a través de sus guantes negros con el arma aún siendo sostenida por el.

Tragando saliva observé la poca interacción entre el asesino y mi supuesto salvador. No estaba entendiendo nada, por un lado había uno que estaba tan enojado y asustado porque mataron a su compañero, pero el otro simplemente se relaja los nudillos...

«Aunque es muy pronto para llamarle mi salvador»

Un ruido en seco hace que mi piel se tense más de lo que estaba y un grito me hizo tapar mi boca.

Mi salvador... Le había disparado en la pierna al otro, haciendo que este callera al suelo de rodillas sujetándose la pierna con fuerza, cuál sangraba mucho.

Mi rostro se convirtió en una mueca comprendiendo el dolor de aquel tipo, ¿Pero se lo merecía? Si, era mi única respuesta.

— ... Oye, pecas. — Una monótona y ronca voz llama mi atención erizándome hasta lo indebido.

| La Dormilona De Los Sokolov | Narcolepsia |Where stories live. Discover now