🌼 | C A P I T U L O 12 | 🌼

5.2K 464 5
                                    

‧₊˚ ☁️⋅♡𓂃 ࣪ ִֶָ☾.

๋࣭ ⭑| C A P I T U L O 12|๋࣭ ⭑
ִ ࣪𖤐| Lo que pasó.. |ִ ࣪𖤐
• Maratón 1/4 ⭑

| Athena Ferris |

— ¿Quieres agua? — Asentí pasando las yemas de mis dedos por mis párpados.

Sus movimientos fueron rápidos y medio torpes al alcanzar un vaso con agua que estaba justo al lado de la camilla.

Acaricié un mechón trasero de mi cabello dándome cuenta que lo llevaba suelto, cosa que era rara porque nunca lo había soltado... Lo primero que pensé era que los médicos me lo habían soltado o algo así...

— Gracias... — Murmuré y empecé a beber el agua hasta saciar mi sed.

Por alguna razón la mano que sostenía el vaso temblaba pero estos fueron cortos movimientos hasta quedar completamente quieta.

Mi padre se sentó en una silla cercana a la camilla, se inclino hacia mi mirándome fijamente con esa extraña expresión.

— ¿Estás bien? — lo escuché murmurar.

Con un asentimiento respondí colocando el vaso en su lugar nuevamente.

— Si, creo que sí. — Rasque mi oreja.

Pude observar como los dedos de mi padre temblaban ligeramente.

Baje la mirada sin saber que más decir, después de todo aún era incómodo interactuar con el.

«Después de todo, la sal no cura la herida»

— Sobre ese día... Había salido de la academia para resolver unos problemas de trabajo... Me enteré del incidente cuando mi asistente llamo llorando, disparos se escuchaban al fondo. — Su mirada se oscurecía con cada palabra que decía.

Aún sin pedir explicación o mostrarme curiosa por lo que había dicho, aún así me empezó a contar toda la historia.

— Rápidamente le pregunté por ti... No supo que responderme y mis sentidos se alertaron pensando en lo peor... — Tapo su boca al momento de seguir la historia.

‹Me subí a mi auto y conduci como loco a la academia, solo para encontrarme con un montón de policías y ambulancias, estudiantes mal heridos... Y otros incluso muertos. Pero no te veía por ninguna parte, ni un cabello de tu melena pelirroja podía ver.›

‹Supuse que aún no habías salido y que estabas escondida en alguna parte... Quería creer que estás bien, mi mente no podría soportar creer en otra cosa. Así que rápidamente intenté ingresar hacia el interior de la academia pero fui detenido por la policía...›

‹Me empezaron a interrogar pero yo estaba muy desesperado como para responder adecuadamente... La policía decidió dejarme a un lado después de no responder correctamente sus preguntas.. cuando me dejaron de lado, evitaron que me adentrará a la academia, decían que era peligroso›

‹Pero no me importaba... Solo quería saber si mi hija estaba bien, solo eso. Pasaron segundo, minutos e incluso horas y la policía no hacia nada. Solo estaban quietos mientras disparó por disparó y grito por grito salía salía de aquel lugar, hasta que algo que nunca espere sucedió...›

‹Tu estabas allí... En brazos de un chico enmascarado vestido completamente de negro. Recuerdo que mi corazón había latido ferozmente y mi respiración empezaba a faltar al ver qué no te movías›

‹Cuando finalmente el chico llegó hacia la policía quienes le habían estado apuntando con sus armas al momento en que salió, el policía parecía interrogar al chico... Pero este no respondía, al final la persona que estaba interrogando suspiro y anuncio que aquel chico no era un peligro›

‹Yo por instinto moví mis piernas y corrí hacia tu cuerpo creyendo en lo peor, el chico te entrego a mis brazos y murmuro unas sencillas palabras que hicieron relajar mi corazón›

‹La niña está bien›

Pequeñas lágrimas habían salido de mis ojos sin darme cuenta, cuando empezó a contarme lo sucedido en aquel entonces.

«... Las perras no lloran, coño» No soy una perra...

Y nuevamente mi subconsciente arruinando el ambiente triste.. Al menos para mí.

Volviendo la vista a papá quien no había levantado la vista desde que me contó todo, las yemas de mis dedos temblaban y mis labios se entreabrían dudando en si responder.

«Dilo»

— ¿Estuviste muy preocupado? — Murmuró bajando la cabeza.

No era lo que iba a decir.

Una suave risa sin gracia salió de sus labios.

— ¿Qué si estuve preocupado? — Allí levantó su mirada revelando me sus ojos aguados. — Maldita sea, estaba tan asustado que sentía que me iba a morir. Athena no se por lo que has pasado... Ni por lo que has vivido pero no quisiera ser visto como un extraño para ti. ¿Sabe solo doloroso que es que tú propia hija te vea como un desconocido?

‹No quiero que pienses que te estoy manipulando, solamente pienso que sería lindo que mi hija sonría para mí..›

«'Su hija'»

En estos momentos no sé si abrazarlo o llorar... ¿Ambas? Si, ambas.

Baje mi cabeza ocultando las lágrimas caídas. A simple vista parecía fácil... Pero no lo era, no podía más...

Quería abrirme a el, mostrarle mis tontas ideas, tratar de ser una familia...

¿Qué me lo impedía?

«Tu egoísmo»

¿Era esto ser egoísta? ¿No querer perdonarlo por abandonarme?

«¿Como sabes que te abandono? ¿Escuchaste su explicación? ¿Trataste de entenderlo?»

Las preguntas que yo misma me hacía solo hicieron doler más mi pecho, podría simplemente perdonarlo... No podía, ¿Decir "te perdono"? No, no puedo... No podría...

«Huir es para cobardes» Y lo era, era una cobarde...

Seguramente me veía tan lamentable en este momento, solté lágrimas que pasaban por mis mejillas hasta caer a la camilla mojándola un poco.

¿No se cansa de esperar mi perdón?

Repentinamente un fuerte abrazo me rodea el cuerpo haciéndome temblar, sus dedos acariciaban mi espalda con suavidad, mientras murmuraba cosas que mis oídos no podían escuchar.

— No necesito que me perdones, no necesito que manches tu boca con esa simple frase, no lo necesito. — Murmuro el con voz apagada.

Ahora sí, ¿Y si lo abrazo? No estaría mal... Instintivamente las palmas de mis manos que picaban rodearon junto a mis brazos su cuello.

No tenía idea de que estaba haciendo... Pero al sentir sus manos acariciar de arriba a abajo mi cabello ya sabía que iba a hacer..

Llorar, dejando que mi cuerpo temblará y aceptará su abrazo como si fuera dependiente de aquello.

— ¿No me odias? — Logré murmurar con voz temblante.

Las yemas sus dedos rozando mi cabello se sentían tan suaves, era la primera vez que recibía este tipo de afecto.

— ¿Por qué lo haría? Después todo yo soy e culpable, el culpable de tus cicatrices.. — sus dedos siguieron acariciando mi cabello.

«Entonces lo sabias...»

— ¿Aún si no fuiste quien las causo? — Murmuro en silencio.

Un suave suspiro salió de sus labios mientras quizás pensaba en que responder.

— Si, incluso si no fui yo... Al verlas... Quedé con el pensamiento: "Era mi culpa" y solo eso me repetía durante estos dos días.

«Vaya...»

theprinces57

| La Dormilona De Los Sokolov | Narcolepsia |Where stories live. Discover now