Capitulo 10

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En el imponente parlamento que una vez fue el palacio de la reina Toriel, Hitler, el líder del movimiento nazionalsocialista, había convocado a Undyne para recibir un informe sobre las ruinas. La jefa mariscal de las SS, ahora a cargo de la transformación de las ruinas, entró con determinación y le entregó a Hitler un reporte detallado.

Undyne: "Mi Führer, en estos meses, hemos capturado al menos cinco monstruos que cayeron en las ruinas. Los tenemos bajo custodia. He ordenado que sean entregados a Alphys para su investigación más detallada."

Hitler asintió, complacido con el progreso.

Hitler: "Excelente trabajo, Undyne. Asegúrate de que Alphys obtenga toda la información necesaria. Necesitamos entender completamente a los monstruos y sus habilidades para tomar medidas eficaces."

Undyne saludó militarmente y se retiró para cumplir con las órdenes de Hitler. Acto seguido, Hitler mandó llamar al jefe de la Gestapo, la temida policía secreta del régimen. Este entró en la sala y realizó un saludo militar antes de informar a su líder.

Jefe de la Gestapo: "Mi Führer, hemos descubierto algo inusual en uno de los ciudadanos, un humano llamado Sans. Tiene la capacidad de utilizar magia azul, algo extremadamente raro entre los humanos."

Hitler frunció el ceño ligeramente, intrigado por esta revelación. Decidió que necesitaba ver personalmente a Sans para entender completamente esta peculiaridad. Dio la orden de que lo trajeran ante él.

Pocos minutos después, soldados de las SS ingresaron a la sala con Sans, quien se veía tranquilo y confiado a pesar de las circunstancias. Hitler hizo una seña para que los soldados se retiraran, quedando solo con Sans en la habitación.

Hitler: "Sans, sé que tienes habilidades de magia azul. Lo sé porque necesito personas con habilidades especiales para sacar a los humanos del subsuelo."

Sans, con su actitud despreocupada pero astuta, miró fijamente a Hitler.

Sans: "¿Y cómo planeas hacer eso? ¿Qué necesitas de mí?"

Hitler le explicó sobre el trabajo de Alphys en una máquina para destruir la barrera que mantenía a los humanos atrapados en el subsuelo. Explicó su intención de liberar a los humanos y llevarlos a la superficie. Sans escuchó atentamente, evaluando las palabras de Hitler.

Sans: "Interesante. Pero, ¿por qué confiaría en ti? ¿Qué garantía tengo de que esto no es solo una artimaña?"

Hitler se mantuvo serio y directo en su respuesta.

Hitler: "Te doy mi palabra de que no te haremos daño si decides colaborar. Necesito a personas como tú, con habilidades únicas, para asegurarme de que este plan tenga éxito."

Sans se quedó en silencio por un momento antes de hablar.

Sans: "Déjame pensarlo. No tomo decisiones apresuradas."

Hitler asintió con respeto y liberó a Sans para que pudiera considerar su oferta. Mientras Sans se retiraba, Hitler se quedó en la sala, contemplando el futuro que estaba tratando de forjar para su gente. Sabía que cada decisión, incluso las relacionadas con personas tan peculiares como Sans, serían cruciales en el camino hacia la realización de su visión para Alemania.

Sans llegó a su casa con su típica actitud tranquila, pero por dentro, estaba lleno de pensamientos. La noticia de que su hermano Papyrus había sido aceptado en las SS lo llenó de preocupación ya que lo escucho en el camino.

Sabía que Papyrus no era el tipo de persona que pudiera sobrevivir en medio de un conflicto armado. Sans se sentó en el sofá, meditando sobre las posibles acciones que podría tomar.

En ese momento, Papyrus entró en la sala con una emoción palpable en su voz.

Papyrus: "¡Sans! ¡Hermano! Fui aceptado en las SS y ahora tengo el rango de SS-Oberschütze. Estoy emocionado. ¡Tengo muchos amigos ahora!"

Sans, aunque feliz por su hermano, estaba profundamente preocupado por su seguridad.

Sans: "Papyrus, ¿estás seguro de esto? La guerra es peligrosa y no sé si podrías... resistir."

Papyrus sonrió, sin perder su entusiasmo.

Papyrus: "¡Claro que sí, hermano! ¡Seré el mejor soldado que jamás hayan visto! Además, tengo muchos amigos ahora. Estoy en buenas manos."

Sans sonrió débilmente y decidió dejar el tema por ahora. No quería apagar la alegría de su hermano. Después de un breve intercambio, Sans se levantó y anunció que saldría.

Papyrus: "¿A dónde vas, hermano?"

Sans: "Voy a ver a un amigo. No estaré fuera mucho tiempo."

Salió de su casa y, en un abrir y cerrar de ojos, se encontró frente al parlamento. Se teletransportó directamente a la oficina de Hitler, decidido a hablar con él sobre la decisión de poner a Papyrus en las SS.

Sans: "Oye Hitler, ¿por qué pusiste a mi hermano en las SS? Él no está hecho para la guerra."

Hitler, siempre seguro de sí mismo, respondió con calma.

Hitler: "Lo hice para atraerte aquí, Sans. Sé que te preocupas profundamente por tu hermano. Pero podríamos llegar a un acuerdo."

Sans, intrigado, preguntó: "¿Qué tipo de acuerdo?"

Hitler: "Mantendré a tu hermano lejos de la línea de fuego si decides unirte a la Gestapo. Podrías ser muy valioso para nosotros."

Sans, después de una breve pausa, asintió, aceptando la propuesta.

Sans: "De acuerdo, lo haré. Pero quiero asegurarme de que Papyrus esté seguro."

Hitler: "Lo prometo, tu hermano estará fuera de peligro directo."

Hitler, con una sonrisa, llamó al jefe de la Gestapo y le ordenó proporcionar a Sans el uniforme y el entrenamiento necesario. El jefe de la Gestapo asintió y se retiró, mientras Sans le seguía, listo para comenzar su nueva vida en la Gestapo. A medida que se adentraba en este mundo desconocido, Sans estaba lleno de incertidumbre pero también de determinación. La seguridad de su hermano estaba en juego, y estaba dispuesto a hacer lo que fuera necesario para protegerlo.

𝐻𝑖𝑡𝑙𝑒𝑟 𝐸𝑛 𝑂𝑣𝑒𝑟𝑡𝑎𝑙𝑒 Onde as histórias ganham vida. Descobre agora