1 【El blanco en la Mira】

34 4 0
                                    

—Hija, apúrate que se te hace tarde, cariño.

—Ya voy, mamá.

No había quedado como esperaba, aún me veía horrible, y ya no tenía el tiempo suficiente para volver a empezar, si lo hacía de nuevo, llegaría tardísimo a la escuela.

No tenía remedio, no podía arreglarme yo sola.

Va, ya. A la mierda mi estilo, a la mierda mi perfil, a la mierda el costoso trabajo que estuve haciendo desde temprano y los resultados fueron peores de lo que esperé. Si antes parecía bruja recién levantada, ahora parezco bruja con cinco minutos de haberse levantado.

Yo era un caso difícil de manejar.

Sentí enojo y rabia conmigo misma, me tarde demasiado arreglandome que el tiempo ahora era mi enemigo.

Salí de mi habitación un poco enojada y a la vez apresurada, mamá ya había hecho el desayuno y yo, con toda la mañana disponible para mi, no hice nada.

Admiro a esa mujer, a pesar de ser lo único que tengo, es lo único que me mantiene con fuerzas, con seguridad en mi misma, con ganas de estudiar para poder conseguir un trabajo estable que nos pueda mantener. Si, ese era mi objetivo, lograr conseguir un buen trabajo que nos pueda abastecer.

Mamá ya estaba desayunando cuando llegue al comedor, había preparado algo que se veía delicioso, algo que no pude disfrutar por qué el tiempo si que se había pasado, si no llegaba a tiempo a la parada, el transporte público me dejaba. Solo pude dar un bocado, por que tuve que salir apresurada para poder llegar a tiempo.

Era mi segundo día de clases, no podía faltar, sería de alguna extraña manera, estúpido.

Por suerte, llegué justo a tiempo a la parada, la ruta ya estaba por arrancar, pero me eché una carrerilla que me dejó un poco agitada, pero victoriosa.

Y ahí iba yo.

Sentada y pensativa, preocupada y concientizandome como una más de las miles de personas en ese pueblo lo harían por el futuro de su familia, me sentía como una mujer adulta y madura, je. Pero, no, aún me faltaba un año para mis dieciocho, aún no era mayor de edad.

Estaba en el cuarto año en la secundaria, me faltaba terminar un año más para empezar a asistir a la universidad.

Eso ha sido mi motor para continuar mis estudios, ha sido mi animación y por eso iba con todo, quería salir excelente este año, quería salir como una de las mejores de la secundaria, quería que el tiempo se fuera volando, para que un nuevo y último año empezará y terminara tan rápido como una bala saliendo de la punta de la pistola.

Formulé posturas extrañas en el autobús al estar pensando, posturas que ni me había molestado en darme cuanta.

Parecía tonta, si. El muchacho que iba a mi lado me quedaba viendo con cara de: ¡se te zafó un tornillo, amiga!. Sin dudas, había empezado muy mal la mañana, ese par de ojos cafés que iban a mi lado, me miraban de vez en cuando, como si esperaran que hiciera una estupidez o algo fuera de lo normal y muy de una psicópata, para pillarme.

Quise reprocharle, pero lo vi como algo tonto e innecesario, no iba a armar un escándalo en un transporte público, eso sí sería muy estúpido.

Pero me molestaba, me molestaba que de vez en cuando me observara, me molestaba que, como un descarado, esperara que hiciera algo anormal.

Pero no le iba a dar el gusto, así que: te aguantas papi.

No le di importancia, ignoré el hecho de que esa persona estuviera a mi lado acosándome con esa mirada felina, que de un segundo a otro, empecé a odiar. Me enfoqué en ver hacia la ventana del vehículo para distraerme un poco, y valla que si funcionó.

Mak: El Secreto [Completo✔️] (1ra Edición)Où les histoires vivent. Découvrez maintenant