Mak: El Secreto [Completo✔️] (1ra Edición)

16【Cuatro Metros Bajo Tierra】

La pesada respiración de Mak golpeaba mis labios con agite y el calor corporal que producía su cuerpo se expandía por todo mi entorno. Mis nervios habían aumentado a un nivel muy alto y la sensación de cosquilleo se manifestaba de un lado a otro, mis piernas comenzaron a flaquear y mis muslos temblaban como gelatina.

En ese instante toda mi mente se trasladó a otro universo, todo lo que había escuchado hace un tiempo atrás, por arte de magia se me había olvidado, lo único que rondaba en mi mente era Mak y su cercanía.

¡Mierda!

Maldije mentalmente a Test quien nos había dejado solos.

Escucharlo decir aquello, hizo que me estremeciera, que empezara a alucinar demasiadas cosas.

—Eres hermosa, Gema.

Mi rostro empalideció y seguramente mis mejillas se pusieron rojas por los nervios acumulados.

Mi vista estaba perdida en aquella oscuridad de sus ojos, mi corazón estaba latiendo con fuerza y la lluvia producía un hermoso sonido al caer y estrellarse contra el techo.

—Gra... gracias —a penas pude decir, mí voz se cortó y tartamudié como un disléxico lo haría. Por alguna extraña razón me había quedado sin palabras y sin voz para pronunciar algo.

Fué como si todo mi ser se desactivara e inmediatamente dejara de funcionar dejándome sin poder hablar, respirar o hacer algo al respecto, simplemente me sentí como un robot sin batería.

Mak bajó su mano de mi mentón y cuando pensé que se alejaría y saldría de la habitación, este se acercó más a mi de modo que su cuerpo rozaba con el mío.

¡Más mierda!

—Deberías llamar a tu madre, seguramente ya está en su casa, preocupada por su hija —propuso él, sin despegar su vista de mi rostro.

Sentía que ya no daba más, que me desvanecería frente a Mak, que mis hormonas vírgenes y ocultas, se debilitarían haciéndome perder la cordura.

Nuestra posición era casi íntima y mi respiración con la de él, ya sé mezclaba incitando el ambiente.

—Desde los quince años. Desde los quince años empecé a matar personas.

Sus palabras resonaron en mi mente advirtiéndome del peligro que estaba corriendo al estar muy cerca de él. El miedo nuevamente resurgió desde las cenizas y se volvió a incorporar en mi ser.

Sabía que ya no tendría nada de paz y tranquilidad después de todo lo que me habían dicho, que mi vida ya no sería la misma y que mis terapias no podrían ayudarme en nada.

Esto no es algo que se deba aceptar de la noche a la mañana, mucho menos comprender en un corto tiempo. Esto puede que me lleve semanas, meces o años asimilar u aceptar que esto es real.

Tenía que pensar, tenía que intentar aceptar que esto era real o simplemente hacer creer a mi mente que el mundo en el que supuse era normal, ahora es surrealista.

Pero sobre todo, tenía que averiguar si lo que realmente me dijeron es verdad o solo es un juego bien planeado de Mak y Test.

Di un paso hacia atrás y me separé lo mejor que pude de Mak, él me quedó viendo con rareza y la confusión era más que evidente en su hermoso rostro. Yo por mi parte lo miré con tristeza y con pesar.

Nuestras miradas se conectaron por un corto tiempo y luego la corté. Apresurada y con nuevas lágrimas en mis ojos, salí de su habitación.

Caminé por el pasillo hasta que llegué a la sala, pensé que Test estaría ahí pero no.