Ridículamente absurdo el amor [SenKu x Kohaku] o [Senku x Ruri]

Estrellas de mar

Senku reposaba profundamente mientras se recuperaba de sus heridas. Ruri pensó que se recuperaría completamente después de una semana. Sin embargo, conociendo a Senku, sabía que una vez tuviera la fuerza para levantarse, se lanzaría de nuevo a seguir con sus experimentos científicos.

Ruri se rió entre dientes al pensar en su forma peculiar de ser. Aunque no estaba claro si todavía estaban casados, ya que Ruri no había afirmado ni rechazado la propuesta de divorcio de él, ella no estaba dispuesta a renunciar a su relación. Quería conocerlo mejor, y aunque tenía sus diferencias, sentía un vínculo especial que no quería abandonar por completo.

En la mañana siguiente, Kohaku se levantó temprano para comenzar su rutina de entrenamiento. Después de haber observado y reflexionado sobre el estilo de lucha de sus enemigos, había analizado sus movimientos y soñado con formas de enfrentarlos. Estaba llena de entusiasmo mientras salía de la choza de Chrome.

— Ruri-nee, si necesitas algo, avísame. Estaré cerca entrenando —dijo antes de saltar ágilmente a una rama de un árbol y desaparecer en el denso bosque. Ruri asintió levemente.

Por otro lado, ella observaba a Senku, que aún descansaba profundamente. Al acercarse, notó ciertas expresiones de molestia en su rostro mientras dormía, y escuchó sus murmullos inquietos.

— ¿Está teniendo pesadillas? —se preguntó Ruri, preocupada. Decidió que debía hacer algo para calmar sus sueños, ya que eso podría explicar sus expresiones de incomodidad. 

—Pa....pá... —dijo entre murmullos Senku.

FlashBack in Dream

Senku estaba inmerso en sus pensamientos mientras contemplaba un torbellino que se avecinaba. La idea de salir y estudiarlo lo emocionaba, ya que había leído libros sobre la energía y su influencia en la humanidad, especialmente la energía más primitiva que se encuentra en la atmósfera. Además, tenía en mente su invento de un pararrayos.

— ¡Esto es emocionante! —gritó Senku con entusiasmo. Sin embargo, a pesar de su inteligencia, su niñez lo hacía ignorar algunos riesgos que conllevaba.

— ¡Senku! —exclamó Byakuya al notar que su hijo no estaba en casa. —Entra, el clima está empeorando.

— ¡No! Para obtener resultados, la ciencia implica riesgos —respondió Senku, ajeno a las advertencias de su padre.

Un rayo cayó cerca de él, lo que lo asustó profundamente. Cayó al suelo, respirando agitadamente ante el miedo. Byakuya corrió a su lado y lo llevó de vuelta a la casa. Se sentía culpable por no haber actuado antes para evitar que su hijo se arriesgara tanto. Temía que esta experiencia lo alejara de su pasión por la ciencia.

— ¡Viejo! —Senku recuperó la compostura. —¡Fue increíble! ¿Son estos los riesgos que deben afrontar los grandes investigadores para obtener resultados?

— Sí, Senku, pero siempre debes ser precavido. Tu pasión casi termina en tragedia —respondió Byakuya con un tono severo pero cariñoso. —Nunca dejas de sonreír, incluso ante las adversidades.

— Nada me detendrá. Seguiré adelante con la ciencia y contribuiré a la humanidad —dijo con determinación. Byakuya estaba muy feliz por las palabras de su hijo y comenzó a jugar con él. Se embarcaron en una guerra de cosquillas que los dejó exhaustos. La habitación se llenó de risas entre padre e hijo.

— Jajaja, esa actitud es lo que importa, hijo. Siempre mantén una sonrisa, sin importar la situación —dijo Byakuya mientras le decía a Senku, que ya estaba medio agotado. —Ahora debes descansar y cuidar de tu salud también. Algún día, no estaré aquí para cuidarte, pero siempre habrá alguien que te cuide.