Capítulo 3

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Una aventura en el océano.

-¿Sabes que esta en una muy mala idea, verdad? -el pelinegro se quejó a tu lado. No estaba muy de acuerdo con tu idea, pero tampoco quería dejarte sola en eso.

-Estoy a nada de lograr mi sueño, no voy a arrepentirme cuando estoy tan cerca de lograrlo -empujaste el bote desde el muelle hasta la superficie del mar con su ayuda.

No era tan tarde como para que el sol estuviera demasiado intenso.

Desde el día que pasearon en el barco del capitán Killian, no dejaste de insistirle a tu mejor amigo en regresar al mar para ver de nuevo a la sirena. Después de mucho insistir, Tyler había cedido a acompañarte en esa aventura.

-Y estoy feliz por ti, mucho, Tn -te ayudó a subir mientras balancea el pequeño bote a una mayor profundidad del mar para que no fuera difícil remar-. Pero esto puede salir muy mal y lo que menos quiero es que te pase algo malo. Me preocupa demasiado que pueda pasarte algo malo.

-Estoy contigo, nada malo va a pasarme, Tyler -sujetaste los dos remos mientras él se subía al barco.

Era la primera vez que te subías a un bote pequeño.

-Claro que voy a cuidarte, pero sigo pensando que es peligroso, incluso para mí lo es -tomó las remas en tu lugar-. Ni siquiera sabes nadar, estoy preocupado por esto.

Remaron algunos minutos y el mar tenía todo tipo de animales acuáticos, pero no hubo ningún rastro de alguna sirena.

El mar estaba tan solitario, no había ningún barco cerca.

Tyler dejó de remar para que pudieran comer.

-Un día de estos me voy a negar a ayudarte en cualquier plan que tengas y tú tendrás la culpa -te señaló con el dedo acusador.

-En mi defensa, no es mi culpa ser tan curiosa -encogiste los hombros mientras le dabas un bocado a tu sándwich.

-El mar está demasiado tranquilo -cambió de tema agilmente-. Tal vez no estaría mal dejar de remar durante un rato y disfrutar la vista.

-Está demasiado tranquilo para ser fin de semana -miraste a tu alrededor y no había nadie cerca, ningún barco, ninguna lancha, ninguna señal de vida humana.

Antes de que pudiera decir algo más, metiste la mano al agua y lo salpicaste.

-Esto es la guerra -te devolvió el gesto al instante.

-Sobre mi cadáver, no voy a dejar que ganes -cogiste más agua en ambas manos y le tiraste la más posible.

Él hizo lo mismo, parecían dos niños pequeños jugando a una guerra de agua.

-Si vuelves a mojarme sabrás quién es Tyler Manchester -su tono de voz era uno más autoritario.

Pudiste ver que tenía toda la playera empapada de agua, pero tú no lucías mucho mejor, incluso sentiste tu cabello húmedo y había agua dentro del bote.

-Que suerte tengo, conocer a Tyler Manchester es mi mayor sueño -te burlaste en seguida.

-No estoy jugando, en serio no querrás meterte conmigo en esta guerra de agua -alzó las cejas esperando a que te rindieras.

Pero por supuesto que no te ibas a rendir tan fácilmente.

-Yo nunca pierdo, ¿acaso estás retándome?

Ninguno de los dos esperó una respuesta por parte del otro y la guerra continuó.

-No sé cómo no te has rendido -sus brazos parecían flaquear a sus costados, como si sus fuerzas hubieran desaparecido por aventar tanta agua con sus manos.

-¿Vas a admitir que te he ganado? -sonreíste victoriosa mientras parabas por un segundo de aventarle agua.

-De eso nada, yo soy el rey de las guerras -y con eso te mojó más, llevando la ventaja de que tú dejaste de hacerlo.

-Eres un... -las palabras se quedaron atoradas en tu garganta.

Te quedaste viendo a dos orcas acercarse al barco. No eran demasiado grandes, pero sí lo suficientes para poder atentar contra ustedes.

Esto debía de ser una mala broma.

-Tranquila, no te asustes, ellas no te harán nada si no les haces nada -trató de mantenerte en calma, pero lo único que logró fue que te mantuvieras más alerta de ellas.

¿Qué pasaba si la situación se salía de control?

-Te aseguro que no está funcionando -no dejaste de mirar a las orcas en ningún momento.

Entre más las veías, más se acercaban. Empezaste a ponerte nerviosa por lo que pudieran hacerles. Nunca habías estado tan cerca de ningún animal acuatico que no se comiera.

-Hey, mírame -trató de captar tu atención mientras posaba sus manos en tus hombros para tranquilizarte-. Estamos juntos en esto, no lo olvides.

Perdiste de vista a las orcas y cuando pensaste que ya se habían ido, empezaron a intentar voltear el barco. Claro que el agua que había dentro del bote facilitó las cosas para las orcas, porque cada vez era más fsvil que se hubieran si seguían con el ataque.

Te asustaste de inmediato y trataste de mantener el barco en equilibrio, cosa que obviamente no pasó.

-Sujétate de cualquier cosa -Tyler habló en cuanto notó lo asustada que estabas.

No perdiste tiempo e hiciste lo que tu mejor amigo dijo, pero no fuiste lo suficientemente rápida y que caíste al mar casi al instante.

No sabías nadar y aún así habías decidido entrar al mar. A veces eras demasiado terca cuando se trataba de algo que te gustara.

Antes de hundirte al mar oíste a tu mejor amigo hablar por última vez:

-Tn, ¿dónde estás?

¿Peter Pan es real? (Robbie Kay) OUAT Where stories live. Discover now