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Los enamorados que todavía no se habían confesado para hacerse saber mutuamente lo que sentían, se encontraban juntos un sábado, en la casa del menor después de que este no se sintiera del todo bien.

Siempre salían, y ese día a causa del malestar por parte de SeungMin en su cuerpo entero, no fueron a la cafetería.

Chan no quería interrumpir el descanso de su pequeño, lo mejor era que estuviera en su casa relajado, pero la insistencia para que fuera y para que le diera mimos fue tanta, que no la rechazó.

Ahora, en el sofá de la sala de estar, el coreano se estaba acomodando en el pecho del australiano mientras sus miradas no se apartaban de la televisión, ya que el dorama que veían, se encontraba en la parte más interesante de todas, eso sin contar que también era el último capítulo.

Las manos de SeungMin se hicieron puños, atrapando parte de la tela de la ropa de su contrario por la escena que mostraba la gran pantalla. Sin duda para él era emocional, lo que temía que sucedería había ocurrido en la serie.

— Regresó al futuro...

Susurró poniendo un leve puchero en sus labios, siendo inconsciente de ello a la vez que por un segundo alzó la vista a su acompañante, el cual su atención estaba en el televisor.

Los minutos pasaron volando, y cuando menos lo esperaron, el final se mostró, y con él el beso de los protagonistas no pudo faltar en emitirse.

Ya tenía otro dorama que podía recomendar al 100%, porque no era como los demás de su mismo género. Twinkling Watermelon se encontraba en su top 3 de todos los que había visto durante el año.

— Ha sido de los mejores del año, que pena que no haya segunda temporada.

Habló el mayor soltando un suspiro, ya dirigiendo su mirada al chico que le veía de hace un buen rato.

— ¿Pasa algo?

Preguntó, recibiendo un movimiento de negación de SeungMin y notando como este se movió hasta quedar sentado en su regazo.

¿Debería confesarse de una vez por todas? Lo había estado pensando de hace varias semanas, pero la confianza no se ponía de su parte.

De verdad quería contarle sus más profundos sentimientos, expresarse para no seguir guardando el gran amor que le tenía y poner nombre a lo que eran realmente.

Desde su primer encuentro siendo adultos, ya había transcurrido casi un año, y vaya que el tiempo junto al destino habían hecho de las suyas.

Inhalando y exhalando, Kim se convenció de que no habría ninguna circunstancia mala después de decir sus sentimientos, pero antes tenía que hablarle de otro tema.

Mientras tanto, Bang estaba mirándole con una mueca neutra y con ganas de saber lo que le ocurría.

— Channie, me has ayudado mucho, y te lo agradezco con todo mi corazón, más cuando me encontraste de pequeño, estando yo perdido en un inmenso campo lleno de flores y tréboles de cuatro hojas. ¿No te acuerdas de mí? Soy aquel niño el cual llevaste a casa en una tarde de verano. Te reconocí con el pasar de los meses, pero lo que me hizo darme cuenta que eras tú ese niño tres años mayor que yo, fue un sueño que tuve.

SeungMin, con una de sus manos, daba suaves caricias por el cabello de Chan, quien intentaba procesar la información que le brindaba.

¡Entonces ya sabía de qué le sonaba SeungMin! ¡Él era ese niño perdido!

Sus ojos, brillosos, se abrieron al recordarle, y dirigió sus dedos al rostro contrario para tocar las mejillas delicadamente.

— Sin duda has crecido un montón... Me alegro que estés sano. Ha sido una coincidencia habernos encontrado tanto tiempo después, pero ahora ya sé por qué mi corazón está como loco contigo.

Aquello que dijo salió solo, fueron pensamientos que no pasaron por la mente para ser reflexionados antes de pronunciarlos. Por eso, Bang al darse cuenta a los escasos segundos, observó a Kim poniéndose nervioso.

— Como loco... ¿En qué sentido, hyung? ¿Tú corazón late con rapidez? ¿O te hace cosquillas por cada parte de tu cuerpo?

Vaya preguntas que había lanzado tan de repente, pero ya que estaban en esa situación, SeungMin aprovecharía lo que pudiese. Y lo que no asimiló, fue con lo que le contestó su mayor.

— Las dos cosas, porque tú, Kim SeungMin, me has dejado entrar a tu mundo para conocerte mejor, y eso ha sido suficiente para enamorarme de ti. Sí, tú me gustas, te amo y no de manera amistosa. Quiero acompañarte en la eternidad y en cada paso que des.

Tarde de verano -ChanMin-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora