Capitulo 45

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A segunda hora nos tocaba clase con Pablo. Es de las clases más aburridas que tenemos. Nos da la asignatura de Ciencias Naturales, pero su manera de explicar cómo un monólogo, hace que nos perdamos en nuestros pensamientos más de una vez. Además es tan serio y tan raro que no hay nada que pueda hacer divertida esa clase, ni por un momento.
- Le podrías preguntar a Don Pablo si cerró con llave la clase, el otro día. - me dijo Jonh.
- No importa. Tampoco me faltaba nada en la mochila.
- Pero si notaste que te la abrieron, se lo podrías comentar.
- No tengo pruebas. Me va a tomar por loca.
- Como quieras. ¿Sabes una cosa?
- Dime.
- Tenemos que ir a preguntar al profesor de educación física si hay alguna actividad con caballos cerca de aquí. No sé si te acuerdas.
- Claro que me acuerdo. Luego te acompaño a preguntarle. ¿Te imaginas que se practique el deporte que hacía tu bisabuelo y tu abuelo? ¿Cómo se llamaba?
- Polo. Me encantaría probar. Y entonces tendrás que venir un día al cine conmigo. No sé si también lo recuerdas.
- Sí. También lo recuerdo.

Entró Don Pablo y empezó la clase. Ésta vez le tocó salir a la pizarra a Jonh, pobrecito. Aunque me sorprendió, porque lo hizo muy bien y no parecía pasar vergüenza. Supongo que ha estado en tantos lugares y con tanta gente que eso lo ha hecho ser más extrovertido y sociable.
Cuando se sentó a mi lado me susurró "A Don Pablo también le gustan las plantas".
Le fruncí el ceño porque no entendía a que se refería. Es un profesor de ciencias naturales, algo le tendrá que gustar. Me esperé a que acabara la clase para preguntarle.
- ¿Que me decías antes? ¿Que le gustan las plantas?
- Sí. Es que cuando he salido a la pizarra he visto que tenía en su silla varios libros y el que había encima tenía de título "Plantas medicinales".
- ¿En serio?
- Y tan en serio.
- Bueno... tampoco es de extrañar. Es un profesor de ciencias naturales. Todo ese mundo supongo que le gusta.
- ¿Y a ti porque te gusta?
- Es que mi tía Greta, de Suances, tenía un libro de recetas medicinales que nos regaló y hay muchas plantas que no las conocemos. Ella murió y no sabemos a quien preguntar, por eso pedí el libro en la biblioteca.
- Le puedes preguntar a tu amigo Pablo. - me dijo mientras se le escapaba una sonrisa.
- Muy gracioso. Con lo amable que es me va a hacer mucho caso.
- ¿Y que tipo de recetas hacéis?
- Eso lo lleva más bien mi madre, pero de momento ha hecho alguna para dolores de barriga, resfriados, alguna herida superficial y recetas bastante fáciles de hacer, pero hay muchas otras que no sabemos qué plantas son y dónde encontrarlas. La verdad es que es un mundo increíble que poca gente conoce.
- Tiene que serlo, porque en nuestros antepasados no existían los medicamentos, solo las plantas y las recetas naturales que hacían. Y muchas de esas personas que las hacían en algunos lugares les llamaban "brujas".
- ¿Qué quieres decir con eso?
- No te lo tomes a mal, pero en muchos sitios la poca sabiduría de la gente hacía pensar que esa persona tenía poderes especiales y simplemente es que sabía trabajar con las plantas, para conseguir crear la medicación.
- Era broma. A mi tía Greta en el pueblo a veces los niños también la llamaban "bruja".

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