Felix era un prometedor estudiante de moda, con una pasión inigualable por diseñar vestuario. Era de bajo perfil, jamás llamaba la atención y se regía por las reglas. No tenía un gran círculo social, le bastaba con su mejor amigo. Su único objetivo...
Felix pasó casi 7 semanas en casa de la banda, principalmente porque tanto Jeongin como Hyunjin se negaban a dejarlo solo.
No era para menos, tomando en cuenta que el muchacho parecía estar muerto en vida. Se dedicaba a dormir en el día y desvelarse por la noche.
Aquellos días usó la cama de Hyunjin, mientras que el mayor dormía en un saco de dormir en el piso. Tal vez en otra ocasión habría molestado a Felix y habría tratado de fastidiarlo acostándose con él, pero sabía que no era el momento.
El día que Felix decidió volver a su departamento, Jeongin le dejó muy en claro que no estaría solo y que si necesitaba algo, no dudara en llamarlo.
Hyunjin no quería que se fuera. Sentía que el menor aún no estaba listo para retomar su solitaria vida, pero comprendía que tal vez necesitaba tranquilidad.
Cuando Felix abrió la puerta de su casa, se sorprendió. Habría esperado encontrar todo lleno de polvo por todo el tiempo que no estuvo ahí, tal vez incluso imaginó insectos rondando por el piso y un pésimo olor. Sin embargo, se equivocó.
El apartamento olía a lavanda, los muebles estaban limpios, el piso libre de insectos y la nevera estaba repleta de comida fresca.
No comprendía nada, así que siguió su camino hasta llegar a su habitación. La cama estaba tendida y sobre el colchón descansaba una bella figura tejida a crochet de un girasol.
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