Fate DxD

Capítulo 33 : Chaldea

Hades se sentó mientras Nyx le traía el informe. Parecía oscuro. Una hora después todo había pasado y Oneiros todavía parecía una mierda. No fue un espectáculo agradable.

Las quemaduras cubrían su cuerpo y se habían formado cráteres en su espalda. Los crecimientos habían pasado factura usando pequeñas secciones de su piel para crecer. No ayudó que su cuerpo sufriera varios días de desnutrición que nunca antes se había visto en un Dios. El hecho de que todavía fuera capaz de ser curado mediante una combinación de ambrosía y varias botellas de lágrimas de Fénix que habían sido introducidas de contrabando en el inframundo era la única razón por la que todavía respiraba. La muerte de un dios no debería haberse tomado a la ligera, incluso si fuera lo más cercano a lo que jamás había estado con este incidente.

"¿Entonces vivirá?" Hades miró fijamente a Nyx que todavía estaba frunciendo el ceño.

"Bueno sí. Pero eso no cambia el hecho de que no tratamos con quien hizo esto. Eso era, en el mejor de los casos, una cáscara de lo que estaba haciendo para mantener sus conexiones". Nyx contestó, un ligero movimiento de su ojo delató la frustración que sentía.

"Se ha solucionado". Hades cortó más discusión.

"¡Como el infierno que lo ha hecho!" Nyx respondió antes de hacer una mueca. "Perdóname Señor Hades".

"Es comprensible pero se ha solucionado. Me aseguré de ello". Hades dejó que su magia estallara sólo para dar énfasis.

"Por supuesto. Mis disculpas. Estaré vigilando a Oneiros. Con su permiso." Nyx mencionó rápidamente y con un silencioso movimiento de muñeca se fue.

Abandonado con sus pensamientos, Hades se rió mentalmente. No había terminado el trabajo pero estaba seguro de que la escritura estaba hecha. No podía decir cómo, pero sabía que había sucedido. Y entonces esperó, necesitaba discutir las cosas con Hypnos. Un asunto que sólo tomó un par de minutos.

"Señor Hades". Hipnos dio un paso adelante.

"Explicar." Dijo Hades.

"Por supuesto. El alma en cuestión, llamada Ritsuka Fujimaru, no parece ser de esta tierra. Hemos examinado su alma a partir de sus propias impresiones y hemos descubierto que existen ligeras diferencias entre la suya y las almas que tenemos aquí. Casualmente, el punto particular que he encontrado que hace las cosas extrañas son los innumerables sellos que cubren su alma como protección". Hypnos explicó mientras su magia evocaba proyecciones oníricas ante él.

"¿Y estos?" Hades agitó su mano sobre ellos.

"Incierto. Estos son simplemente los patrones que he podido discernir. Catorce según lo que he visto". Hipnos continuó.

"Descríbelos entonces". Ordenó Hades.

"En el mejor de los casos, existen siete sellos centrales y siete sellos exteriores. El núcleo consiste en una hoja apuntando hacia arriba, una lanza inclinada hacia la parte superior izquierda, un arco con una flecha apuntando hacia la izquierda, una cabeza de caballo o caballero, un bastón apuntando hacia la parte superior derecha, una calavera y una calavera de vaca. Estos sellos centrales parecen ser la peor parte de sus defensas y son los más numerosos de todos los sellos que encontré". Hypnos se sobresaltó, recordando lo que había visto con tanto detalle.

"¿Y los otros?" Hades giró su mano.

"Honestamente, esto parecía ser lo más extraño. Había uno que parecía ser más poderoso que el resto y el punto focal de sus defensas: un sello con un escudo estampado sobre él. Aunque sólo había uno de ellos". Hypnos se quedó perdido en sus pensamientos una vez más. Un rápido chasquido interrumpió esos pensamientos.