Pecados

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YoonGi se encontraba acariciando su panza en círculos , a dos manos mientras mantenía sus ojitos cerrados, tenía la barriga llena de frutillas, había comido fácil unas veinte pero esta eran tan grandes como el puño de un niño

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YoonGi se encontraba acariciando su panza en círculos , a dos manos mientras mantenía sus ojitos cerrados, tenía la barriga llena de frutillas, había comido fácil unas veinte pero esta eran tan grandes como el puño de un niño.

-Ay, JiMinnie por que no me detuviste en la frutilla numero...

-¿Diecinueve? - menciono este con una sonrisita socarrona mientras volteaba a verlo.

Ambos estaban en el lecho acostados, un brazo de JiMin se mantenía estirado con la cabeza de YoonGi encima, mientras que el otro estaba tras su cabeza, con la palma sosteniendo todo su cráneo.

-Si, ay Dios, voy a sentarme o voy a devolver todo.- con un quejido le escuchó incorporarse, a lo que el demonio peliazul le siguió en acciones, estado tan cercas siempre, como si fuera natural el tacto, como ahora muslo con muslo. La derecha de JiMin llegó entre lo omoplatos de YoonGi mientras este iba soltando pequeños gases por su boca, porque de verdad se había empachado de la fruta mientras que JiMin solo comió ocho a lo mucho, asi que ahora le ayudaba a sentirse mejor mientras le frotaba la espalda en círculos, sonriendo enternecido por la manera que este hacía muecas enojado, enojado de comer tanto y no parar.

El demonio se atrevió a moverse un poco, de tal manera de dejar el cuerpo de chico entre sus piernas, dejando que descanse su espalda en su pecho, otro acto que se sentía tan bien y natural, mientras sus torsos compartían calor, y JiMin aprovechó de ser el dueño de las caricias a la pancita de YoonGi quien casi comenzó a ronronear en lo que se dejaba caer flácido sobre el cuerpo de su demonio de la guardia, contento y mimoso de ser tratado con cariño, cosa que si se ponía a contar cuantas veces le pasaba, le quedaba un total de cero.

-¿De verdad no existe una manera en la que me quede aquí para siempre?

-No existe un para siempre para ti, Yoon.- mencionó JiMin muy a su pesar, pero en ese momento no quería pensar en la inmortalidad de su amigo, no era momento, este tenía años por delate, pero tal vez no años a su lado, tampoco era algo que quería poner sobre la mesa.

-Tenemos distintos de ¨para siempre¨ para siempre a tu lado puede ser otro setenta años, mientras que el tuyo...

-Una eternidad.- La forma en que esas palabras fueron expresadas hizo voltear a ver a YoonGi quién apretó los labios en apenas una sonrisa triste, a lo que rápidamente volteó un poco para dejarla un vasto beso en la mejilla mientras sus largos dedos se metían entre los cadejos azules de su demonio, cosa que el ser alado agradeció mientras sus brazos se envolvían con más fuerzas alrededor de ese hombre, no queriendo dejarlo ir, por que si era honesto, la cifra de cariño no era mayor que la de YoonGi

Ambos volvieron la vista en frente, contemplando el mismo paraiso hipnótico y bello, con tantos colores que estaba seguro que ahí existían mas de los que han descubierto en las tierras mundanas.

-JiMin, alguna vez pasó que algún humano aquí entró y le ocurrió algo malo, supongo que fuiste testigo de ello ¿no?

JiMin pensó que jamás iba a tener que siquiera recordar aquello, o mas bien a ¨Él¨ por que fue un hecho sumamente aislado, uno del que solo el sabia en todo el mundo para siempre, pero si era honesto, se dió cuenta de que no era capaz de mentirle o en este caso ocultarle algo a YoonGi, el muchacho era muy honesto con él, pero el hecho de tener que rememorar el segundo error fatal en su vida traía amargura a sus papilas, bajando incluso por la garganta e instalarse en la boca de su estómago , haciendo que se llevará ambas manos a la barriga, algo muy extraño, un recuerdo que hiciera doler su estómago, uno de los tantos síntomas peculiares que había comenzando a sentir desde la llegada de YoonGi, como por ejemplo ese palpitar en su pecho, o el tirón en su vientre cuando se recostaban y Yoon le daba la espalda, frotandose con el buscando arruyos o calor, el disfrutaba cuando lo sostenía fuerte a su cuerpo para hundir la nariz en su cabello y olerlo, sí, podía catalogar aquello como una de sus cosas favoritas, dormir abrazado a Yoon...pero bien, se estaba desviando completamente del asunto principal.

Detras del páramo (JM X MY) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora