Park JiMin es un demonio desterrado de más de cuatrocientos años, enviado por decreto divino a cuidar un particular bosque denominado "el páramo" un sitio lleno de magia, duendes ¡Plantas y árboles que hablan! y odiosos troll que controlar y vigilar...
Entre jadeos y sobreesfuerzos, la pareja se arrastró del lago por entre el barro y maleza hacia el lecho del demonio, quién cayó como peso muerto con YoonGi tropezando a un lado, el de cabellos castaños estaba apoyado en su mano mientras que la otra estaba acariciando y arrastrando fuera la suciedad de su precioso demonio al cual se no contuvo y se inclinó a besarlo nuevamente por al menos cinco segundos, siendo un beso mas que bienvenido pues JiMin le apretó la nuca contra la boca antes de alejarse en un chasquido sin aliento, se miraron a eso de segundos que ambos lo sintieron eternos, pero el más joven desvió su atención abajo donde las heridas de su amor en el universo, sangraban, asustado y con manos temblorosas buscaba detener la hemorragia mirando alrededor pensando en como pedir ayuda.
Las hadas zafiro y Esmeralda chillaban alrededor de su amo, una de ellas sentada en la nariz de su amo y la otra azul movía sus manitos y posaba igual sus diminutas manos sobre las heridas de su amo.
-Como... mi amor, hay que parar la hemorragia, tengo que...- Min intentó ponerse de pié casi con fuerza en sus extremidades inferiores, pero fue jalado de nuevo por Park quién lo hizo al punto que el chico estaba acostado en su pecho, manchando su camisa de franela blanca y los suspensores. Park recastó por primera vez en esos minutos el aspecto de su amor en el universo, Yoon siempre parecía que se vestía para ir a la escuela, con camisa blanca, suspensores, y lo que al parecer era una jardinera color verde musgo dejando ver desde sus rodillas y botas de cuero de tiro corto, no faltaba su boina café, JiMin sonrió en grande.- Que... que és...
-Que lindo y hermoso que eres.- Dijo en voz baja, hablar le causaba que agua de lluvia se metiera en su boca. Yoon frunció el ceño, admirando a este por todos lados y volver a caer en sus dulces labios gordos, sujetando la mejilla para besar una y otra y otra... era como un ciclo, cada uno pensaba en "el ultimo" pero el castaño se veia tan atraido en besar y saborear esos dulces labios tal como quiso tal vez desde que lo vió.
-Tonto... tonto. Sangras, sangras mucho y solo piensas...
-En ti, es todo lo que he hecho desde que nuestros ojos se conectaron, eres mi destino, eres mi sueño, Yoongi.- El castaño soltó risas cargadas de felicidad pero que tristemente se mezclaban con llantos ahogados.- Cómo sabías que estaba aquí... que estaba muriendo.
-El fue por mi, estaba estudiando y apareció en mi ventana como una maldita gargola con esos ojos negros, agitado y gruñendo que fuera con él o me iba a matar...- Yoon lo recordó en ese momento.
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Flash back
Su escritorio estaba frente a la ventana, de pronto la tormenta se había esparcido como un veneno gaseoso por todos lados.
Su vista estaba en la ventana mientras escribía aquella carta a la universidad, pensando en los hechos recientes, en cómo su corazón se encogía al recordar al chico, su angel, demonio, al chico que creyó amar por un segundo antes de enterarse que es un ser cruel y despreciable, un asesino, un genocida.
