¿Eres mi ángel de la guarda?

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YoonGi  abrió lentamente los ojos para así ver el techo ocre, se dió vuelta en la cama quedando acostado de lado para ver su calendario junto a la cama, su reloj, eran las diez treinta, hoy era día sábado, no había clases y no recordaba cómo llegó...

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YoonGi abrió lentamente los ojos para así ver el techo ocre, se dió vuelta en la cama quedando acostado de lado para ver su calendario junto a la cama, su reloj, eran las diez treinta, hoy era día sábado, no había clases y no recordaba cómo llegó a su cama, pero si imágenes extrañas pasaban por su mente, esa sombra delgada y pálida escabulléndose entre los árboles, luego ayudandolo de matones, este ofreciendole su mano, no podía ser todo su imaginación, no, claro que no, no estaba demente, no estaba tan solitario al punto de imaginar un ángel guardián o un amigo imaginario, así que rápidamente se puso lo primero que encontró en su closet, los bototos, un bolsito simple y café, un polera manga larga de tela delgada con una jardinera y su boina, iba vestido casi como el el cartero o jardinero, que importaba. Bajó corriendo las escaleras y tomó un par de frutas y leche de su nevera, la cual metió en su bolso, saliendo de su casa antes que su madre o padre despertaran, a la mierda las clases de Francés y latín.

Fue entrometiendose en el bosque con cuidado mientras iba comiendo una manzana y en su otra manito llevaba una botella pequeña de vidrio la cual contenía leche, iba dando tragos o mordidas en lo que iba levantando sus piernas pasando por la maleza, entre los oscuros y casi negros árboles de hojas caídas y triste. Su memoria fue haciendo el recorrido hasta que según él recordaba, los minutos caminados y la dirección del viento junto con las montañas y lagos, era el lugar exacto donde había sucedido aquellos encuentro mágicos.

La manzana se encontraba comida y la botellita de leche seguía hasta la mitad, y se volvió a llevar la boca ancha hacia los labios, dejando el superior manchado por donde habian pequeños vellos casi invisibles al ojo humano.

-Por favor... se que eres real, se que me estas mirando ahora, por favor sal, no vengo con una antorcha ni una multitud de personas a matarte, solo quiero saber si eres o no real.

JiMin apretó sus labios, realzando sus mofletes en lo que miraba escondido detrás de una rama al niño mundano llamarle, estaba en lo alto de Bob, entre una rama y otra, sujeto mientras fisgoneaba ¿Salir o no? se suponía que no debía hacerlo, nadie podía verlo, pero ¿Como negarse a esa carita de pelota? con sus labios manchados de leche, sus ojitos pequeños y curiosos, quería pero...

Fue muy lento, pues su amigo Bob movió sus ramas de forma brusca, causando que el demonios cayera justo en frente de YoonGi, el demonio, avergonzado, con sus alas extendidas, se puso de pie torpemente mientras soltaba pequeñas quejas, sacudiéndose el polvo y las hojas.

-¡Bob! - Gritó JiMin mientras caminaba hacia atrás como una especie de animal salvaje, medio agachado y temeroso, alejándose de la potente mirada del niño humano, que dejó caer su botella de leche.

-¡Dios eres real! ¿Eres mi ángel guardián? ¿o una especie de ángel guardián? ¿Por que eres de color negro?

-¿Estás discriminando niño?- comentó JiMin, quien seguía inclinado, moviéndose como un mono asustado.- No te dejes llevar por ilustraciones cursis.

-Definitivamente no pensé que mi ángel guardián fuera tan... lindo ¿Quien es Bob? - preguntó rápidamente mientras se quitaba el bolsillo mirando a todos lados, a JiMin le recordó a algo, a algún animalito, no sabía cuál, la manera de examinar el entorno con esos ojitos era peculiar.

-N-no soy un ángel guardián primero que todo y Bob es... - Un sombra pasó por sus cabeza, soltando una rafaga potente a su paso, JiMin miró hacia arriba la silueta de TaeHyung, sabiendo que este estaba vigilando el bosque.- Debes irte, por favor...

-Venía a darte las gracias por lo del otro día, ellos no me han vuelto a molestar... y realmente no me interesa que seas una especie de ángel gótico extravagante

-¿Go-gótico?

-¡Si! con tu cabello azul y uñas negras.- JiMin se puso de pié lentamente, viendo que era del mismo mas alto que su acompañante, tragó saliva cuando vió de nuevo a la sombra pasar con fuerza a metros de su cabeza.- ¿Hay mas como tu?

-Debes irte...por favor.

-Por qué, este bosque no es de alguien, es un lugar libre.

-Tienes una bocota, con razón te molestan en ese lugar.- Dijo JiMin, demasiado nervioso, mirando en todas direcciones, pues sabía que TaeHyung podía matar al humano si los veía platicar, y no podía dejar que le hicieran daño al pequeño niño lindo, sin embargo no midió sus palabras, pues el mundano lo miró seriamente, apretando los puños, y se inclinó tomando un puñado de barro que lanzó hacia la cara de JiMin, quien se sorprendió y enojó, pues le gruñó realzando sus colmillos y haciendo brillar sus ojos azules.

-Que angel mas desagradable eres.- Dijo YoonGi, alejándose a pasos brutos tras darle una mirada de ojos llorosos a JiMin, que derritió su corazón por completo, y se quedó con las manitos llenas de barro, viendo el humano irse, su corazón aleteó cual colibrí, zumbando y moviéndose desde su pecho a su garganta, sintió la pena e ira del pequeño niño al dejarlo ahí, trató de limpiarse un poco de barro para luego comenzar a seguir al niño, que no le tomó demasiado, pues este estaba sentado contra un árbol, abrazando sus rodillas y llorando con dureza.

-No llores, lo siento, no quise decir eso, es solo que... no puede estar aqui, te pueden matar.

-Quien, si tu eres mi angel, deberías cuidarme - JiMin estaba por refutar aquello, pero por que romperle esa ilusión al niño, aquel niño que se veía solo y al parecer el tener la idea de que alguien lo cuidaba, le daba consuelo.- Todos me molestan, si no es en el colegio que todos me golpean o me hostigan, en mi casa mis siete hermanos, como soy el menor, soy el menos comprendido o tomado en cuenta, las nanas no me hacen desayuno por que me olvidan, me olvidaba para ir buscarme al colegio, mi gatito me abandonó y ahora tu me dices eso, no entiendo por que todos me tratan mal, si soy invisible.- Dijo entre lágrimas mientras se quitaba estás de sus gordas mejillas.- Espero quedar en la universidad para salir de aquí.

JiMin sintió vergüenza y pena, pues también era el menor de sus veintisiete hermanos, y era el único que estaba encerrado cuidando un tonto bosque mientras sus hermanos tenían decretos divinos mejores, hasta Dios y Satanás no lo tomaban en cuenta para cosas reales, cuidando una tontería que en trescientos años jamas habia pasado algo interesante mas que pelear con los trolls.

-No llores mas por favor, lo lamento mucho, no quiero que te hagan mas daño ¿si? - El niño le miró de reojo, tragó saliva y asintió, se veía tan pequeñito y suave, era adorable.-¿Que edad tienes? ¿Cómo te llamas?

-¿No deberias saberlo si eres mi angel? - JiMin no supo cómo responder aquello, y solo apretó sus labios en una sonrisa, poniendo esa carita redonda que convencía a TaeHyung siempre.- Tengo dieciocho y me llamo Min YoonGi ¿y tu?

-Me llamo Park JiMin y tengo... ¿Que año es?

-1946.

-Tengo he... 646 años.

-¿¡Que!?

-¡Soy un angel! que esperabas.- Dijo JiMin con una sonrisa tímida, apretó los labios y vió como el mundano hacia algo con su labio, lo estiraba hacia delante de una manera dulce que hizo picar la boca del demonio. -¿Quieres ver algo, YoonGi?

Detras del páramo (JM X MY) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora