04. "Conocerla más"

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Bill.

Mi hermano estaba aún lado mío, tocando la guitarra mientras que yo releía una y otra vez la hoja que poseía en mis manos, con la letra de una nueva canción escrita.

"Durch den Monsun"

Hace semanas que comenzamos a practicarla, y no íbamos nada mal. Tom la tenía casi dominada, al igual que Gustav y Georg, mientras que yo me sabía la letra el derecho y al revés; mi único problema es qué hoy la cabeza no me daba para cantar, y era la cuarta vez que lo intentábamos, pero yo me terminaba equivocando en cosas tan sencillas.
Y es porque en mi mente estaba aquella niña creativa que habíamos conocido hace tan solo cuatro días; lo qué es sumamente raro, porque en mi cerebro nunca entra otra cosa que no sea la música. Pero ahora pensaba constantemente en ella... ¿Debería ir a visitarla? ¿Que estará haciendo? ¿Ya habrá terminado su cortometraje? ¿Por qué será que huele tan bien? Olía a... ¿Alguna fruta? Definitivamente era algo dulce, ¿cómo malvaviscos? ¿O chocolate? Tal vez sea fresa... ¿O plátano? Probablemente caramelo.

Pero su olor era lo de menos cuando veías su estilo tan único, no solo era un misterio la fragancia que usaba, si no también de dónde sacaba su ropa, ¿será que ella también se encarga de hacer diseños nuevos con sus prendas aburridas?

Alice era tan... Llamativa, y ni siquiera se daba cuenta de eso.
Ella era tan ingeniosa, soñadora y graciosa.

Alice...

—¡Bill! —voltee a mirar a Tom con cara de susto, y él nada más se rió al ver mi expresión —¿Qué te pasa, hombre? He repetido tú nombre unas cinco veces.

—Nada, nada. —moví mi mano en el aire para rebajarle importancia a mis pensamientos. Aunqué Tom no iba a dejar las cosas así, claro que no —Continuemos.

—Nada de «continuemos» —dejó la guitarra aún lado de él, mirándome fijo —¿En qué piensas tanto?

—Por favor, Tom...

—Vamos, ¿desde cuándo hay secretos de por medio? —suplicó. Seguía con sus ojos puestos en mí, mientras que yo debatía mentalmente si contarle o no; bueno, es Tom, y yo nunca le oculto absolutamente nada.

—Pensaba en Alice —confesé de manera abrupta y rápida.

Tom alzó las cejas con sorpresa: —¿En Cece?

Ahora yo era el confuso, ¿desde cuándo la llama así? ¿Desde cuándo le pone apodos a niñas con las que se junta?

—¿Cece? —dejé la hoja con la canción escrita en mi cama, cruzándome de brazos —¿Desde cuándo la llamas así?

—Desde que ella me dijo que podía —me dijo, mientras alzaba los hombros con desinterés. Hubieron segundos de silencio; no sabría si tacharlos cómo incómodos o simplemente pensativos, un poco de ambos —¿Y por qué pensabas en ella? —pensé, pensé y pensé. Solo se me venía a la cabeza y ya está, no había ninguna respuesta prudente ante eso —No me digas qué...

Supe lo que quiso decir de inmediato, por lo qué comencé a negar: —No, no, para nada. Apenas la conocemos.

—Exacto, apenas la conocemos —asintió de forma lenta.

—Pero...

—¿Pero?

—Quiero conocerla más —hablé, y otra vez, me miraba con asombro.

—¿Quieres conocerla más?

—Quiero conocerla más —afirmé.

—¿Conocerla más?

I Only Wanted YouWhere stories live. Discover now