L U N E S

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Un lunes como cualquier otro. Un día más de clases. Steve llegaba impecable y puntual al instituto donde estaba cursando su penúltimo año, ya casi llegando al final del mismo.

Fresco y radiante como cada mañana, pues, su vida estaba en orden, como siempre. Sus padres lo adoraban, sus notas eran de las mejores, era el capitán del equipo de fútbol americano, tenía buenos amigos y una excelente novia, ¿qué más podía pedir?

Se acomodó la chaqueta que lo distinguía como capitán del equipo, saludando con amabilidad a toda persona que se topara en el camino, las cuales no eran muchas, pues, el instituto había abierto hace apenas media hora.

Finales de año, y los promedios de las mejores notas seguro ya se encontraban en el muro de noticias, por lo que Steve se dirigía directo hacia el cartel, que, efectivamente ya estaba publicado.

Con toda la seguridad que el rubio ejemplar tenía, se acercó a buscar su nombre encabezando la lista, como cada año de su vida académica. Sorpresa fue la suya cuando se vió en segundo lugar. Frunció el ceño y los labios con confusión, sin poder creerlo.

A una semana del término de semestre y a días del baile, ¿y él se encontraba en el jodido segundo lugar? Imposible.

—Anthony Stark...

Murmuró confundido mientras leía el nombre tantas veces que se grabó el apellido en su mente como un tatuaje.

¿Quién es "Anthony Stark"?

Seguro era nuevo, entró el presente año probablemente, porque Steve conoce a todo el instituto y es primera vez que escucha ese nombre.

—¡Steve, cariño!

Escuchó ese dulce sonido tan conocido. La voz de Margaret Carter, su novia.

Se volteó intentando mitigar todo pensamiento negativo e incluso algo obsesivo por estar en segundo lugar, y sonrió al ver a la chica.

Desde que se acercó a abrazarla, todo en su perfecta vida volvió a la normalidad. O debería decir, a la rutina.

[...]

Estaba en clases de cálculo cuando la puerta se abrió a una hora y doce minutos de haber empezado la clase ya, cuando entró un chico castaño, bajito y muy bonito al salón.

Steve alzó una ceja, algo indignado porque interrumpieron la clase.

—Maestro.

El chico saludó, caminando con calma hasta un pupitre al inicio del salón, donde nadie -además de Steve- osaba sentarse, pues, el maestro era astuto y siempre sorprendía con preguntas a los de la primera fila.

—Señor Stark.

Respondió el docente con calma, como si nada hubiese pasado mientras continuaba con la clase.

Algo en el cerebro de Steve hizo click cuando miró al chico nuevamente, quién tranquilo estaba anotando ejercicios en una simple hoja. ¿Acaso no tiene un cuaderno decente?

—Stark.

Pronunció sin querer mientras lo miraba. El chico alzó la cabeza, y sonrió cuando vio a Steve.

—En carne y hueso, amigo.

Steve hizo una mueca, porque este chico tan despreocupado era quien le había arrebatado una de las cosas en las que él siempre destacó.

Seguro era un error en la planilla, un vago impuntual como el castaño no podía ser mejor que él.

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Señoras y señores, heme aquí con otro fic, namas que este va a ser cortito y con drama sencillo.

Espero les guste, besitos <3!.

-C.

Una semana con Tony - [Stony]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora