V I E R N E S

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Steve estaba con Peggy en su casa, rodeando sus hombros con su brazo. Estaban viendo una película pero el rubio había dejado de prestar atención desde que inició.

Ya no sentía la emoción de antes cuando estaba con su novia, ni tampoco esos nervios incontrolables de hacer cosas sencillas como abrazarla o sentir su calor.

La pregunta real era, ¿por qué?, o más bien, ¿por quién?

Mientras ella se acomodaba entre sus brazos, Steve la miró atentamente. La chica es hermosa, es dulce, es inteligente, educada. Es perfecta, pero no es lo que Steve quiere.

No quiere una vida planeada como ella y sus padres esperan. Ir a la universidad, casarse, tener hijos y ya. Steve quiere experimentar, viajar, conocer y hacer arte, pero se limitó toda su vida a ser un títere.

Eso que siempre le negó a Bucky, ahora estaba haciéndole click en la cabeza, pero, ¿por qué ahora? Él no quiere hacer sufrir a nadie, no lo soportaría.

Llevaban tantos años de relación para tirarlos a la basura. Aunque la rutina de la relación lo estaba ahogando lentamente. Siempre lo mismo, siempre tan perfectos.

La chica notó la mirada del contrario sobre ella, así que lo miró curiosa.

—¿Está todo bien, Steve?

Preguntó Margaret poniendo su mano en la mejilla del rubio. El mismo se incomodó y quitó la mano con suavidad.

—Todo está bien, Peggy.

Asintió con la cabeza, sintiéndose un cobarde cuando la chica confió en él y volvió a acurrucarse.

[...]

A horas del baile, Steve no podía dormirse porque su mente no se lo permitía.

Su novia estaba dormida justo a su lado, pero él no estaba cómodo, es más, estaba preocupado porque otra persona rondaba en su mente.

Pero tenía tanto miedo de perderla. Perder a su mejor amiga. Perder el orgullo que sus padres sentían por él. Perder su vida como la conoce.

Aunque, cuando ve esos ojos miel con esas pestañas largas y esa sonrisa arrogante pero divertida, todo lo que es "correcto" pasa a segundo plano. Con Anthony la pasa bien, no siente el tiempo pasar ni las miradas de los demás.

Cuando está junto al castaño obsesionado con el café, el mundo desaparece y deja de hacer ruido. Cuando está junto a Tony, Steve puede ser simplemente Steve.

De sólo pensar en eso, en él, una sonrisa se plasma en los labios del rubio sin notarlo, sintiendo su corazón latir fuertemente.

Ahí es cuando se dió cuenta que era un pésimo día para notar sus sentimientos nuevos y reales.

—Mierda...

Susurró levantándose con cuidado, yendo al baño. Cerró la puerta con seguro, apoyó sus manos en el lavabo y se miró al espejo.

Sus mejillas rojas y una sonrisa boba en su rostro por estar pensando en Tony Stark. Estaba jodido.

—Es viernes. —Murmuró bajito, mirando directo a su reflejo. Afligido porque no podía dejar a Peggy sin pareja en el baile de mañana. —Y estoy enamorado...

Y esa persona, no era su novia.

Una semana con Tony - [Stony]Where stories live. Discover now