M A R T E S

199 30 2
                                    

En clase de deportes del martes, todos los estudiantes del curso estaban dando su mayor esfuerzo para lograr la calificación que necesitaban para aprobar el curso. Era la última nota de la asignatura, suerte que para Steve era algo tan sencillo que podía hacerlo a ojos cerrados.

Por eso es que ahora estaba apoyado en la baranda que separaba las galerías de la cancha de basquetbol, mientras todos corrían empapados en sudor, él apenas y había demorado cinco minutos en hacer el circuito que el profesor había propuesto.

Sonrió con la satisfacción de saber que ya estaba aprobado, y que en realidad continuaba en esa clase sólo porque quería saber quien se rendía, además esperaría a Bucky y Sam.

Cuando la puerta principal se abrió, los ojos azules se dirigieron hacia ella con curiosidad.

¿Es en serio?, ¿es una jodida broma?

El castaño recién entraba al gimnasio, a paso tranquilo con una pequeña botella plástica y una toalla pequeña sobre su hombro. Saludó al profesor levantando su mano.

Bien, sería divertido verlo correr y desmayarse por el esfuerzo físico.

Steve sonrió de lado, pero dejó de hacerlo de inmediato cuando el chico se acercó a él, esperando también.

—Hey, nos volvemos a encontrar.

¿Qué?, ¿acaso se iban a topar toda la semana después de no verse durante todo un año? Joder.

—Hola.

Saludó sin ganas el rubio, preguntándose porqué el castaño no se esforzaba como él, como los demás.

—Soy Tony. —Se presentó mientras bebía de su botella de agua. —Es un placer capitán, veo que ya hiciste el circuito.

Comentó tan tranquilo el chico, desconcertando a Steve. ¿No se da cuenta que le desagrada?

El rubio hizo un sonido, aclarando su garganta para no parecer incómodo.

—Steve Rogers. — Se presentó por educación. —Sí, y me pregunto por qué...

Miró el perfil del chico. Wow, qué bajito es, de lejos se veía más imponente.

—Ah, Steve. Eres el segundo mejor promedio, me llena de orgullo conocerte. Un digno rival, eh.

Que se lo haya refregado en la cara casi le dio un tic en el ojo.

—Claro... Tony, ¿verdad?

El chico lo miró y cuando conectaron miradas, Steve se sorprendió de lo lindos que eran sus ojos, y su rostro en sí era un puzzle perfecto. Qué lindo era y no lo había notado.

—Tony, sí. En realidad es Anthony pero Tony suena más casual, ¿no te parece?

El castaño le sonrió y Steve sintió sus tripas revolverse de golpe.

—Umh, como digas. —Steve se encogió de hombros, sintiéndose un idiota de pronto. —Me preguntaba si estás seguro sobre la publicación de los promedios porque yo...

El profesor hizo sonar el silbato mientras regañaba a un chico, llamando la atención de Anthony quién dejó de escuchar al rubio para prestar atención al drama.

—Diablos, seguro hizo trampa. —Comentó sonriendo divertido. Steve lo miraba incrédulo. —En fin, rubio, ya me aburrí.

—¿Qué?, la clase aún no termina.—Dijo cuando lo vio comenzar a caminar a la salida. —Además llegaste tarde y no hiciste el...

Tony sonrió con diversión, mordiendo la punta su lengua entre sus dientes mientras caminaba de espaldas hasta la puerta.

—Lo sé, no te preocupes, esta clase ya la pasé. —Le guiñó un ojo con descaro. Steve no supo reaccionar ante eso. —Oh, ¿sabes?, es que estoy algo hiperactivo porque esto no es agua, es café.

Señaló su botella con una sonrisa que nada parecía borrarla, luego salió del gimnasio. Tan pronto como llegó, se había ido, dejando a Steve algo desorientado porque quería odiarlo pero su personalidad escandalosa y algo egocéntrica era algo que nunca había visto.

Fue una conversación extraña, lo interrumpió todo el tiempo y ni siquiera le prestó atención, pero fue divertida en cierto modo, y la seguridad que irradiaba el chico era algo innovador. Nunca lo habían tratado así, casi, casi sin respeto.

Definitivamente el de ojos miel había captado su atención.

Una semana con Tony - [Stony]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora