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Casa Min-sung | 8:22pm

La familia cenaba amenamente, Jisung había preparado un guiso con arroz, el favorito de las niñas y su esposo. El pequeño híbrido de quokka tenía un talento nato para la cocina y su familia para comerla. Eran las ocho y veintiséis minutos cuando un peculiar ritmo fue sonado en la puerta.

A todos se les hizo extraño.

Seungmin no llegaba hasta las nueve ya que era la hora a la que Lily y Sana se iban a dormir, a esa hora, Seungmin llegaba y les contaba un cuento. Una bonita costumbre que habían vuelto parte de su rutina.

Jisung se apresuró a abrir la puerta y se encontró con su cuñado. Le dió pase al interior de la casa sin esperar las palabras que serían pronunciadas momentos después.

"Decidí entregarme a la corona."

Esa simple oración que caló en el corazón de su hermano y su pareja. Ninguno podía creer lo que estaba escuchando y esperando que fuera mentira, Jisung soltó un llanto involuntario mientras que Minho se negaba a aceptarlo.

—Vine porque quería despedirme de ustedes...y de las niñas. Ustedes saben que son lo más importante para mí, la única familia que tengo y a quienes elegiría sobre todas las cosas. Tengo que darles las gracias por todo, a ti, más que nada, Minho...y a ti también Jisung, por aceptarme siempre en tu casa con tus niñas.

Los ojos de Seungmin también se llenaron de lágrimas y mientras hablaba, estas escurrían por su rostro.

—Perdonenme, en serio. Hice todo lo posible para no involucrarlos en mis problemas, para que no salieran afectados por todo lo que sucedía a mi alrededor, pero si lo sigo haciendo, en lugar de mantenerlos en paz estarán angustiados siempre así como yo. En serio, perdón.

—No tienes de que disculparte, Minnie. Si es tu decisión, la aceptaremos, no podemos obligarte a vivir en el peligro siempre.

Jisung limpió sus lágrimas y asintió ante lo que su esposo había dicho.

—Gracias a ti, Seungmin, por quedarte con nosotros todo este tiempo.

Y se unieron en un cálido abrazo. Las niñas hicieron acto de presencia al entrar en la sala de estar, no preguntaron lo que sucedía, ellas querían ver a su tío favorito sin enterarse de su alrededor.

—¿Nos terminarás de contar la historia?

Preguntó Lily a lo que Seungmin asintió.

—Vamos arriba, pequeñas.

Y las niñas subieron las escaleras corriendo, Seungmin detrás de ellas sabiendo que por cada escalón que subía, el final de la historia se acercaba.

"El corazón del bosque, o más bien conocido como el hipogrifo del bosque, es lo más importante de nuestro reino, es alguien que sin importar lo que hagas, estará al servicio y disposición de todos sin muchas intenciones de negarse...aunque existan personas egoístas que quieran ese servicio y disposición para ellos. Personas desinformadas que buscan su propio beneficio creyendo que es su obligación solucionar la situación ajena.

Por esta y muchas más razones, el corazón del bosque decidió apartarse de lo que es la convivencia humana en su forma híbrida, se escondió y su hogar de vivienda fue cubierto por una barrera mágica que es casi imposible de traspasar haciendo creer a todos que ya no quedaba nada de lo que alguna vez conocieron como el hipogrifo plateado... pero el sigue aquí con nosotros, rondando y cuidando que no nos pase nada malo."

—Woaaa...

—¿Les gustó la historia?

—¡Siii!

—¿En serio así termina?

Comentó Lily con tristeza.

—Lamentablemente si, pequeña. Pero no te pongas tristes, incluso si la historia llega a su fin, ya sabes que el estará siempre para cuidarlas.

—¡Es como tú!

Seungmin miró a la pequeña Sana de manera confundida.

—¿Cómo yo?

—Si, porpe tu siempre nos cuidas cuando mis papis no están y nos quieres mucho mucho.

Seungmin sonrió tristemente y asintió para después darle un casto beso en la frente.

—Aún es muy temprano para dormir...pero de todas formas quédense aquí en su cama, hace frío como para que estén corriendo por toda la casa.

—Si, tío minnie.

Dijeron las dos menores casi al unisono. El adulto revolvió el cabello de Lily y le dió un beso en la frente a ella también para después entregarles unos peluches que yacían tirados en el suelo, una vez lo hizo, salió de la habitación.

Se quedó un momento ahí pensando en sus sobrinas. Las habia visto crecer, las cuidó, les dió las buenas noches y ahora lo había hecho definitivamente, todos esos momentos ya no volverían. Cubrió su boca con ambas manos y soltó leves sollozos, sentía como si su corazón se estuviera haciendo pequeño por cada segundo que corría.

Tras un largo minuto, se reincorporó y bajó denuevo las escaleras para encontrarse con su hermano. Se miraron. Seungmin desde mediados de escalera y Minho desde el pie, se sostuvieron la mirada durante un buen rato y después Seungmin descendió hasta donde el se encontraba. Uniéndose en un abrazo, Seungmin pudo llorar, lloró entre los brazos de su hermano mayor sintiendo que no lo había valorado suficiente.

Seungmin se aferraba a la camisa de su hermano. Ya no lloraba, pero no se sentía listo para soltarlo y dejarlo ir.

No podía...

No debía...

Minho acarició las mechas rubias que adornaban el cabello avellana de su hermanito y dejó un pequeño beso en su coronilla. Con esto, Seungmin pudo separarse de él, aflojó su agarre y dejó caer sus brazos. Se volvieron a mirar y esta vez sonrieron para que entonces Seungmin se aproximara a la salida de la vivienda.

Tomó una bocanada de aire y abandonó el lugar, regresando por dónde habia llegado y desapareciendo entre la oscuridad de la noche.

Silver Gryffin - ChanminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora