La fiesta - Cap. 3

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  Gwen ya estaba en la puerta de su casa, Finney la miraba como si estuviese loca, no le preocupaba el hecho de que su hermana vaya a una fiesta, no era su papá ni su mamá, era su hermano, pero le preocupaba que le podía llegar a pasar.

–Finney, ¿por qué no te preparaste? –Preguntó su padre cuando vio que tenía puesta una remera suelta con un short abajo.

–No voy.

–¿Pasó algo?

–No, pero no tengo ganas de ir...

–Entonces... –Miró a sus dos hijos.

–Yo voy porque sí tengo ganas –Gwen habló jugando con su remera.

–¿Finn?

–Yo no voy porque no tengo ganas.

–Okay, pero cuídate, ¿sí, Gwen? –La abrazó.

–Sí, por favor, no voy a ir y tengo miedo de que le pase algo a mi única hermana - Rio.

–Sí, no se preocupen.

  Los hermanos se dieron un cálido y cariñoso abrazo.

(...)

  El castaño estaba acostado en su cama mirando para el techo, su papá durmiendo, era la 1:15 a.m., su hermana se había ido a las 12:00, no sabía que hacer, además de que ya era tarde y estaba preocupado, pero la fiesta era hasta las 3:00 a.m. ¿a quién se le ocurría hacer una fiesta de 12 de la noche hasta las 3 de la mañana? A nadie. Solo a esa nena.

  Su novio estaba en esa fiesta... y Donna. Era consciente de eso, pero confiaba en Robin y estaba dispuesto a creer en él.

  Iba a agarrar un libro, pero alguien tocó su ventana deteniendo su acción.

–Rob, ¿qué haces aquí? –Lo abrazó.

–Hola, cariño –Sonrió –Vine a tu casa porque estaba empezando a aburrirme.

–¿Una fiesta? ¿Aburrirte? ¿A ti? –Preguntó con burla. Él estaba acostumbrado a que Robin asista a todas las fiestas, todas. Quizás alguna vez no fue porque no se sentía bien. Por ejemplo, había llegado a tener 40° de fiebre y mucho dolor de cabeza, pero después de eso, asistía a estas.

  El menor siempre iba con él y nunca le había pedido irse de ahí por nada, se divertían.

–Es aburrido si no estás... pensé que podía sólo, pero es muy aburrido y Donna me agobia.

–Claro.

–Ya sé que ella gusta de mí, pero no te preocupes.

  Tocaron la puerta, interrumpiendo su charla. El castaño supuso que era su papá, se alejó de Robin y la abrió.

  Gwen entró por la puerta y corrió a abrazarlo mientras lloraba.

–¿Gwen? ¿qué pasó? –Preocupado, cerró la puerta y abrazó a la chica.

–Donna...

–¿Qué pasó con ella?

–Vi a Donna besando a Robin... –Su hermano se separó bruscamente y ella lo vio preocupada.

  Finn estaba viendo a Robin, y Gwen se sorprendió. No era esa la idea, no sabía que el moreno estaba ahí, no quería que su relación termine. Gwen se lo había contado preocupándose por Donna, no por Robin, se olvidó completamente de que era la pareja del castaño, lo había soltado inconscientemente y ahora su hermano estaba largando pequeñas lagrimas mientras veía al mayor, por su culpa, su culpa.

–Largo...

–Finn, yo...

–Largo, Robin, por favor, ¡vete! –Abrió la puerta de su habitación dándole permiso de irse. El nombrado salió lanzándole una mirada a la menor y esta lo miró triste y culpable por lo que había dicho.

Un romance complicado - Rinneyحيث تعيش القصص. اكتشف الآن