En la hacienda un canto irritante se escuchó, era el gallo, cada mañana hacia lo mismo, despertaba a todos con su kikiriki.
Una muchacha de cabellos negros que dormia plácidamente se despertó al oír al gallo, sintió su cama muy suave y cómoda, un momento, esa no era su cama y esa tampoco era su habitación, quiso levantarse pero avía algo o mas bien dicho alguien que la sujetaba de la cintura, trato de soltarse pero no lo logro hasta parecía que él estaba despierto y lo estaba haciendo a lo propósito.
-Xóchitl: patrón por favor suelteme, ya amaneció y necesito volver con mis amigos.
-Leo:es muy temprano todavía - despertando.
-Xóchitl:tengo que volver antes de que mis amigos y mi hija se despierten.
-Leo:bueno ya puedes irte -soltandola.
Diciendo eso Xóchitl se fue corriendo, tenía que llegar antes de que todo se despertaran, no quería preocuparlos, ahora tenía que pensar en una excusa porque era seguro de que ellos preguntarían dónde estuvo y no podía decirles que estuvo con Leo toda la noche que además durmieron juntos, sabía que ella se asustarían y harían un escándalo.
Llegó a la casita y entró sigilosamente pero igual la escucharon entrar, Dámaris y Xóchitl se acercaron a ella y le empezaron a preguntar que ¿Dónde estaba? o ¿Por qué no la vieron cuando despertaron? Solo les digo que se despertó temprano y que quería salir a caminar un poco, logro que Teodora le creyera pero Dámaris no le creyó solo hizo como si le creyera pero sabía que estaba mintiendo. Los alebrijes y Don Andrés despertaron y las vieron conversando pero no preguntaron, no sabían nada de lo que pasó, lo único que hicieron fue saludar e ir a la cocina a preparar el desayuno ya que a ellos les tocaba prepararlo.
Xóchitl se dirigió a la habitación de ella y sus amigas, vio que su hija aún seguía dormida, se sento al borde de la cama para ver cómo dormía la pequeña, luego de un rato la bebé abrió lentamente sus ojitos, esos ojitos tan bonitos llenos de dulzura y ternura, en el rostro de la bebé se dibujó una hermosa sonrisa al ver a su madre.
-Xóchitl: buen día ¿Dormiste bien? -acariciando la mejilla de Yali.
-Yali: mamá.
-Xóchitl: aquí estoy, aquí estoy ahora vamos a la cocina a ver qué estan preparando alebrije y evaristo -alzando a la bebé en sus brazos.
En la cocina se encontraban los Alebrijes y Don Andrés preparando unos huevos ahogados para el desayuno. Damari y Teodora entraron a la cocina y se sentaron en la mesa, Teodora sacó su celular y las dos empezaron a ver su Facebook. Xóchitl entro a la cocina y puso a calentar la leche para Yali.
-Don Andrés:ya está todo listo, cientence ya.
-Dámaris:yo iré a avisarles a Finado y Moribunda.
-Teodora:espero que esté día no sea tan malo.
-Xóchitl:va ha ser un día como todos.
-Teodora:hay pobre de mí.
El grupo conversaba mientras comían, algunas veces se reían por las cosas que decía el Alebrije, hasta empezar a recordar la vez que Teodora escapó de la llorona, desde que llegaron a ese lugar empezaron a ser más unidos que se sentían como si fueran una familia, cuidándose unos a otros.
Xóchitl regreso a la tienda pero esta vez fue con Yali, quería demostrarle a Leo que su pequeña no le causaría problemas, no podía estar tranquila cuando la dejaba, así que tenía que hacer un intento para convencerlo de llevar a su hija con ella, tenía un poco de miedo de lo que le iba a pedir pero devia hacer el intento.
Ya en el cuarto de Leo, se quedó un par de segundos parada en la puerta, respiro hondo y tocó la puerta un par de veces hasta que Leo respondió.
-Leo:adelante.
-Xóchitl:buenos días patrón, le traje su desayuno.
-Leo: ponlo donde siempre.
Leo no esperaba que Xóchitl trajera a la bebé, no dijo nada en ese momento pero hablaría con ella después de terminar de desayunar. La muchacha solo esperaba que Leo aceptara, Yali crecía y no podía dejarla siempre con sus amigos porque temía que le pasara algo malo mientras ella no estaba, confiaba en sus amigos pero no podía dejarles esa responsabilidad, ya la avían ayudado mucho este tiempo.
-Leo:¿Por qué trajiste a esa niña? -pregunto en un tono serio.
-Xóchitl:no puedo dejarla sola, yo acepté cuidarla haci que la responsabilidad es mía y no de mis amigos.
-Leo: sabes que no puedes traerla.
-Xóchitl:por favor patrón, deje que traiga a la niña, es tranquilita y no lo molestará -dijo medio suplicado.
-Leo:esta bien pero que no destroce nada.
-Xóchitl: muchas gracias patrón.
Xóchitl estaba feliz por que podía llevar a su bebe con ella, Leo se acerco a ella y le dijo algo que le desagrado.
-Leo:si que eres valiente por que ninguno de tus amigos hubiera podido pedirme eso, son tan miedosos que empiezan a temblar apenas me acerco a ellos.
Xóchitl tomó la bandeja con los platos y se fue a la cocina, no le agrado para nada lo que Leo dijo de sus amigos como podía decir esas cosas de ellos, lavó los platos y se fue a la casita.
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Corazones heridos
FantasyEn esta historia Leo se convierte en el nuevo charro negro y sus amigos ahora trabajan para el privados de su libertad,con miedo de ser embotellados algún día.