Sectumsempra // parte 2 de Harry Potter y Siete Años de Caos.

Capítulo 3 : La cabaña Bones

***SUSAN POV***

—¡¡Harry!!—Susan chilló tan pronto como su mejor amigo apareció en su jardín delantero sosteniendo un traslador, su baúl y el mochuelo más lindo que jamás haya visto. —¡Oh, ella es tan linda!—Gritó, extendiendo la mano para acariciar al pequeño búho negro que saltaba alrededor del hombro de Harry—¿De dónde la conseguiste?

Harry se subió las gafas torcidas a la nariz y le sonrió: —Fue un regalo del profesor Snape.

—Te dije que Severus era un blando— llamó tía Amelia, inclinándose en la puerta principal—Hola Harry, soy la tía de Susan, Amelia Bones.

Susan vio que Harry se puso rígido, un poco, y recordó que no creía que él hubiera tenido una buena experiencia con su familia.

—Hola señora—dijo Harry cortésmente—Gracias por invitarme.

—Uf, por favor llámame Amelia, no señora—dijo la tía riendo—Ya tengo suficiente de eso en el trabajo.

Harry le dio una sonrisa tímida mientras la miraba—Trabajas en el DMLE, ¿verdad? Susan dijo que es asombroso.

Susan estaba a punto de interrumpir:—Pensé que odiabas—pero Harry se giró y le dio 'una mirada' para que se callara.

Pero Harry odiaba la aplicación de la ley. Él mismo lo dijo muchas veces.

—¿Estás interesado en una carrera con nosotros?— Le preguntó tía Amelia.

—No lo sé, pero me encantaría saber más sobre esto— dijo Harry suavemente.

—¡Entra, guardaremos tu baúl y puedo responder cualquier pregunta que tengas durante el almuerzo!—Dijo su tía emocionada, indicando a Harry y Susan que entraran a su cabaña.

Susan casi puso los ojos en blanco ante el entusiasmo de su tía. Harry era un Slytherin. A veces lo comparaba con los otros niños con los que es amiga, Justin Finch-Fletchley, Hannah Abbot, Daphne Greengrass y todos los niños con los que Harry salía. Pero Harry era diferente a todos los demás. Él era algo más. Ella lo supo el día que lo conoció. Él simplemente había sido una cosita jugando con magia en una biblioteca, pero cuando hablaba era malo y grosero y parecía que iba a huir de Susan en cualquier momento. Vio las cicatrices en su rostro y se preguntó cómo un niño podría tener cicatrices como esas. Luego vio cómo Harry tenía miedo de que lo tocaran y odiaba no tener el control. Y nunca quiso deberle favores a nadie.

Ha escuchado muchos casos que presidía su tía cuando dibujaba y leía en su oficina. Si estaba callada, la mayoría de la gente no se daba cuenta de que estaba allí. Escuchó a los Aurores y miembros del Wizengamot hablar en voz baja sobre niños cuyas familias los lastimaron. Lo llamaron abuso. ¿Y Susan siempre se preguntó qué tipo de familia podría dañar a un niño?

Luego conoció a Harry Potter y estuvo segura de que un tipo de familia así haría daño a un niño. Y aunque la entristecía pensar en ello, también la enojaba mucho, mucho. Decidió que Harry nunca volvería a sufrir daño. No mientras ella estuviera presente.

Pero a veces eso significaba asegurarse de que Harry no se lastimara. Porque a veces estaba un poco enojado y hacía planes y no parecía importarle que pudiera morir siguiendo esos planes.

—¿Qué estás haciendo?—Ella le siseó mientras entraban.

Harry le dio una mirada inocente, parpadeando como un búho antes de sonreír—Te lo diré más tarde—dijo en voz baja.

—Vas a contarme todas las cosas ridículas que has hecho el último mes y todos los planes demenciales que se te ocurrieron—dijo con seriedad.

Harry le sacó la lengua pero también sonrió—Sí, señora.