6 | Mujer

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 Jotaro Kujo no debía sentir nada. 

Él era incompetente en los sentimientos.

Sentimientos solo significan problemas, por lo que, las ha comprimimiento hasta hacerla polvo. 

Su único en su mente debe ser la obediencia hacia su jefe.

 —¡Déjame ser tu mujer!

Pero ese sonido de rompimiento lo está fastidiando. 

  —He dicho que no mujer —farfulló por décima vez el viento se llevó la voz lejos de él, logrando que unos a los lejos voltearán. ¿Quizás estarían cerca entonces?

  —¡Te lo pido, dejame ser tu mujer! —gimió ella ahora abrazando su fuerte brazo—. Eres el único hombre cercano que lograría convencer a mi madre. 

El pecho de Jotaro se contrajo y sentía presión, odiaba esa sensación. 

Miró a su amiga, quien con sus mejores intentos pretendía hacer la expresión de cachorro triste, pero parecía más alguien que mordió un limón. 

   —No me interesa —Contuvo una risita y solo rodó los ojos aun con ella en su brazo, caminado por los pasillos a su oficina.

La mujer simuló llorar como una niña malcriada que no le compraron un chocolate, estaba desesperada en conseguir a alguien en ultimo momento para fingir un supuesto matrinomio de dos años ya que gran parte del sustento moneratio que llega a ella es gracias a su madre señil que solo le exigia un matrinomio porque supuestamente eso equilibraria a su loca hija adulta y sería feliz de una forma extraña. 

  —Te lo suplico Jotaro, ella vendrá hoy a las 4 de la tarde y si no ve un hombre con un anillo en el dedo me matará —instó ella aun trepada en su musculoso brazo izquierdo—. Además de que me sacaría de la ciudad con ella a buscarme citas y no me agrada en ni-

  —¿Ella te sacará de la ciudad? —interrumpió él algo tosco, deteniéndose en seco en medio de su oficina. 

  Ella estudió malhumorada en recordar esa vieja conversación con su madre hace cuatro años. 

La mandíbula de Jotaro tintineó, pasó tantas emociones en su cabeza ante la simple palabra "sacar".

Ira, alivio, tristeza, disgusto y preocupación. 

No se trata de cualquier persona, hablamos de su amiga más cercana, quizás más loca, salvaje, un peligro como amiga que en realidad un poco de espacio lo relajará un poco, pero al fin de cuentas, ella lo ha ayudado en ser mejor, aprender cosas nuevas, apreciar pequeñas cosas e ignorar esas miradas sucias que tanto lo estuvieron atormentando. 

¿Cómo sería su mundo sin ella? ¿Se sentiría solo? Definitivamente, no puedes perder algo así. 

 Cambio su visión hacia ella que ahora se encontraba acostada en su sofá echa bolita.

  —No entiendo porqué sabiendo el riesgo de que esto ocurriera si contestabas sus llamadas aun decidido contestar —finalmente habló él luego de sentarse junto a ella luego de sacar un licor y bebió varios tragos del vodka para volver a dejar el vaso sobre la mesa. 

Blondy observó cómo la garganta de Jotaro se movía mientras tragaba.

  —Necesitaba un poco de dinero extra, por eso le conteste... —dijo con un aura aún más deprimente, no iba a dar información de por qué. 

— ¿Si ella ve que estás "felizmente" casada con un hombre seguirá enviandote dinero suficiente para tus necesidades principales y no volverá? —dijo Jotaro terminando el Vodka muy rapido, sabía que si estaba apunto de hacer una estupidez al menos quiere sentirse un tanto ebrio. 

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⏰ Last updated: 7 days ago ⏰

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Entusiasmo • Jotaro Kujo x LectoraWhere stories live. Discover now