Prólogo.

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En el instituto jamás logró llevarse con los demás y ni siquiera se iba a detener a hablar sobre los hijos de otros empresarios que frecuentaba su padre desde que él era un bebé a penas firme para comenzar a caminar por si mismo. 

Él siempre fue considerado un niño de oro en lo inalcanzable de la sociedad y en cierta parte si lo era. Al menos toda su crianza había girado en torno a hacerle creer que nadie se le podía comparar ni siquiera en sueños pero aquello era tan solitario. 

No se quejaba del todo, después en una fría retrospectiva él tenía cuanto quisiera a su merced pero la anhelada compañía siempre se le era negada por cuestiones fuera de su alcance social. 

Los demás le veían como una moneda de cambio que lo llevarían en lo alto. También era visto como una competencia, la envidia y el deseo muy mal oculto. 

Ser codiciado por mayores tampoco fue de su agrado aunque reconocía que eso le ayudó a conseguir bastantes más cosas. Quizás debía aceptar que ser el amante de alguno que otro señor que le replicaba la edad y que tenía la moral bastante rota al pretender fundirse entre las piernas de un menor si le había enseñado algo que la etiqueta jamás le pudo dar. 

Armas para defenderse. 

Armas para poder enfrentar ese vacío que no llenaba ni con dinero, amantes o pensamientos suicidas. 

Ese vacio que solo fue llenado cuando su mensajería instantánea se vio inundada por una solicitud de contacto a nombre de alguien que en suaves susurros egoístas escuchó alguna vez. 

"Hola, Jin Ling. No sé si me reconozcas pero soy tu tío Jiang Cheng, hermano de tu mamá. Me encantaría hablar contigo."

Sus ojos se sentían brillosos, su alma se sentía pura y podía permitirse oxígeno a sus pulmones por primera vez a sus trece años. 

Jiang cheng había sido ese salvavidas a su mal perdida vida que tanto suplico al cielo cuando aun le rogaba al alma de su madre que le envíe alguien para poder continuar. 

Estaba tan cansado, tan solo y agobiado que no podía permitirse cumplir otro cumpleaños sin que deseara la muerte pero ahora ¡todo parecía brillar!

Gracias, muchas gracias mamá.—

Lloraba de felicidad. 

Cada noche y a la misma hora se podía escuchar el teclear de sus dedos pendientes a una conversación que día a día le alimentaba la sonrisa como nunca antes. 

Su tío Cheng lo había salvado de sus malas decisiones, de su búsqueda incesante de amor y ahora solo sentía que debía retribución. Un halo angelical que desde el paraíso Jiang Yanli puso en su camino para que pueda ser feliz. 

Su divinidad.

Es por eso que absolutamente nadie... Le robaría ese bello regalo que le envió mamá. 

¡Hola! ¿Cómo están? espero que de mil maravillas

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¡Hola! ¿Cómo están? espero que de mil maravillas.

Después de siglos (dos años, creo) traigo la continuación de "Codependiente". La historia esta terminada y será de capítulos cortos como la otra. 

Espero la disfruten y como mi estilo, tendrá mucho dolor.

Cariños. 

Nerova 🥀

➵ Independiente; Jin Ling.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora