Desconocido.
—ERES UN MALDITO IMBÉCIL DE MIERDA— Grite viendo a Bill quién se vendaba la pierna —¡Por tu maldita culpa mataron a benjamín, mi jodida mano derecha ¡joder! Me cago en la puta, perdimos a cincuenta hombres, me estoy quedando sin fuerzas, no contamos con el apoyo de ninguna maldita mafia, los rusos fueron exterminados por tu maldito hermano, estamos solos Bill, solos joder, tenemos que matar a Tom cuánto antes, necesito verlo muerto. ¡MALDICIÓN!
Estrellé todos los objetos que estaban en el escritorio contra la pared, mi ira crecía por cada segundo que pasaba, todo se había ido a la mierda y todo por culpa de la maldita de Rousse Grey's.
—Ten calma, Tom en estos momentos debe de estar volviéndose más desquiciado de lo que ya está, su perra debe estar muerta.—Hablo el rubio con su característica sonrisa maligna —Tu mismo la viste, ella no sobrevivirá, no puede hacerlo.
Maldito Kaulitz de mierda.
—Crees que nos conviene que Tom se vuelva más locos, ¿Que ocurre contigo? Tu hermano es peligroso y en el estado en el que está lo es al doble, el maldito debe de estar como un sabueso siguiendo nuestro rastro, en busca nuestra.
Bill negó con la cabeza arrastrándose hasta el sillón para tirar su flaco cuerpo en él.
—No en eso te equivocas, Tom se está volviendo loco, pero por su puta adorada, su prioridad es ella, el está débil.—Hablo con total seguridad.
Sonreí viendo a el rubio.
—¿Que propones?
Bill me dió una mirada cargada de maldad mientras encendía un cigarrillo de hierva —Atacar.
—¿Como lo haremos? No tenemos idea de dónde está el maldito—Dije con obviedad.
Bill chasqueo la lengua mirándome con intensidad —Piensa, soy su hermano puedo contactarme con cualquiera de su círculo de confianza, en especial con Alaska, necesito que traigas a alguien que pueda interceptar una llamada, dónde está Alaska está Tom.
Asentí mientras le daba la orden a uno de nuestros hombres.
Pronto te cortaré la cabeza en dos Tom Kaulitz.
Narrador Omnisciente.
Un vehículo recorría con una rapidez descontrolada la carretera de camino a franford, tenían que llegar lo antes posible a la clínica clandestina del médico para que Rousse fuera atendida de forma correcta, el camión tenía todo lo necesario para estabilizarla pero no era el lugar correcto para darle los cuidados especiales que ella necesitaba, además el atentado había hecho que la mafia italiana estuviera atenta a cualquier movimiento para atacar a Tom y a sus hombres, así que se requería un lugar aislado del territorio italiano, un lugar donde pudieran atender a Rousse en paz.
Un lugar secreto y alejado de la mafia italiana que era la clínica clandestina del Doctor Angelo, el médico de confianza de Tom.
El mismo que curó a Rousse cuando el joven le partió tres costillas y la muñeca.
Las llantas chirriaban por los fuertes frenazos que pegaban en los cruces, la actitud de todos los hombres era atenta, sigilosa, listos para matar a cualquiera que se atreviese en su camino, sumiendo el interior del camión con una tensión fuerte, todos preparados para disparar por cualquier movimiento en falso, exepto por tres hombres quienes estaban teniendo una lucha con ellos mismos en sus mentes, uno pensando en que sería lo mejor, otro retractandose de sus decisiones y el último con unas ganas de matar infinitas que lo consumían lentamente de una forma letal.
Tom se encontraba sumamente preocupado tomando la mano fría de la peliroja la cuál estaba inconsciente, con frecuencias cardíacas bajas debatiéndose entre la vida y la muerte, pero al mismo tiempo tenía ganas desgarrar a su hermano desde dentro hacia fuera, quería hacerlo pagar, quería matarlo de una forma letal pero a la vez deseaba que Bill sufriera, que su muerte fuera una larga y tortuosa agonía, la mente del hombre estaba dividida en dos una parte deseando venganza y la otra atenta a la chica pálida que estaba en la especie de camilla.
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Dangerous Attraction +18 // Tom Kaulitz
Fanfiction¿Que pasa cuando el peligro entra a tu vida? ¿Que debes de hacer cuando de un día para otro tu vida cambia?, esos ojos que se ven hermosos a la vista, son maldad pura. Y yo había caído en ella, en esa maldad. Había desafiado a el hombre más peligro...