𝘌𝘴𝘱𝘦𝘳𝘢𝘳 |[ˢᵖᶦᵈᵉʳᵈᵘᶜᵏ]|

ᴄᴀᴘ. 003

—Hola... —Comenzó. — ¿Cómo va tu noche?... ¿Bien?... —Siguió sin apartar su mirada. —Espero y muy bien... —Suspiró sonriente. —Pero, lo bueno es que a ti todo el tiempo te va bien...

Miró al suelo.

—Soy repetitivo, pero igual te lo diré... aunque no lo creas verdaderamente eres esa motivación para que siga actuando y así, la semana pasada me intentaron quitar unos diálogos, pero no lo lograron. —Rio. —Me sentí muy mal, y eso sí fue lo que lograron, lloré un poquito pero se superó al rato... sabes ¿Por qué? —Levantó su mirar. —Anunciaste que vendrías aquí por tu estreno...

—Al chile eres muy importante en mi vida Quackity, es loco como a todos, pero en serio a todos les cuento sobre ti, no sabes ni de mi existencia pendejo pero aquí estoy agradeciéndote por todo, por llegar a... —Se cortó a sí mismo. —Espero no estar aburriéndote... —Dijo con una risa nerviosa. Para luego volver a bajar su mirada.

—Le prometí a mi padre que volvería un actor todo chingón, y que la recompensa que me dará diosito por eso será por lo menos cruzar algunas palabras contigo...—Agregó sin parar. — Sé que tienes millones de fans, pero déjame decirte que nadie te admira y aprecia tanto como yo... —Siguió.— Siempre le digo al Osvaldo que me volveré famoso y te conoceré, y puedo asegurarte que es el único junto a mi papi que me creen para ir hacia ti... —Apresuró sus palabras al mirar su reloj. —La gente debe de estar pensando que soy el loquito de la esquina por hablarle a un cártel gigante pero...—No pudo terminar pues habían apagado las luces que alumbraban aquel gran cartel.

<<Mierda.>>

Observó por un momento el rostro de Quackity en la imagen, estaba posando todo bello y misterioso, obviamente promocionando su nueva película que se estrenaría en 4 días, y para su suerte la premier con los actores que sería antes, se realizaría en su ciudad.

Más emocionado no podía estar, y tenía bastante claro que no podía faltar a la alfombra roja para verlo por primera vez.

Se alejó del lugar tarareando una melodía bastante dulce y tranquila, tenía que volver a su casa.

La más pequeña no perdía la concentración mientras se esmeraba en terminar un brazalete que estaba haciendo con materiales que encontró en su habitación para el mejor amigo de su hermano.

El castaño no prestaba atención a aquella situación, él seguía practicando sus diálogos.

—Roier... —Llamó la de trencitas.

El mencionado suspiró girando en su lugar en dirección al llamado, lentamente se acercó a la mesa y dejó los papeles que tenía sobre esta.

—Dime Flippa.

—Dijiste que mañana es un día importante, ¿verdad? —Empezó.

— ¡Claro! Porque viene el grandioso y maravilloso Quackiry.