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Habían pasado tres días sin rastro alguno de su antiguo profesor, y aún que los demás ya estaban más tranquilos, Lisa seguía alerta; no podía evitarlo, tenía constantemente la voz de su papá repitiendole todo el tiempo que siempre que alguien decía "estamos a salvo" significaba que no lo estaban, y que si ella no cuidaba a sus amigos, entonces, ¿quién lo haría?.
Odiaba hacerle caso y odiaba que tuviera la razón, mucho más por qué sabía que no era real y todo estaba en su cabeza, ella misma se estaba haciendo pasar por aquello.

La última clase del día era "Historia del arte" con el profesor Kim Min-Kyu, el mismo que le había ofrecido a Lisa aquella incómoda propuesta. Sin necesidad de prestarle mucha atención, la clase había transcurrido como debía y a comparación de la primer clase con él, Yoongi no asistió pero iría más tarde a entregar un justificante.

La clase terminó y sin darse cuenta, mientras ella guardaba sus cosas, el salón se había quedado completamente vacío dejándola sóla con su profesor que, si bien no era feo y tampoco viejo, no la hacía sentir muy cómoda estar tan sola con él.
Se apresuró caminando por el pequeño pasillo entre las mesas y asientos, llegando a pasar justo en frente del escritorio de su profesor quien, no perdió el tiempo y la detuvo al hablarle.

-Entonces.

Lisa se detuvo y lo miró girando lentamente.

-¿Entonces? -preguntó.

-¿Que pensaste?, Sobre... mi propuesta.

Lisa soltó una pequeña risa nasal, tenía que terminar con ésto de una vez por todas.

-Pensé... -soltó lentamente.- que, es ilegal lo que me está pidiendo. Soy su alumna y no me parece que sea muy bien visto en su trabajo que sostenga relaciones sexuales con sus alumnas.

El profesor sonrió y se levantó de su silla, dando la vuelta al escritorio, acercándose más a Lisa. Estaba tan cerca que Lisa comenzaba a sentirse más nerviosa, no retrocedería por qué no quería mostrarse asustada pero, si él no se alejaba...

-Sé que sabes perfectamente como funciona ésto. -le comentó, acariciando su mejilla tomándola por sorpresa.

Lisa se asustó he intento alejarse, pero él bajó rápidamente su mano y la tomó con fuerza de la cintura presionando su cuerpo contra él, aprisionando uno de sus brazos y sosteniendo bruscamente el otro con su otra mano.

-Tu no dices nada, y nadie se entera. ¿Estamos?

Lisa no podía hablar, estaba asustada, tantos recuerdos recorrieron su cabeza y solo intentaba forcejear para zafarse de su agarre. Cuando intentó gritar, él la presionó un poco más haciendo doler su cuerpo y soltando su brazo para taparle la boca. Comenzó a besar bruscamente su rostro y su cuello descubierto.

No había otra opción, no sabía que hacer y su mirada viajó asustada por el salón vacío. La única manera, la engrapadora que, si se movía lo suficiente, alcanzaría a tomarla.

Un centímetro más.

La tomó con su brazo libre rogando que aquel hombre siguiera distraído entre el espacio de su cuello, unió toda su fuerza en su delgada extremidad y lo golpeó fuerte, en la cabeza, una y otra y otra y otra vez mientras él se quedaba inmóvil en el suelo. No había visto con claridad lo que había sucedido, la engrapadora se había abierto antes de golpearlo; la sangre combinada con lágrimas, salpicada sobre su rostro y sus manos. El rostro del hombre, completamente destruido por las grapas que habían salido del artefacto con cada golpe, sus ojos, su cabeza, su nariz, alguna parte de la oreja izquierda, su boca, todo estaba destruido.

Se dió cuenta de lo que había hecho cuando Yoongi, detrás de ella la tomaba de los brazos intentando levantarla del suelo.

-Lili, mírame. -le decía en un débil intento por averiguar lo que sucedió y el por qué de la reacción de Lisa.

Ella no reaccionaba, se había convertido en su padre, por un minuto fue aquello que odiaba del hombre que le dió la vida.

-¿Que hice?. -preguntó apenas Yoongi logró levantarla y girarla hacia él, quitándole la engrapadora de las manos.

-¿Que fue lo que pasó?. -le preguntó antes de saber cómo sería correcto reaccionar.

Lisa se soltó en llanto, estaba temblando, estaba asustada. No podía creer que aquello que siempre le reprochó mentalmente a su padre, aquello que siempre juró que jamás haría, aquello, la había hecho sentir bien. Se estaba odiando por no sentir culpa, se estaba odiando por haberlo disfrutado.

-Lisa... -la llamó de nuevo.- ¿Que fue lo que pasó?

Ella divagó por un momento, parecía una loca, parecía que se lanzaría sobre Yoongi entre rasguños y golpes.

-Él... -su llanto no cesaba.- él... -lo apuntó aún nerviosa por mirarlo.- él... me tocó y yo... yo me asusté, no sabía, no quería... no supe que hacer... perdón, yo no quería...

Comenzó a mover sus brazos nerviosa y continuó llorando mientras se movía incómoda en el agarre de Yoongi, fue ahí cuando él lo notó. Las marcas en el cuello de Lisa, eran marcas recientes, no las tenía y se notaba que habían sido hechas con brusquedad; los rasguños en sus brazos, tal vez por el forcejeo, su cabello alborotado y sus ojos reflejando el miedo que jamás había visto en ella.

-Tenemos que llevarlo a un hospital. -balbuceó Lisa, aún asustada, quería arreglarlo, no quería ser como él, no quería ser como su padre.

-Lili, mírame. -Yoongi la sostuvo fuerte intentando calmarla.- Necesito que me mires. -por fin lo hizo y comenzó a calmarse.- Ya está hecho, se fue, no podemos hacer nada. Hay que sacarlo de aquí.

-No puedo. -comenzó a derrumbarse de nuevo.- No quiero ser como él... no puedo ser como él.

-Lisa, hey, Lisa. -la abrazó, tan fuerte que comenzó a sentir lo que ella sentía.- Tenemos que sacarlo de aquí.

Y entre lágrimas y sollozos, ella asintió aún enganchada al abrazo.

Yoongi tomó su teléfono y mando un solo mensaje, haciendo que en menos de cinco minutos, Jungkook, Namjoon y Taehyung se encargaran del cuerpo; Jennie, Rosé y Yoongi aún en los brazos de una Lisa temblorosa, trataban de calmarla; Jin y Jimin limpiaban a fondo esperando que no quedara ni rastro de alguna gota perdida de sangre, llevándose también la engrapadora; mientras Jisoo y Hoseok trataban de meter una historia falsa en la cabeza de Lisa así como ella lo había hecho antes con Jennie, la primera vez que el grupo mató a alguien. Por qué así era, se habían convertido directamente en asesinatos grupales, accidentales pero, grupales.

Según la historia de Jisoo y Hoseok, Yoongi nunca entregó su justificante, siquiera llegó al salón; Lisa salió justo detrás de todos y llegó a casa exactamente siete minutos después de que la clase terminara, todos estaban ahí, a excepción de Rosé y Jimin que habían ido al cine a ver una película tan aburrida que decidieron salirse de la sala. Estaba todo planeado, no había marcha atrás, y todos estaban de acuerdo... ese hombre se lo merecía.

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The Lie Of a Legacy Donde viven las historias. Descúbrelo ahora