Circuitos

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2 de mayo - 2000

Lunes.

Como detestabas los lunes.

Y por lo visto, el día anterior dejaste ganar al deseo. Esa vez no fuiste la primera en levantarse, te despertaste al sentir una suave caricia sobre tu rostro.

Vanessa tenía algún tipo de poder sobre ti, porque sabías perfectamente que tenías que levantarte y trabajar, al igual que ella, y aún así consiguió que te quedarás con ella unos minutos demás en los que no dejó de sumergirte en besos.

"Ya es tarde," protestaste sobre su pecho descubierto.

"Si trabajas desde casa." Contestó con un beso en la frente.

Te llevaste una mano a la cara. "Pero eso solo quita al coche de la ecuación, todavía tengo que tenerlo todo preparado a tiempo."

Sonrió con burla. "Mira que eres una quejica."

No te dio tiempo ni a desayunar, y como ingeniera, el no tener suficientes nutrientes para el cerebro ralentizaba mucho el proceso.

"Espera, que voy contigo," dijo antes de agarrarte la mano.

"Pero si tienes que irte a trabajar," renegaste.

Agitó la cabeza. "No, hoy empiezo a las doce."

Con los ojos bien amplios, te recordaste a ti misma que era lunes. "Sí, sí, tienes razón."

Vanessa te lo dejó muy claro ayer. Serías sola y solo suya. Tuviste que preguntar, pero sí, erais oficialmente una pareja, solo que de oficial nada porque ninguna de las dos se lo contaría a nadie, bueno, a nadie excepto a Mike.

Tenías una habitación en tu hogar solo destinada al trabajo, la única diferencia era que no se llamaba despacho, sino taller, aunque tenía pinta de despacho debido a todos los dispositivos y monitores distribuidos.

Teletrabajar era algo nuevo de la época, algo que podías lograr gracias a favores de familia.

Trabajabas para una conocida y exitosa empresa, porque siendo realistas, no había manera de poner comida en la mesa de cualquier otra forma. Eso sí, todos tus conocimientos y energía los destinabas a proyectos más personales.

Vanessa tomó un asiento a tu lado, mientras retocabas un circuito eléctrico que te habían mandado a corregir de uno de tus compañeros. Aunque estuvierais a diferentes niveles, seguían siendo tus compañeros después de todo, especialmente teniendo en cuenta el que tu puesto era más mérito familiar que otra cosa.

"No estoy entendiendo nada de lo que veo," comentó una vez terminaste la tarea.

Sonreíste levemente. "Te entiendo. A mí todo esto me lo enseñó mi padre, sin él tampoco sabría nada."

Ella devolvió tu sonrisa. "¿Conozco a tu padre?"

Te lo planteaste unos momentos. "Era algo famosillo aquí en Utah, aunque tampoco te debe sonar mucho. Se llamaba Henry."

Abrió los ojos como platos al oír ese nombre. "¿Henry? ¿Y tú eres su hija?"

Asentiste. "Así es. ¿Entonces sí que te suena?"

Pero no te respondió, se quedó atrapada dentro de una red de preguntas en el interior de su mente. "Henry... ¿Y tu apellido era Emily? N-no..."

Era tu turno para la sorpresa. "¿Lo conoces?"

Estaba alterada, entonces miró a los monitores que la rodeaban. Todos pertenecían al mismo sistema operativo, uno que nadie conoce pero que las empresas y colegios usan porque es el más seguro. FazBear Entertainment era dueño de todo el material alrededor.

Alarmada pero firme, respondió. "Digamos que, nuestros padres eran... Buenos amigos entre sí."

Te tocaba a ti estar horrorizada.  "¿William?" Preguntaste en un hilo de voz.

Vanessa hiperventilaba a la vez que más percates llegaban a su cabeza. Los animatrónicos, la electricidad, toda la pizzería seguía activa aún estando cerrada debido a tu trabajo.

"Tú fuiste la niña que se escapó."

Vanessa Shelly (¿Afton?) x LectoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora