"¿Escapar? ¿Escapar de qué?"
A veces son las preguntas más inocentes las que llevan a las respuestas más sádicas, y eso no fue la excepción a la regla.
Entonces nada de lo ocurrido se trataba de solo 'cosas tuyas'.
Mike ya te había contado lo que podrías llamar como Trama Principal, es decir, todo respecto William Afton, y también su hija.
Pero, claro, él solo te podía contar lo que sabía, todo el resto quedándose en las sombras. Eso claramente incluyendo el secreto que tu padre intentó esconder durante el resto de lo que le quedó de vida.
"Escapaste de la marioneta."
Te estaba dejando de gustar la idea de aprender más sobre el tema. Primero que tu padre fuera un buen amigo del psicópata que era el padre de tu novia, ¿y ahora una marioneta? ¿De qué hablaba?"
Tragaste saliva, solo recordabas una marioneta, pero era un recuerdo de cuando eras niña, además de ser un muy buen recuerdo. Una marioneta que cuidaba de ti, solo que un día desapareció y no volviste a saber de ella.
"¿Escapé? ¿De la marioneta?" Inquiriste, desconociendo el tono de su voz.
Susurró algo para ella, de lo que solo sacaste las palabras 'más' y 'fondo'.
Miró hacia el monitor en el que dejaste de escribir hacía minutos. "No. N-no lo sé."
Claro que lo sabía, pero no te lo iba a contar. "Oye, te cambiaste el nombre, ¿cierto?"
Se te encogieron las pupilas mientras te inclinabas hacia atrás ligeramente. "¿C-cómo lo supiste?"
"¿Sí o no?" Las inquisiciones te estaban agobiando.
Asentiste levemente. "Sí, pero, ¿por qué lo quieres saber?"
"¿Fue Henry quien te pidió que te lo cambiases?" Ignoró tu pregunta.
Agobiando no, asustando. "Vanessa, esto no me está-"
Casi suplicando, continuó. "Responde, por favor."
La verdad, eran sus ojos los culpables, porque con solo observarlos perdías toda tu fuerza de voluntad. "Sí, fue él."
"¿Charlotte?"
Se te heló la sangre. Habían transcurrido lustros desde la última vez que escuchaste ese nombre. De nuevo, solo mirarla y ya estabas hablando demás. "Charlie," corregiste.
Necesitaba un asiento. Demasiadas revelaciones estaban ocurriendo en muy poco tiempo. "¿Quién eres?"
La pregunta la pilló por completa sorpresa. "¿Cómo que quién so-?"
"¿Quién eres?" Repetiste. "¿Por qué sabes cosas que ni yo sabía de mi familia?"
Podías echarte a llorar en cualquier momento perfectamente, decidiste ser más fuerte.
"Me han hablado mucho de ti. Eso es todo." Respondió.
Y qué rápido cambian los roles. "¿Tu padre? ¿Ha sido él?"
"Sí. Como te he dicho, él y tu Henry fueron buenos amigos." Se cruzó de brazos.
"¿Sabes cómo murió?"
Esa pregunta sí que la dejó espantada, y con los ojos como platos.
"¿Quién? ¿Henry?" Cuestionó.
"Sí, mi padre." Respondiste dejando un rastro de temor en tu voz.
Se lo pensó un momento. Conque no sabías qué le había pasado. Ni sabías cómo William estuvo involucrado todo ese tiempo.
"Mira, este no es un buen momento, ¿vale?" Se rascó la nuca. "Creo que deberíamos hablar de esto más adelante, no quiero ser yo quien te lo cuente, y menos ahora que tienes que trabajar."
No estabas convencida, por supuesto que no, y se dio cuenta de ello al instante, por eso hizo lo siguiente.
Sumergir en un mar infinito de besos, así estando sentada sobre tu regazo mientras tú tenías colocadas las manos en su cintura.
Sus labios bajaron hasta tu cuello, se te olvidó todo, lo único que hacías era pedir.
Así ganaba cualquier discusión, dándote lo que quisieras antes de que lo pidieses siquiera.
Y eso funcionaba, no cabía duda, y probablemente seguirá funcionando durante mucho más tiempo.
