Capítulo 84

2.2K 122 1
                                    

PENULTIMO CAPÍTULO...

-¿Qué tal el primer día de trabajo?
-Horrible al igual que toda mi vida- Se tiró de cara al sofá con su maletín.
-Ya llegaste hijo- Apareció su madre de la cocina- ¿Te sirvo la cena?
-Bueno.

Con el mismo ánimo de todos los días se sentó en la mesa, le dolía la cara de tanto sonreír, sin duda una sonrisa fingida dolía más que una real. Su padre se sentó a su lado y le sonrió cálidamente, Luke esta vez no sonrió y se puso a jugar con las manos.

-¿Qué tal tu oficina?
-Está bien.
-¿Cómo es?
-Como cualquier oficina- Bostezó.
-¿Estás cansado?
-Un poco.
-Trabajar no es fácil.
-Sólo será por las vacaciones de primavera.
-Pero es un comienzo, empezarás pronto la universidad y en un par de años volverás a estar en una oficina.
-Que emocionante- Dijo con ironía.
-¿Cuando te pagan?
-El 15 creo.
-Sabía que sería buena idea que trabajaras con Klauss. Me dijo que te daría un buen primer sueldo.
-Que bien- Dejó caer la cabeza en la mesa.
-¿Acaso no te emociona?
-¿Qué cosa? ¿El dinero?- Él asintió- ¿De qué me sirve?
-Pues para comprar lo que necesites.
-Lo que necesito no se puede comprar con dinero.

El hombre decidió guardar silencio antes de empezar a abrir aun más esa herida que aun seguía abierta y latente; la habían intentado cerrar de todas formas sin conseguir éxito, por lo menos habían logrado que Luke ya no se escapara cada noche en busca de ella -allí más bien influía el hecho de que le hubiesen pusto protección a su ventana- aunque había pasado antes de llegar a casa a dejar la rosa número 153 frente a la puerta de su casa, ya no íba en busca de ella, sólo llevaba aquella rosa diaria para recordarse a sí mismo que debía mantener aquel amor vivo. Las opciones eran muchas y las esperanzas muy pocas. Algunos rumoreaban que la habían visto bailando en un club en Ibiza mientras que otros corrian la voz diciéndo que había muerto atropellada por un camión mientras conducía al hospital para una de sus visitas mensuales al ginécologo.

-Preparé estofado- Dejó el plato frente a él.
-Gracias.

La cena fue interrumpida por un enorme estruendo, aquello ero algo que solía pasar muy seguido últimamente. Hace unos dos meses atrás habían hecho un par de arreglos en las calles y ahora frente a la casa de Luke se encontraba la caletera.
El rubio por un tipo de corazonada se paró a ver por la ventana, vio un auto azul estrellado frente a un auto blanco que había visto muchas veces. Salió de la casa corriendo y hasta llegar donde estaba el choque, se abrió la puerta y pudo ver a aquella mujer bajarse.

-Luke- Lo abrazó.

No pudo más, la apretó con mucha fuerza y se largó a llorar. Llevaba mucho tiempo manteniendo aquello retenido, había pasado un mes entero sin derramar ni una sola lágrima pero ahora aquello no importaba, tenerla a ella era estar un paso más cerca de ______________.

-No llores.
-Yo... N-n-no puedo.
-Luke.

Se giró y halló a sus padres observándo atentos a la mujer que no veían hace ya un poco más de cinco meses. Liz sonrió y le dijo que entrara a la casa justo cuando la cosa entre ella y el hombre que había chocado se empezaba a poner intensa.

-Tanto tiempo sin verte.
-He estado viajando. Vine aquí a buscar unos papeles.
-¿Viajando?
-Sí- Recibió la taza de té de parte del señor Hemmings- Gracias.

Luke la veía atento mientras se limpiaba las lágrimas escurridizas que se le escapaban de los ojos, su madre le acariciaba el cabello intentando tranquilizarlo pero lo que sentía no se iría con un par de caricias... o al menos no con las caricias que pudiese hacerle su madre.

-¿Quieres comer algo?
-No. Llamaré a un taxi para que me venga a buscar, debo tomar un vuelo en una hora más.
-¿A quien irás a visitar?

Ella sólo se quedó callada y llevó la vista a Luke. Los padres de Luke entendieron de inmediato que quiso decir con aquella mirada, mientras que el muchacho rubio tardó un poco más en captar. Sus ojos se rebalsaron en agua, tanto que su llanto se volvió muy ruidoso. Se soltó de los brazos de su madre y prácticamente arrastrándose en el piso tomó la mano de la madre de _______________.

-Necesito saber donde está, por favor. Se lo suplico.
-Levántate del piso- Dijo Liz.
-No puedo soportar más un día más sin ______________, la necesito. Mi vida es un asco.
-No digas eso cariño- Su madre trató de pararlo.
-Es la verdad, como por comer, duermo por dormir, simplemente vivo porque estoy vivo. Ya no me importa nada en esta vida, mis metas y deseos se fueron junto con ______________.
-Bebé- Se quedó sin voz.

Lo que sin duda una madre no puede soportar es ver a su hijo con el corazón roto, y ella podía oír claramente como se quebrajaban más y más aquellos ya diminutos y muy separados trozos del corazón de su hijo. Con los ojos cristalizados vio a su esposo, quien con la misma expresión de angustia asintió.

-Amor... Ve por tu pasaporte.
-¿Q-q-qué?
-Al igual que tú cada día se me a hecho una tortura, verte tan deprimido y sin luz me parte el corazón- Se arrodilló junto a él para abrazarlo- Haz lo que tengas que hacer pero por favor déjame ver tu sonrisa una vez más.
-Gracias- Apoyó la cabeza en su pecho- Te amo mamá, no sabes cuanto te amo.

La madre de ______________ aprovechó para llamar a un taxi, el cual estaría en diez minutos afuera esperándolos ambos.

-Vamos Luke, ve a buscar tu pasaporte y hace una maleta con tus cosas que ya nos vamos a Madrid.

Mi Dulce Tentación - Luke Hemmings y tu (HOT)Where stories live. Discover now