O1

21 3 0
                                    

Era una un día nevado una niña de tan solo doce años cargaba difícilmente a su hermano en su espalda ㅡ¿Alguien podría ayudarme?ㅡ Pronunció débilmente con una voz quebradiza, mientras una gran ventisca de nieve cubría su paso.

¿Cómo ha sucedido todo esto? ¿Por qué había una niña pidiendo ayuda en medio de una tormenta? ¿Por qué estaba cargando a su hermano en sus hombros?

Todo sucedió ayer, un hermoso amanecer se elevaba en la montaña donde vivía una familia de escaso nivel económico, un niño de tan solo trece años de edad. Llenaba una enorme canasta de carbón para llevarla a vender al pueblo, sus manos tomaban cada una de estas y las cenizas en el aire manchaban su ropa y piel.

ㅡ¿Tanjirou ya te irás?ㅡPreguntó su madre quien se acercaba al joven, notando que el joven se había ensuciado con mucho carbónㅡTienes carbón en tu mejillaㅡDijo la mujer para luego pasar un paño mojado en sus mejillas, sus manos suaves quitaban cada suciedad de su rostro ㅡTanjirou prométeme que no volverás muy tarde hoy, últimamente no estas comiendo bien y eso me preocupa mucho.ㅡ Pronunció con un tono de angustia mientras sus ojos se cristalizaban, ante tal afirmación propiamente dicha.

ㅡNo te preocupes madre, estaré bien y juro que vendré a casa más tempranoㅡDijo con una sincera sonrisa el joven, encandilando el corazón de su madre.

ㅡ¡Oni-chan te acompañaré! También debo ir a trabajar en el pueblo, seguro habrán muchos kimonos y yukatas que coserㅡPronunció una linda chica de cabello largo y de unos hermosos ojos magentas, mientras cargaba una pequeña bolsa que usaba para transportar sus herramientas de trabajo.

La familia Kamado era una familia muy pobre, aun que gracias a dios los 2 hermanos mayores tenían un empleo lo cúal con eso al menos la familia Kamado podían comer diariamente quizás no tanto por lo que menciona Kie.

Kamado Tanjirou trabaja independientemente recolectaba leña junto a su hermano menor Takeo, con ello quemaba la leña para convertirla en carbón y eso mismo lo vendía en el pueblo. Con este frío, un poco de calor de carbón viene muy bien para cocinar un estofado y mantenerse caliente.

En cambio Kamado Nezuko era una trabajadora dependiente, se las arreglaba como costurera en una tienda de ropas del pueblo. Su talento para coser y diseñar era impresionante, su manera de combinar las prendas incluso eran increíbles a pesar de ser pobre nada detiene a esta hermosa joven de estar a la moda y ser una experta en ropa.

Aun que ella sea muy popular entre las diseñadoras de ropa, las costureras y las chicas del pueblo, muchos la odiaban y envidiaban a por ser muy popular pero también por ser una de las mejores costurera del pueblo. Siendo capaz de arreglar cualquier prenda de ropa sin importar que tan destrozada este, ella podía unir todos los hilos y dejarla como si nunca hubiese recibido daño alguno.

Muchos hombres la miraban con desprecio por no aspirar a ser una ama de casa como obligadamente debían ser todas las mujeres en esa época, para ellos las niñas pequeñas deberían ayudar a sus madres en su casa y cuando crezcan casarse con un hombre para que las ayuden económicamente.

Pero a Nezuko lo que menos le importaba era conseguir pareja, para ella lo más importante en este momento es ayudar a su familia ya tendrá tiempo para pensar en esas cosas por el momento es solo una niña de doce años que quiere ayudar a su familia, ser popular y tener muchos amigos.

A pesar de esos murmullos que escuchaba en el pueblo, ella nunca le ha importado los que piensen los susodichos de ella y a su familia no le importaba menos los susodichos ya que gracias a su trabajo ayudaba mucho a su mala situación económica que tenían.

Y como ambos hermanos eran igual de talentosos, ellos eran admirados por sus hermanos mas pequeños como Hanako y Takeo. Quienes querían y aspiraban a ser iguales a sus hermanos mayores, realmente los hermanos Kamado eran toda una sensación en el pueblo.

ㅡBueno me iré a vender carbón en el pueblo, cuidate Nezuko.ㅡ Dijo el peliburdeos acomodando su enorme canasta de carbón, para luego despedirse con la mano.

ㅡAdios, Oni-chanㅡPronunció la pelinegra viendo como su hermano desaparecía a lo lejos por obra de la nieve.

Al llegar al pueblo justo en la tienda de kimono, encuentra a una señora que la conocía bien porque también era amiga de su madre Kie.

Al verla alzando su mano, Nezuko alza la suya alegremente para saludarla y se acerca corriendo a esta.

ㅡ¡Que bueno que llegaste Nezuko-chan, hoy tenemos una larga lista de trabajo para tí.ㅡLa señora le mostro la lista a la joven, era sorprendentemente larga.ㅡEsfuerzate al máximo, por que hoy será tu día de cobro ademas...ㅡSe acerco para susurrarleㅡSi terminas todo hoy te pagaremos el doble.

Los ojos magentas de la joven se llenarón de un brillo inmenso al escuchar eso último, la alegría fue tan inmensa que hizo que diera un pequeño brinco y apretará sus puños para contenerse de la emoción.

Ahora podría comprarle el regalo de cumpleaños a su hermano Rokuta, pronto sería su cumpleaños y Nezuko quiere regalarle algo especial al pequeño.

ㅡ¡Prometo que daré mi mayor esfuerzo señorita!ㅡPronunció fuerte y claro la joven haciendo una reverencia como muestra de agradecimiento.

Mientras la pelinegra se adentro al local para organizarse y ver por donde empezar, comenzo recortando la tela para los tabi y la de los kimonos ya que esto era lo más facil.

Despues de un largo tiempo de trabajo con la costura y las divisiones la joven Kamado había terminado toda la lista ㅡ¡Ya he acabado!ㅡsuspira para luego salir de la habitación y avisarle a su superior. ㅡLas prendas ya están listasㅡ

La mujer se dió la media vuelta y entró para dar un vistazo ㅡ¡Nezuko-chan eres brillante! Has terminado todo en un solo día, y como prometí querida aquí esta tu pagoㅡse lo da en la mano a la joven.

ㅡ¡Muchas gracias señorita!ㅡPronunció alto la joven pelinegra haciendo varias reverencia, totalmente agradecida.

ㅡLamento haberte hecho quedar hasta tan tardeㅡDijo la mujer mayor mirando con preocupación desde la ventana de la tienda, había notado que a estaba muy oscuro afuera y la tormenta nevada no paraba.

ㅡDescuide, esta bien asíㅡSonrío la joven tomando su haori para abrigarse del frío, estuvo a punto de abrir la puerta de papel pero una mano en su hombro la detuvo.

ㅡEspera Nezuko-chanㅡSe asustó un poco pero era su propia jefaㅡNo es seguro que subas a la montaña por la noche.ㅡDijo la mujer con una mirada aterrada, su mano temblante hizo que Nezuko se detuviera por completo.

ㅡNo se preocupe señorita, estaré bienㅡ dijo la pelinegra se sentía culpable porque se preocupara tanto por ella.

ㅡEs que hay rumoresㅡPausó mirando hacia abajo, su cara reflejaba una completa angustia ㅡDicen que hay demonios en la montaña por la nocheㅡLa mujer se encontraba muy asustada y tomo con ambas manos la mano de la jovenㅡNo quiero que te pase algo por mi culpa, así que por favor no vayas Nezuko-chan.

¿Demonios? ¿De que está hablando?

Continuara...

Kimetsu No Yaiba: HiganbanaWhere stories live. Discover now