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—Tu madre quiere hablar contigo — Dice su mamá desde la puerta.

Sergio la ignora, y sigue ordenando unas cosas en su habitación.

Quiere que su mamá se de cuenta que la está ignorando para que se vaya, pero aun cuando le está dando la espalda sabe que ella sigue ahí parada mirándolo.

— Está en su despacho —. Continúa su madre omega.— No le hagas esperar, Michel. Es importante.

El mencionado espera a que ahora sí se vaya y deja lo que está haciendo, se dirige a la puerta. Sale de su habitación con dirección a la parte más alejada de la casa, donde se encuentran los despachos de sus madres.

La puerta del despacho de su madre alfa está abierta, así que entra sin llamar, y cierra la puerta tras de él, sentándose frente a su escritorio. No le presta atención, solo sigue garabateando notas en su organizador. Aurora Pérez nunca les presta atención a las personas que considera inferiores a ella ni un segundo antes de lo que cree conveniente.

Desafortunadamente, a Sergio nunca le han importado una mierda sus juegos de poder, así que se sienta en la silla frente a su madre sin invitación, cruzando los brazos sobre mi pecho.

— Tú y tus estúpidos modales, como siempre.— Dice sin levantar la cabeza del organizador—. Me alegro de que tu desobediencia se convierta pronto en el problema de otra persona.

Los latidos del corazón se le aceleran ante las palabras que soltó la mayor, pero controlo sus facciones y feromonas no mostrar ninguna reacción. Su madre es como un depredador, esperando a que su presa muestre debilidad para atacar, y apuntar directo a la yugular.

— Vamos a firmar una tregua con Carlos Sainz —. Dice mirándole—. Y te vas a casar con uno de los hombres de Sainz la semana que viene.

El omega tarda unos segundos en recomponerse de la noticia que le ha dicho su madre, luego vuelve a mirar a su madre a los ojos y le responde firmé.

— No.

—No era una pregunta, Sergio. Todo está ya acordado, el hijo omega de una de las mafiosas más temibles para uno de sus hombres de Sainz. Felicidades, por tu compromiso.

Una sonrisa venenosa se extiende por su rostro y hace que el omega se sienta pequeño ante la fuerte presencia de su madre.

— Tú no puedes obligarme a hacer esto. — Dice Sergio.

—¿Qué no puedo obligarte? —. Se burla.

El menor comienza a levantarse para salir de la habitación, al tiempo que ella se incline hacia él, para agarrarle del brazo y darle una bofetada en la cara con la otra mano, tan fuerte que el rostro de Sergio se desplaza hacia un lado y un pitido en los oídos. Pero el omega no se da por vencido, respira hondo, soltándose bruscamente del agarre de la alfa. Sergio está decidido, no piensa casarse con alguien que no conoce, y menos con un bruto holandés.

— Si no te casas con ese alfa, les entregaré Patricio. —. Dice fríamente. Sus palabras le paralizan el cuerpo al castaño con pecas.

Aurora era muy capaz de hacer eso.

Patricio es su hermano pequeño, también es omega y solo tiene dieciocho años. Sergio se da la vuelta para mirarla a los ojos, no tiene ninguna duda en ellos, si entregaría a Pato a ese holandés.

—Veo que eso no te parece bien. —Señala la silla que acaba de dejar libre.—. Vuelve aquí y terminemos esta conversación.

Los cinco pasos que da de regreso hasta la silla son probablemente la segunda cosa más difícil que ha hecho en su vida. Sus pies se sienten como si estuvieran hechos de gelatina y el piso fuera de agua, durante todo el camino de vuelta.

— Ahora, que ya sabes que te casarás, hay un par de cosas más. Serás un esposo dócil y obediente con tu marido. Todavía no sé quién será, pero eso no importa. Lo importante es que será alguien del círculo íntimo de Sainz.

El castaño observa como su madre se reclina en su silla y coge un cigarro de la caja que tiene delante.

— Controlarás tu temperamento, dejarás que te folle todo lo que quiera y te asegurarás que confíe en ti. Probablemente, te subestimará, como suele hacer la gente, pero después empezará a abrirse, y comenzará a hablarte sobre los negocios.—Señala con su cigarro en su dirección—. Recordarás todo lo que diga, cada detalle sobre cómo se organizan, qué rutas utilizan para la distribución, todo lo que pueda mencionar.

Abre un cajón de su escritorio, saca un teléfono desechable y lo desliza hacia el omega.

—Me enviarás un mensaje con todo lo que te diga y creas importante. Cada cosa. ¿Lo entiendes?

Ahora todo tiene más sentido para Sergio.

El montaje más perfecto que ha hecho: deshacerse de su hijo, sacrificando a uno de sus hijos omegas a los holandeses, como infiltrado, todo mientras se asegura que será ella será quien reciba la información privilegiada sobre bando rival.

Brillante, realmente brillante.

—¡Te he hecho una pregunta! —gruñe y el omega siente el enojo en las feromonas de su madre.

Sergio inclina la cabeza hacia un lado y la mira, deseando tener un arma e imaginando que apunta entre sus ojos y aprieta el gatillo. No fallaría.

A lo largo de los años, su hermano mayor, se ha asegurado que su puntería sea impecable, llevándolo en secreto a sus prácticas de tiro. No está seguro de tener las agallas para matar a su madre, pero imaginarlo definitivamente le hace sentir bien.

Asiente, recoge el teléfono de la mesa y sale del despacho, captando la sonrisa satisfecha de su madre por el rabillo del ojo.

Que crea lo que quiera.

Puede que él se case con ese alfa holandés, pero lo hace por su hermano, no porque ella se lo haya ordenado. Él no estará jugando a ser su espía.

No va a morir por ella.


. . .

Scary Love | chestappenWhere stories live. Discover now