24

7.1K 976 347
                                    

Son casi las tres de la mañana cuando Max vuelve a su hogar. Sergio prácticamente salta del sofá, tan pronto escucha abrirse la puerta, y camina hacia él. Está cubierto de hollín, con manchas negras en las manos y la cara, pero parece ileso.

-¿Por qué no estás durmiendo?

-Estaba preocupado.

-¿Yuki?

-Dormido. Hemos vuelto a cenar hotcakes. -le responde mientras comienza a desabrocharle la camisa.

La manga está rota en un lugar, inspecciona la parte superior de su brazo, no encuentra ninguna herida.

-Los pantalones. Luego a la ducha.

El alfa no se queja al recibir las órdenes del omega, solo le besa ligeramente en los labios y, dejando el traje estropeado en el suelo, se dirige al baño. Sergio lleva su camisa y sus pantalones al cubo de la basura y segundos después lo sigue.

En el baño, Checo se quita la ropa y se mete en la ducha, donde Max ya se está lavando el cabello. Tomando el jabón del estante, se enjabona las manos y las llevo a la cara del rubio. Este lo mira por un segundo y luego agacha la cabeza. Tiene una gran mancha negra en la mejilla derecha, así que empieza por ahí. Se desprende con bastante facilidad, y pasa a su frente y luego a su cuello. No hay hollín en su pecho, pero de todos modos mueve sus manos hacia allí, acariciando su piel con movimientos circulares.

Max da un paso adelante y coloca sus manos en los azulejos a ambos lados de la cabeza de Sergio, aprisionándole entre su cuerpo y la pared de la ducha. El omega desliza su mano hacia abajo y toma entre su mano la erección del rubio, y Sergio disfruta ver cómo se acelera la respiración al alfa.

-Todavía no -le dice Max al oído y, lo toma por las caderas, dándole la vuelta para que quede de cara a la pared.

Las manos de Max se mueven lentamente por el abdomen del omega hasta detenerse en la parte íntima de Sergio, los dedos del rubio solo le acarician muy suavemente la erección al castaño, y eso comienza a desesperarlo.

-Eres la cosa más hermosa en la que he puesto mis ojos - Max le susurra, llevando una de sus manos a la entrada lubricada de Sergio, introduciendo un dedo dentro de él, luego añade otro, y el omega jadea.-. Y tú, mi pequeño rayo de sol, eres tan hermoso por dentro como por fuera.

El alfa comienza a mover sus dedos y su mano en la erección de Checo, un escalofrío sacude todo el cuerpo de Sergio con tanta fuerza que tiene que descansar la frente y las palmas de las manos contra la pared para mantenerse en pie.

-Mío -dice el rubio lamiéndole el cuello justo donde debería estar la marca. Un lugar sensible para el omega, lo que le provoca que suelte un gemido.

El alfa decide que es suficiente, se quitan el jabón, Max toma en brazos al el omega para llevarlo a su dormitorio con la espalda pegada a su pecho y la cabeza echada hacia atrás sobre su hombro.

En el momento en Max lo deja en el suelo, Sergio se gira y lo empuja hacia la cama, luego se arrastra sobre su enorme cuerpo y me sienta sobre la erección del alfa. El omega se corre, apenas es llenado por la hombría del contrario.

Pero no es suficiente, Sergio se sigue moviendo sobre él, maravillado por la sensación de las manos de Max en su cintura y su polla apretándose contra sus paredes, que aún hormiguean. Max gime y empieza embestir al omega, mientras este se sostiene de sus hombros con tanta fuerza que probablemente acabe con marcas de uñas. Entonces siente que se corre de nuevo, arquea su espalda y dejo escapar un gemido. Al momento siguiente, Max también.

Sigue jadeando cuando Sergio se inclina hacia delante. El omega toca suavemente con su nariz la del alfa y entierra sus dedos en el cabello rubio, mirando sus ojos desiguales. Checo, siente a su corazón saltar de alegría, como cada vez que el alfa está cerca, haciéndole sentir completo en lugar de la persona defectuosa y perdida que siempre pensó que era. Recuerda que una vez Esteban lo llamó príncipe de hielo porque Sergio no quería que lo abrazara, ni lo tomara de la mano en público. Dijo que era broma, pero sabe que lo decía en serio.

Scary Love | chestappenWhere stories live. Discover now