Capítulo 3

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Al servir la ensalada ya lista en sus respectivos platos, unos pasos apresurados me hicieron elevar mi vista y callar mi tarareo. Ahí estaba el, ya vestido como antes, su cabello estaba despeinado y sus ojos aún seguían algo rojos. Hasta acá podía persevir sus fuertes ganas de huir, escapar de lo que ocurrió, pero no se lo puedo permitir, no lo puedo perder después de tantos años tratando de acercarme a él. Sus ojos solo me habían visto por unos segundos, trataba de esquivar mi mirada, sus mejillas sonrojadas me hicieron pensar que tal vez estaba repitiendo en su cabeza lo que pasó en el club.

"Oh, el bello durmiente ya se levantó", le dije con alegría, de una forma casual, como si no hubiera pasado nada. Tal vez era mejor así, el alfa no parecía tener ganas ni de estar cerca mio. Tenía que hacer que se relajase de algún modo.

Por fin sus ojos tuvieron el valor de verme. Remojó sus labios rosados y pasó una de sus manos por su cabello. "Disculpa por...", aclaró su garganta, trataba de encontrar las palabras correctas sin mencionar detalles, "por causarte un inconveniente".

Le di una sonrisa ladina y tomé los dos platos ya servidos para llevarlos a la mesa, uno cerca del otro. "De verdad no fue nada, fue un gusto cuidar de usted", me atreví a decir sin dejarlo de ver a los ojos. Era una indirecta muy directa de como había empezado todo en el club. Wayne tragó saliva visiblemente, moviéndose en su lugar, haciendo una pequeña pero visible mueca. Lo que me hizo recordar que el pobre aún seguía con semen seco entre sus piernas. "Dejé ropa y todo lo que necesitas en el baño de mi habitación, por favor, póngasela"

Si Wayne ya se encontraba rojo, ahora lo estaba aún más, parecía que deseaba con todas sus fuerzas que lo tragase la tierra. Reí de forma aireosa, él me miró con confusión y vergüenza por mi reacción. "Se ve muy tierno así, todo...tímido", de pontro me escuché diciendo esas palabras de una forma seductora, sin pena alguna, me sorprendí de mi mismo porque me estaba dejando de reconocer.

El alfa dio un paso hacia atrás, sus manos fueron discretamente a la parte frontal de su pantalón mientras su pecho comenzaba a subir y bajar como si le faltara el aire. "Yo.. me tengo que ir", dijo como si sabía que si seguía unos minutos más conmigo iba a volver a caer, él lo sabía, yo lo sabía, y por eso supe qué hacer.

Con los platos ya en la mesa mis manos se encontraban listas para buscar otro objetivo que sostener. Caminé hacia el, como un león a su presa, lento, con cautela, tratando de no ser descubierto. "Pero ni siquiera me a dicho su nombre", esas palabras se deslizaron de mi boca como si fueran miel. Los ojos de Wayne ya se estaban volviendo a llenar con lujuria y lo único que hacía era retroceder, hasta que su espalda pegó con la isla de la cocina. Se encontraba atrapado por el mismo, sabía que podía huír pero no estaba haciendo mas que esperarme con anticipación.

El alfa aún no decía ni una palabra cuando finalmente estuvimos frente a frente, sus ojos se alzaron un poco al igual que su barbilla, yo soy unos centímetros más alto que él y hasta acá puedo sentir lo mucho que le molesta. "Si no me dices tu nombre, yo te tendré que poner uno", susurré cerca de su rostro, él solo respiró de una forma entrecortada.

Bajé mi mirada, casimente barriendolo con mis ojos.

Sus manos tensas llamaron mi atención, aún seguían tapando su entrepierna. Dándome una idea de lo que el alfa estaba escondiendo tras sus manos, le di una palmadita en ellas para que las retirara, sin embargo, él se negó. "No quieres decirme tu nombre y ahora me estás desobedeciendo", dije más como una afirmación que como pregunta.

Wayne se tensó, de pronto estaba viendo hacia el suelo, casi como si se sintiera mal por haberme desobedecido, como si se estuviera riñendo a si mismo. Alcé mi mano y tomé su barbilla, la elevé para que me mirara pero sus ojos estaban decididos a no hacerlo. "Mírame", le ordené con mi voz Alfa. Estaba sintiendo rabia de repente, no entendía por qué Wayne se estaba comportando así y no entendía por qué me molestaba tanto. El alfa seguía sin obedecer, no obstante, parecía querer hacerlo y eso captó mi interés. "¿Por qué no me miras?", volví a hablar con mi voz alfa haciendo que indirectamente saliera a la luz el problema.

Placer y Venganza ~Superbat (+18)Where stories live. Discover now