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Sábado, había pasado una semana desde que escapó de casa, una semana sin ver a su madre, reflexionó frente al espejo, acomodando su camiseta blanca y cepillando correctamente su cabello

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Sábado, había pasado una semana desde que escapó de casa, una semana sin ver a su madre, reflexionó frente al espejo, acomodando su camiseta blanca y cepillando correctamente su cabello.

Había recibidos constantes llamadas de su progenitora que decidió no responder y mensajes que no se atrevió a leer. Decidió ignorarla por completo. Una parte de su consciencia se sentía bien con esta decisión, mientras que la otra sentía una gran culpa, no debería hacerle esto a su progenitora, podía ser mala y estricta a veces, pero seguía siendo su familia y Xiao Zhan sabía que su madre lo amaba.

Atrapó su regordete labio inferior entre sus dientes, ansioso, la mirada divagando de un punto a otro en la habitación de Yibo, sus pensamientos y sentimientos siendo nuevamente un desastre, chocando entre ellos y dejándolo perdido.

¿Qué debía hacer ahora? ¿Debía volver a casa y enfrentarla? Tal vez eso sería lo correcto, hablar las cosas de frente y alzar la cabeza contra la única persona que jamás pensó enfrentarse y que cuando lo hizo por primera vez, todo terminó en un desastre.

“Eres fuerte” se repitió a sí mismo en sus pensamientos, lo había demostrado durante estos días, mostrando una actitud más segura y confiada frente a los demás y se sentía feliz con este cambio. “Puedes con esto”, pero ¿realmente se había vuelto lo suficientemente fuerte como para enfrentar a la única persona que tenía miedo de encarar?

—¿Ya estas listo, ZhanGe? —preguntó el castaño desde el otro lado de la puerta, sacándolo de sus pensamientos.

—Sí, puedes pasar, BoDi—respondió volteando hacia su dirección, admirando en silencio cómo se encontraba vestido el castaño.

Hoy el menor había decidido usar una camisa blanca junto a un suéter rosa pasteloso encima, unos jeans claros y zapatillas igualmente rosas. Una sonrisa brillaba en sus finos labios, Zhan lo observó igualmente, con una mirada llena de amor.

—Te ves increíble, Ge— le halagó y las mejillas del pelinegro se pintaron de un tenue rojo, sonriendo levemente, su corazón palpitando rápidamente mientras Yibo se acercaba para tomarlo de la cintura.

Su propio atuendo consistía en una camiseta blanca junto a una campera de jean, perteneciente al menor, jeans negros ajustados que modelaban perfectamente sus piernas y converses del mismo tono.

—Tú también luces muy bien— le halagó igualmente, envolviendo sus brazos en su cuello, sonriéndose en silencio antes de acercarse y unir sus labios en un tierno beso.

Aunque la ternura duró un momento y, en cuestión de segundos, se besaban con más fiereza, jugando con sus lenguas. Yibo apretó la cintura del pelinegro y acarició un tanto sus muslos mientras este tiraba de los mechones castaños de su cabello. Seguían siendo bastante hormonales y sus lobos hambrientos por el contacto del otro no ayudaba tanto a esto, sus feromonas se mezclaban en el aire hasta que se separaron cuando sus pulmones comenzaron a exigirles oxigeno, respirando agitados y con rostros igualmente rojos.

𝐏𝐚𝐬𝐭𝐞𝐥 𝐁𝐨𝐲|| 𝚈𝚒𝚉𝚑𝚊𝚗Where stories live. Discover now