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Luz ya tenía todo preparado para salir corriendo hacia la estación nada más amanecer. Dejó la casa patas arriba, pero eso le daba igual, estaba más que nerviosa, porque sabía que en horas le vería.

Aquella noche fue eterna para Ainhoa, aunque la pasó con Hugo no pudo pegar ojo... no paraba de moverse y lo poco que dormía era sólo para tener pesadillas, y todas relacionadas con la misma persona, Luz, se sentía horrible y más cuando notaba que los brazos protectores y cariñosos de Hugo la abrazaban.

-¿No puedes dormir?- preguntó el chico con voz adormilada
-Nada cariño... que te tenido una pesadilla...-dijo ella
-Ay pobre, ¿qué has soñado?- preguntó el sentándose un poco en la cama para arroparla
-Pues... que en el ave a Valencia, en medio del trayecto había un accidente y te pasaba algo horrible... y luego yo estaba triste, y caía en depresión... – mintió de la mejor forma que sabía

-Ven aquí, pobre, qué mal lo has tenido que pasar... eso será porque no debes irte... como te dije -dijo el estrechándola en sus brazos
-Si... quizás -dijo ella
-Tranquila ya pasó... -dijo el besándole la frente
-Si... ya pasó... -repitió ella recostándose en su pecho


A la mañana siguiente, Menchu se levantó temprano con ganas de tomarse su café caliente, como cada. Entró en la cocina intentando no molestar, porque los demás dormían, pero al entrar vio a Ainhoa apoyada en la encimera mirando fijamente la cafetera

-Ainhoa madrugando, increíble. ¡Lo nunca visto! -dijo Menchu en voz baja
-Hacía calor y no podía dormir...-mintió ella sin moverse
-Ya... A mí me ha pasado lo mismo, y Martínez no para de moverse, ya sabes...Por cierto, ¿me pasas el azucarero por favor?-preguntó Menchu sacando una taza, Ainhoa abrió el mueble y sacó el bote negro donde se guardaba el azúcar -Ainhoa, por mucho que mires a la cafetera, café no se hará solo...-dijo Menchu al ver que estaba ida
-Uy si, perdón, será el sueño -dijo Ainhoa saliendo de sus pensamientos
-Ponlo para las dos, porfi...-dijo Menchu preparándole una taza a ella también
-¿A qué hora vamos a la estación?-preguntó Ainhoa sin mirarla
-Por favor Ainhoa, no te vayas... te lo suplico...- rogó Menchu
-Déjame Menchu... ya sabes que es lo mejor...-dijo la pelirroja
-No lo es, si no estás, no será el mejor día de mi vida. Venga, ¿por qué no conseguís ser amigas por lo menos? No es necesario huir -dijo Menchu
-Déjalo, te doy la enhorabuena y ya tienes mi regalo, así que, pasadlo bien aquí...- dijo Ainhoa
-Y en la estación podéis veros – dijo Menchu
-Eso es bastante, y si la veo le digo "Chao" y punto- recalcó Ainhoa
-Bueno, pues nosotros nos vamos después de comer...-dijo Menchu
-Vale...-dijo Ainhoa saliendo de la cocina
-Oye...-la llamó Menchu
-¿Qué?-pregunto Ainhoa
-Tu café...-dijo Menchu señalando la cafetera
-Da igual, déjalo para Sara – dijo Ainhoa saliendo sin mirarla

Al poco rato, la casa se iba llenando de gente. Ainhoa rezaba para que no llegase el momento de ir a la estación, pero las horas pasaban y cada vez estaba más nerviosa. No era la única que se daba cuenta, todos lo notaban.

-Quizás algún día tenga la suerte que tienen Menchu y Martínez-dijo Hugo sentándose a su lado echándole una clara indirecta
-Yo aún estoy un poco reacia al matrimonio, ya lo sabes...- quiso bromear Ainhoa para salir del apuro
-No he querido presionarte, perdona – se disculpó Hugo
-No, tranquilo, no pasa nada- dijo ella
-Cariño...-dijo el
-¿Qué?- dijo ella mirándolo
-Tranquilízate, cariño. Como sigas así en menos de una hora, te va a dar un colapso...-dijo Hugo besando sus manos
-Estoy bien...- mintió ella
-No, no lo estás...-dijo el acariciándole la mejilla


-Hey amantes de Teruel, venid a comer que nos vamos...-dijo Julio asomándose rápidamente por la puerta. Hugo salió primero, ya que Julio le pidió ayuda con algo del coche. Sara entró en la habitación y la miró con empatía
-¿Estás bien?-preguntó sentándose a su lado
-Claro...-dijo Ainhoa
-¿Estás nerviosa por tu viaje a Valencia?...-dijo Sara con segundas
-No empieces...-advirtió la pelirroja
-Vamos Ainho... soy yo...-dijo Sara
-Pues por eso...-dijo Ainhoa desconfiada
-No tienes que irte por que venga ella...-dijo Sara
-Prefiero que sea así...-dijo Ainhoa
-No me creo que no tengas ganas de verla. Yo por lo menos me muero por verla... - dijo Sara
-Pues que bien -dijo Ainhoa dolida saliendo de la habitación

Esa reacción le bastó a Sara para comprobar que Ainhoa irremediablemente la quería. Quiso hacer el intento de ir detrás de ella, pero pensó que acosarla a cada momento tampoco era justo para ella. De hecho, nada era justo, y si decidió marcharse, nadie podía obligarla a quedarse, y así las horas fueron pasando, siendo ya casi era la hora de partir hacia la estación a por Luz.


Llegaba el gran día de Luz, el día en que vería después de cuatro años a sus amigos... y a ella. Ahora sí que estaba segura, la quería y no la dejaría escapar, no sin haberlo intentado, de haber luchado por ella una vez mas, faltaba muy pocas horas para que su avión despegase y ella ya estaba hay junto a Felisa, mas que nada por que quería asegurarse de que su amiga cogía de una maldita vez ese avión.

-¿Y si ya no me quiere? – dijo de pronto Luz parándose en seco en mitad de la estación
-Vamos Luz, no me jodas – dijo Felisa al ver que ya empezaba
-Conozco a Ainhoa, me odia muchísimo...-dijo Luz
-Pues te jodes, apechuga con tus problemas y tira para delante con dos ovarios tía - dijo Felisa empujándola
-Dios, estoy muy nerviosa. No quiero ir -dijo Luz titubeando intentando huir
-No, de eso nada, vas a coger ese tren de una puta vez, y vas a darle una explicación a la pobre chica. Si puedes arreglarlo bien, si no pues bueno, pero limpias tu consciencia de una vez – dijo Felisa sujetando su mano
-Dios, tienes razón...-dijo Luz angustiada
-Escucha, ahora debes de ser muy comprensiva con ella, no seas impaciente ni ansiosa que te conozco. ¿Vale? – dijo Felisa
-Vale...-dijo Luz
-Recuérdalo...-dijo Felisa
-Sí comprensiva, no ansiosa... -repitió Luz para memorizarlo – Y ¡ay Dios! No sé qué haré cuando la tenga enfrente. ¿Le abrazo? ¿Le doy un beso? En la mejilla, obviamente. ¿Le digo "hola"? – decía Luz
-Claro, es lógico – dijo Luz

Mientras seguía de terapia con Felisa, se escuchó por la megafonía cómo daban el aviso a los pasajeros de la salida del tren, Luz se abrazó nerviosa a Felisa quien sonrío.

-Bueno...-dijo Luz
-Recuerda enviarme mensajes eh... -dijo Felisa
-Claro claro. Por cierto, cuida mucho de Jon eh, y no dejes que se suba a los muebles – pidió la morena
-Que sí, pesada... Anda, vete ya o te llevo de los pelos -dijo Felisa

-Adiós- dijo Luz antes de salir corriendo a su andén
-Buena suerte, amiga...-dijo Felisa mientras la veía desaparecer

DECISIONES (ADAPTACIÓN LUZNHOA)Where stories live. Discover now