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Ainhoa salió de la ducha enrollada en una toalla y fue directa a su habitación, donde estaba Sara esperándola sentada en el borde de la cama mirando el móvil.


-No pienso ayudarte a aclarar tu condición sexual si es para lo que estás esperando aquí sentada – dijo señalando la puerta – Quiero cambiarme, por favor.

-No es tu día de suerte, cuando dude un poquito, te avisaré a ti la primera, tranquila – sonrió Sara guiñándole un ojo

-Vamos, por favor, quiero vestirme – le miró – a poder ser, sola. Gracias – volvió a señalarle la puerta

-Me voy si me contestas a una cosa... – le miró Sara mientras sonreía

-A ver, ¿qué quieres saber? – dijo mientras miraba qué ropa ponerse, todavía enrollada en la toalla – Por lo menos, cierra la puerta, con el pestillo, no quiero sorpresas de nadie entrando mientras me visto.

-Pues quiero saber, bueno, en verdad todos, ¿qué tal ha ido con Luz hoy? – dijo mientras cerraba la puerta y pasaba el pestillo

-Primero que nada, se ha dado cuenta ella, yo y hasta la vecina del quinto. Qué poco sutiles sois, de verdad. Anda que... Vaya encerrona – dijo un poco molesta al recordar la mañana

-No ha sido aposta, lo juro. Lo ha organizado todo Menchu, ya sabes que es muy impulsiva y hace las cosas sin pensar. Además, casi que mejor que no hayas venido, porque vamos, creo que la hubieses matado – dijo Sara mientras se dejaba caer en la cama

-Ya... ¿Debería creerte? – dijo Ainhoa mientras se vestía

-Bueno, entonces ¿qué tal? – dijo Sara mirándole de lado mientras seguía tirada en la cama

-Creo que el día como tal nos fue bien. Si que es verdad que al principio, cuando bajé por la mañana y vi que sólo estábamos las dos en la casa, me molesté. Pero luego estuvimos compartiendo tiempo juntas, no sé, bien. Hemos hecho la comida juntas y súper bien, nos hemos intercambiado consejos, al fin y al cabo las dos nos dedicamos a la cocina. Luego, me eché una siesta en el sofá y cuando me desperté al rato, estaba sentada a mi lado con el ordenador. Me recordó a cuando estábamos juntas, no te voy a mentir.

-¡Ay! No sabes lo que me alegro por vosotras con todo lo que me estás contando. Qué bonito esto, por favor – sonrió
-Y después, en el momento de enseñarme el baile, sí que estábamos nerviosas las dos – sonrió la pelirroja avergonzada

-Te quedan más sesiones de clases con ella, ¿no? – dijo Sara mientras se volvió a sentar en la cama

-Sí, un par, para perfeccionar todos los pasos, porque me lio un poco cuando hay que "combinar" izquierda y derecha – dijo Ainhoa haciendo comillas con los dedos al decir "combinar"

-Pues súper bien entonces – sonrió Sara



Sara salió de la habitación de Ainhoa después de que ésta le contestase a todas sus dudas. Al rato, Hugo le escribió para preguntarle si estaba libre para llamarle un rato, Ainhoa le contestó con un audio en el que decía que estaba terminando de adecentarse porque acababa de salir de la ducha, pero que sí estaba libre, que le dejase cinco minutos y ella misma le llamaba.



-Hola cariño, ¿cómo estás? – saludó el chico a través del teléfono

-Hola amor, bien, ¿tú qué tal estos días? – sonrió Ainhoa

-Pues muy bien, con mucho trabajo, así que bastante entretenido – dijo el chico

DECISIONES (ADAPTACIÓN LUZNHOA)Where stories live. Discover now