11

119 10 1
                                    

Al día siguiente, la excusa para dejarla solas fue más elaborada. Dijeron que querían acercarse a Madrid, para buscar unas cosas que se habían dejado en casa que eran necesarias para la boda. Y que se irían los que entrasen en los coches.

Menchu junto con las chicas, se acercaron al centro comercial a buscar vestidos para la despedida de soltera, que era lo que les faltaba. Mientras que los chicos fueron al centro a dar un paseo.

Se volvió a repetir lo mismo del otro día. Luz sentada en la cocina con el ordenador buscando proveedores para el resturante de su tía y Ainhoa entrando en la cocina, preguntando dónde estaban todos los demás.



-Hola, buenos días – dijo Ainhoa mientras se preparaba un café

-Buenos días, Ainhoa – dijo Luz mientras tecleaba

-¿Solas otra vez? – preguntó Ainhoa, a lo que Luz asintió

-Te he preparado unas tostadas con aguacate, qué se lo mucho que te gustan – sonrió mientras le señalaba el plato que tenía al lado

-Ay, muchas gracias, Luz. No hacía falta

Ainhoa se sirvió el café y después se sentó a su lado a desayunar.

-¿Dónde se han ido éstos? – preguntó Ainhoa mientras cogía su taza

-Pues esta vez no me lo han dicho, pero han dejado una nota, como el otro día, vamos – dijo mientras seguía navegando por internet


"Hola chicas, nos hemos ido a Madrid de urgencia, que teníamos que buscar unas cosas en casa y además Fina y Silvia tenían mirar vestidos para la despedida de soltera. Perdonad por no avisar. Un saludo, Menchu".


-Es decir, ¿toca sesión de baile otra vez? – dijo Ainhoa riendo

-Pues me temo que sí, espero que no te moleste... – dijo Luz levantando la vista de la pantalla para mirarle

-Que va, ya sabes que no. El otro día estuve muy cómoda contigo – sonrió antes de darle un mordisco a su tostada

-Si te parece, podríamos empezarlas en un rato, así tenemos la tarde para hacer otras cosas – añadió Luz

-Como dormir la siesta – contestó la pelirroja

-Como dormir la siesta – repitió la morena

-Vale, pues desayuno, me doy una ducha rápida y nos ponemos, ¿te parece? – dijo Ainhoa

-Sin problema, avísame, yo voy a seguir mirándole proveedores a mi tía – contestó Luz



Ainhoa terminó de desayunar al lado de Luz, se levantó y aprovechó para fregar lo que había utilizado y posteriormente subió a darse una ducha. Mientras tanto, Luz se levantó del taburete de la cocina y fue al salón a organizar la zona para la "clase de baile" con Ainhoa.



-Vale, ya estoy – dijo la pelirroja apareciendo por el salón

-Perfecto, he hecho hueco aquí – dijo Luz

-¿Seguimos entonces por donde lo dejamos el otro día o repasamos todo? – preguntó la mayor

-Yo creo que podríamos repasarlo todo, para ver si ambas nos acordamos de todo – respondió la menor

-Vale, me parece bien – dijo la pelirroja mientras se ponía en la posición que Luz le había enseñado el primer día



Luz le dio al play y se colocó. Estaban nerviosas. Comenzaron a bailar como el día anterior, se movían por el salón con soltura. Ya no existía la tensión del primer día. El ambiente era diferente. De vez en cuando sonreían, se reían cuando una de ellas pisaba a la otra sin querer. Estaban más cómodas la una con la otra.

Por otro lado, en la capital, en el piso donde vivía Ainhoa con su novio, éste tenía varios días libres que utilizó para limpiar y ordenar el piso.

El chico encontró en el armario de la habitación una caja, como desconocía su contenido la abrió para ver si la volvía a dejar en su sitio o podía tirar cosas. Iba a limpiar a fondo.

Lo primero que encontró al abrir la caja, fue un marco con una foto de Ainhoa y Luz, lo dejó pasar, porque al final era una foto con su amigas. También encontró cartas, variedad de cosas que entendió como regalos para Ainhoa, también le dio poca importancia.

Pero algo que le llamó la atención era una libreta pequeña con la portada negra. Sabía que no debía abrirla y menos leerla, pero sintió una corazonada en ese momento y tomó la decisión equivocada. Se sentó en la cama y leyó su contenido.


"Llegué a casa por la tarde, te llamé pero no respondiste. Esperé un rato a que llegases. Te llamé y no me cogiste el teléfono. Vi que tú parte del armario estaba vacío. Entré en pánico. Sentí que el pecho se me cerraba poco a poco. No entendía nada. Volví a llamarte. No hubo respuesta. Llore. Lloré mucho. Te quería. ¿Dónde estabas? Lo intenté otra vez. Llamé a Menchu, tampoco sabía nada de ti. Desapareciste. No dijiste ni "adiós".

"Sigo preguntándome qué hice mal contigo. ¿Tan mala era? ¿Te hice daño? ¿Hice algo que te molestase? Haber hablado conmigo, joder. Ahora mismo te odio tanto. Me has hecho mucho daño, Luz".

"Han pasado tres meses y no me has leído los mensajes que te mandé ese día. ¿Estás contenta? ¿Eres feliz? Me has jodido la vida. Voy al psicólogo a que me ayude a olvidarte. Eres una hija de puta, Luz".

"Luz, me arrepiento tanto de haberte conocido, de haber estado contigo, de haber compartido mi vida contigo, de haberte dado mi confianza. Me has jodido. Y me sigues jodiendo".

"Hace seis meses que te largaste sin decir nada a nadie. Y yo como una gilipollas, sigo esperando a que me contestes a los mensajes y a que me devuelvas las llamadas".



Hugo, que leyó todas las entradas del diario, entendió por fin por qué cuando conoció a Ainhoa iba a terapia y estaba diagnosticada con depresión desde hacía meses. Ella no había querido decirle nada al chico para evitar que se preocupase y para no remover el pasado. El chico estaba alucinando, sentía traicionado y engañado, sobre todo porque Ainhoa se llenaba la boca con que su relación era muy sincera y no había secretos.

Quiso juzgarla, quiso decirle de todo pero se lo pensó dos veces y antes de montarle un espectáculo sin saber nada, decidió llamarle para aclarar las cosas. Llamó varias veces pero sólo sonaba el contestador de voz. Se sintió idiota.

DECISIONES (ADAPTACIÓN LUZNHOA)Where stories live. Discover now