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by ximidfh

by ximidfh

➻ MAHITO sabe quién eres. Él te observa a ti, el hechicero "fuerte" que trabaja junto a Nanami. Eres bonita, muy bonita. De hecho, es tan bonita que quiere arruinarte.

➻ MAHITO nota el sabor amargo en tu personalidad. Tienes defectos. No eres perfecto de ninguna manera. Tal como él. Él observa en las sombras, riéndose para sí mismo mientras te esfuerzas por cazarlo.

➻ A MAHITO le gusta la forma en que te quejas y pisas fuerte. Eres como un bebé. Su mano pica por matarte, o tal vez, otro deseo que le parece tonto. Escucha tus gritos y lenguaje vulgar que le proclama salir. Pero no lo hará, quiere asegurarse de que su pequeña se canse.

➻ MAHITO se siente inteligente cuando te acorrala. Estás perdido en el subsuelo, el absoluto desgraciado te provoca náuseas. No podías soportar ni un segundo más, pero tu retirada no iba a ocurrir pronto. Una mano se envolvió alrededor de tu garganta, inmovilizándote contra la pared sucia con una risa.

"Qué lindo hechicero, ¿no?" Ronroneó, empujando sus caderas para llenar tu apretado coño. "Intentas con todas tus fuerzas ocultar esos sonidos, aunque puedo escucharlos perfectamente".

Tenías que ocultar tu total disgusto hacia MAHITO; sintiéndome tan enfermo cuando la maldición se atrevió a tocarte... pero peor porque se sentía tan bien. Te subieron la falda y tus bragas se movieron hacia un lado mientras su gorda polla besaba tu cuello uterino cada vez.

Tu labio amenazaba con sangrar mientras reprimías tus sonidos, no podías dejarle saber que eras tan sucia como para que te gustara, pero también por el peligro de que tu pareja pudiera verte así…

"¿Mmm? ¿Estamos tranquilos ahora? ¡Probemos algo nuevo!"

MAHITO encontró placer mientras gritabas y llorabas ante la nueva polla (bueno, apéndice) que creó. Estaba húmedo y lleno de una textura áspera que rozaba tus paredes gomosas. No tuvo piedad cuando su otra mano se movió para rasgarte la blusa y no pudiste hacer nada.

“¡¡L-leh me gohh!!” Lloraste, sollozando entre lágrimas, y te resultó difícil incluso mantenerte de pie. MAHITO tarareó, sus dedos acariciaron bruscamente tus senos sin cuidado.

"¡Ah ah! No hasta que termine”, chasqueó la maldición, pasando una lengua improvisada por tus senos. Chillaste y miraste hacia abajo para ver su tentáculo abultado en tu barriga. Lo odiabas, pero la forma en que chapoteaba y silbaba dentro de ti se sentía increíble.

Su lengua-mano encontró su camino hacia tus labios babeantes, dándote un golpe húmedo en la mejilla. "¡Abrir!" MAHITO cantó, sus embestidas se volvieron más erráticas mientras obligaba a tus piernas a abrirse un poco más. Obligaste, sacando la lengua mientras la lengua de las maldiciones se convertía en una polla.

"Ahora chúpalo muy bien", susurró, moviendo la otra mano para levantar tu pierna, "mientras follo tu coñito mojado".

A MAHITO no le importaba si gritabas pidiendo ayuda, porque al final, sobrevivas o no;

él te follará hasta la muerte

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