Reed Queen; Peeta M.

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🏹🔪 chapter 4: ¿ᴹᴬᴸᴬ ᴰᴱˁᴵᶜᴵᴼ́ᴺ?

CAMINE TRAS EL COMEDOR PARA LUEGO BAJAR LAS ESCALERAS DE MANERA silenciosa con el fin de no llamar la atención de nadie, pero al parecer mi plan de ser disimulada falló.

—¿Saldrás? —la voz de Katniss me sobresalto.

—Usare el campo de entrenamiento, aprovechando que esta vacío —me voltee hacia ella, apretando el arco entre mis manos.

Katniss miró con fasinacion mi arco, era de color carmesí brillante y tenía leves destellos gracias al color de la pintura que lo cubría, paseo su mirada de mi arco hacia mi haciendo una cara de perrito regañado.

—No te llevare conmigo Katniss, es tarde y deberías estar durmiendo —me negué, aferrando más el agarre sobre el arco.

—Por favor, serías una buena idea que me enseñaras ha utilizar de manera correcta el arco —rogó, uniendo las palmas de sus manos.

—¿Cómo estás segura que soy experta con el arco? —la puse ha prueba.

—Por cómo lo sostienes —respondió.

Suspire y la mire. —Bien, vamos —apunte la puerta con mi cabeza.

Empeze a caminar escuchando los pasos de Katniss tras de mi, al llegar pase la tarjeta que antes descansaba en el bolsillo de mi "saco".

—Toma un arco —aconseje.

La de cabellos chocolatosos se apresuró a tomar un arco, me acerque ha la zona de arquería y levante mi arco, apunte hacia la cabeza y solté la flecha cayendo justo en donde quería.

—Ahora tú —observe levemente ha la de ojos azules.

—No podré hacer un tiro tan perfecto —miro el lugar en donde estaba mi flecha.

—No te pido que lo hagas perfecto, si no tratas nunca podrás lograrlo —me paré a su lado.

Ella copió mi acción anterior y levantó el arco, tome su codo bajándolo un poco más, su mano temblaba levemente.

—Jamás tengas miedo de lanzar la flecha, Katniss.

Murmure cerca de ella y entonces la soltó, dando justo junto a mi flecha, aplaudí y le di una sonrisa.

—Esa es mi chica.

CAMINAMOS DE REGRESO AL PENTHOUSE, Katniss soltaba pequeños jadeos de dolor ya que sus brazos dolían. Entramos al Penthouse y apreté su hombro.

—Ve a descansar —le sonreí de manera amistosa.

—Los dejare solos —me guiño un ojo cómplice.

Mire hacia donde ella había apuntado de manera confusa, Peeta se encontraba sentado en el sofá, mirando desganadamente sus manos.

—¿Necesitas compañía? —lo mire, acercándome a él.

—Me vendría bien —me sonrió de lado.

—¿Porqué tan triste? —deje mi arco en el suelo a mi lado.

Él me miró por unos minutos, antes de volver a ver sus manos de manera pensativa.

—¿Qué pasará si muero ahí? —su voz se quebró suavemente.

—Estarás bien —le sonreí y puse mi mano sobre la suya —, me encargaré de sacarlos ha ambos con vida.

Nos quedamos unos minutos en silencio, él observaba mi mano sobre la suya, Peeta se aclaró la garganta y me miró de nuevo.

—¿Quién es tu chico interesante? —me miró de manera interrogante.

—Tú —aparte mi vista de él, mire el arco en el suelo.

—Lo siento, pero tú no eres Katniss, Zhapyra.

Aparto mi mano de la suya y se levanto, subió las escaleras y desapareció de mi vista. Genial, bien hecho Zhapyra, me maldecí mentalmente.