1-Sombras.

11.7K 529 96
                                    

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.


—EKATERINA. 

Dos minutos para verlo.

El tic tac de reloj circular sobre la pared blanca.

Aprieto mis manos, parpadeo y relamo mis labios resecos. La segundera se aproxima al 20 y miro ansiosamente la minutera, esperando a que se mueva acrecentando el fervor en mis entrañas y el palpito desenfrenado de mi corazón.

La segundera llega a 30 y bajo la mirada a la ventana que esta justo bajo el reloj. Un edificio de ladrillo se divisa en la lejanía, arboles de roble rodeaban la fachada y ni un poco de ruido del tráfico penetraba dentro de la habitación. Los segundos avanzan y muevo la mirada a la mujer de unos 40 años con uniforme de enfermera de color lila. Su cabello castaño cenizo esta apretado en un moño bajo con una raya en el medio. Sus labios dan pequeños sorbos al café en el recipiente plástico, mientras miraba la pantalla de su ordenador colocado el otro lado del largo de la mesa de recepción con el logo del hospital y el nombre del departamento, "Psiquiatría sala II".

La sala estaba en la parte norte el hospital, tenia su propia entrada en una de las calles laterales, por lo que era fácil para mi acceder sin tener que ir por emergencias. Estaba registrada bajo mi nombre y no comprendía del todo como eso era posible, teniendo en cuenta que era una institución semiprivada y yo era indocumentada, pero Natasha me habia dicho que Connor se encargo de todo y no tenia que preocuparme. Ella siempre decía eso, "No te preocupes", aun así, yo lo hacía.

La minutera al fin se posicionada antes del 12, marcando las 3:59 y yo bajo mis manos húmedas a mi falda larga de tono jean que me compro mi hermana la semana pasada. Seco la humedad y miro sobre mi hombro a la puerta que se posa junto al sillón gris en el que estoy sentada.

Madera blanca, sin machas o rallones. Con un picaporte dorado y justo en el centro de la puerta una placa dorada con letras en cursivo; Dr. Connor Wellington.

Sinónimo de pecado y perdición. Es todo lo que mi padre una vez me advirtió.

Es la 5 vez que lo veré, pero aún se sentía como la primera. Esa sensación de estar a punto de entrar en la hoguera. Como si estuviera en la antesala del infierno, lista para enfrentarme al mismo demonio en persona. Mirar directamente a sus ojos y ver mis pecados reflejados en sus orbes.

Verlo es como verme al espejo, ver mi alma reflejada en todas sus formas, las partes rotas y la mirada nublada. Verlo a él es aceptar que estoy dañada y que necesito ser reparada con prontitud o podría morir.

Cuando lo conocí apenas estaba llegando a este nuevo mundo que aun parece desconocido para mí. Acaba de despertarme una mañana y trataba de asimilar que ahora estaba del otro lado del atlántico con mi hermana mayor, la que toda la vida me trataron de vender como la maldición de mi familia, estaba tratando de asimilar que era un pequeño punto en medio de la inmensa masa de vida que vivía en esta ciudad llamada Nueva York, un asilo para inmigrantes como yo. Una nueva oportunidad de comenzar de nuevo.

Habitación 215 [#2 Los Wellington]Where stories live. Discover now