Habitación 215 [#2 Los Wellington]

29- Choque de realidad.

—Ekaterina.

—Bien si eso ha sido todo, me retiro ahora, mañana mismo comienzo con todo el proceso y al final del dia llamaré para informar que fecha he conseguido para que puedan presentarse ante el juez civil para casarse — comenta Henry poniéndose de mi pie.

—Gracias por tu ayuda, Henry — comenta Natasha acercándose a él para estrecharle la mano cuando este se ha puesto de pie también.

—Aquí estoy para cualquier cosa, además Jenna me materia si me niego — bromea y mi hermana carcajea un poco.

—Ya lo creo — señala ella.

—Le acompaño a la salida, abogado, me gustaría hacerle unas consultas — comenta Connor poniéndose de pie, su tamaño imponente me exprime los pulmones y permanezco en mi asiento.

Connor tira de las magas de su camiseta y veo como los pantalones se arrugan un poco en la parte superior, apretándose en sus muslos fuertes, trago con fuerza y me remuevo un poco. Lo veo salir detrás de la mesa y caminar junto a Henry a la salida guiándolo con una mano. Los veo perderse fuera del estudio y es entonces cuando me permito tomar aire con fuerza y al hacerlo me doy cuenta de mi error.

Todo el lugar huele a él con un toque de algo más delicioso que lo intensifica. Huele a su perfume masculino, madera limpia y algo un tanto dulce, como canela. Cierro los ojos un momento y absorbo el olor tan peculiar que al instante me embruja hasta calmarme ligeramente.

—No estoy muy contenta con todo esto, o sea, es bueno porque ya no tenemos que buscar quien se case con Katya, pero no me gusta la idea de que venga a vivir aquí con Connor — comenta Natasha y se mueve por el lugar. Escucho otro par de pasos que estoy segura son de Jacob.

—No hay nada que se pueda hacer, aquí está más segura que en casa y lo sabes, además Connor sabe como comportarse cuando quiere, me atrevo a decir que esta más segura con él que con nosotros— habla Jacob como si no estuviera aquí y eso me molesta.

No se porque se están comportando de esa manera. O sea, estoy justo aquí. Ya tomé una decisión, para bien o para mal me quedaré aquí el tiempo que sea necesario, aferrándome más a una ilusión que la posible solución a mis problemas.

No debería de estar montándome películas en la cabeza, pero no puedo evitar imaginar las posibilidades de vivir con Connor. Es aterrador, por una parte, porque ninguno conoce las mañas del otro, a penas y nos conocemos más allá del sexo, pero me hace ilusión describir de apoco lo que le gusta y lo que detesta, quiero saber cómo es Connor más allá de las paredes de una habitación de hotel y una sala de consulta psiquiátrica.

Que hace todos los dias, a que hora duerme, a que hora se levanta, que come, que ve en la tele. Todo eso me llena de curiosidad. Saber sus intimidades y sus secretos se ha convertido en mi obsesión inmediata.

—Es que ella ya estaba tan adaptada a nuestra casa.

—No significa que no regresará a vivir conmigo en algún momento, será por un corto tiempo y ya esta — dice Jacob con calma seguramente abrazando a mi hermana. No lo se porque estoy mirando a mis manos, tratando de controlarme y no gritarles que estaré bien, que Connor me cuidará.